Cada 7 de julio se conmemora el Día de la Conservación de los Suelos, pero poco se habla de una erosión invisible: la provocada por residuos industriales mal gestionados que contaminan silenciosamente la tierra en Chile. A diferencia del agua o el aire, no existe una ley que regule esta contaminación, ni normas de calidad ni un catastro nacional que permita dimensionar el daño. En este vacío, miles de toneladas de lodos, aceites y escorias son dispuestas cada año sin trazabilidad ni tratamiento real.
La logística inversa ha dejado de ser una tarea secundaria y se ha convertido en una parte importante de la estrategia logística de las empresas. Este movimiento está impulsado por la mayor madurez del comercio electrónico en Latinoamérica y la demanda de los consumidores por más conveniencia, sostenibilidad y transparencia.