Es indesmentible que por diversos hechos, la cadena de suministro ha sido puesta a prueba una y otra vez, desde la pandemia hasta los crecientes conflictos bélicos y los notables cambios en el consumidor. Todas estas presiones han hecho que, un eslabón clave de esta cadena, la Logística haya tenido que acelerar su desarrollo.
Es evidente que la incorporación de los sistemas automatizados para manipulación de carga dentro de los almacenes, la inteligencia artificial y el desarrollo creciente de múltiples servicios, a través de innumerables aplicaciones, han sido un gran aporte y han avanzado en su masificación de forma sostenida. Sin embargo, es relevante no olvidar que la tecnología y las maquinas son solo un par de pilares que ayudan a soportar las operaciones logísticas, siendo otro pilar tanto o más importante: la mejora Continua.
En la actualidad, donde la velocidad y la eficiencia son requisitos básicos para el éxito, las empresas se enfrentan al desafío de adaptarse y mejorar constantemente sus operaciones para mantenerse competitivas en un mercado en constante cambio. Es así como la mejora continua asoma como una factor diferenciador que se caracteriza por ser más que un acción y transformarse en un compromiso y una forma de “ser” de las compañías.
La filosofía de la mejora continua se ha convertido en un eje central en el desarrollo logístico. Esta práctica, que abarca desde la optimización de procesos hasta la implementación de nuevas tecnologías, se basa en la creencia y convicción en el mejoramiento interminable. Se trata de un enfoque que reconoce la importancia de los pequeños cambios diarios, casi imperceptibles en su implementación, pero que, acumulados, generan transformaciones significativas y relevantes en las operaciones.
La mejora continua se alimenta de la premisa de que ningún día debe pasar sin que se realice un retoque o ajuste en nuestras operaciones. Esta mentalidad implica una dedicación constante a la identificación de áreas de mejora, incluso en aquellas que parecen funcionar de manera eficiente. Cada pequeña modificación, por insignificante que parezca, contribuye al avance progresivo hacia la excelencia operativa.
Uno de los conceptos clave en la mejora continua es la aplicación de cambios incrementales. En lugar de buscar transformaciones radicales de un día para otro, se prioriza la implementación de modificaciones graduales y constantes. Estos ajustes diarios, casi invisibles en su magnitud, son la piedra angular sobre la cual se construyen grandes cambios. Es el equivalente a la acumulación de gotas de agua que, con el tiempo, forman un gran charco.
La sinergia entre la mejora continua incremental y la adopción de tecnologías es esencial en el desarrollo logístico actual. Si bien la implementación de tecnologías, automatizaciones y sistemas de inteligencia artificial puede parecer un paso hacia adelante, la clave está en discernir entre aquellas que son realmente necesarias y las que podrían resultar contraproducentes o hasta dañinas para nuestras operaciones
La veneración interminable por implementar tecnologías a como dé lugar, puede llevar a decisiones precipitadas y que logre los beneficios esperados. Por lo tanto, es fundamental evaluar cuidadosamente cómo estas innovaciones se integran en los procesos existentes y si realmente mejoran nuestra eficiencia y la productividad. En ocasiones, la búsqueda ciega de la última tendencia tecnológica puede desviar la atención de la verdadera optimización de los procesos logísticos.
Es importante entender que la mejora continua no se trata únicamente de adoptar tecnologías de vanguardia, sino de identificar oportunidades de mejora en todos los aspectos del proceso logístico, en mejorar y asegurar nuestro flujo de forma real. Esto incluye desde la gestión de inventario hasta la optimización de rutas de transporte, pasando por la capacitación del personal y la revisión constante de los procedimientos operativos.
La implementación efectiva de la mejora continua en la logística requiere un compromiso a largo plazo por parte de la organización. Esto implica no solo la voluntad de realizar cambios constantes, sino también la creación de una cultura empresarial que fomente la innovación, el aprendizaje continuo y la adaptación a nuevos enfoques y tecnologías.
En conclusión, la mejora continua es un pilar más, una arista fundamental en el desarrollo logístico moderno, donde se combinen y entremezclen el uso de diversas herramientas o soluciones, tales como diagrama de causa efecto, Lean manufacturing , ciclos PDCA y VSM o Value Stream Mapping, solo por nombrar algunas de ellas.
Los cambios incrementales, la creencia en el mejoramiento constante y la evaluación prudente de las tecnologías aplicadas son elementos esenciales para impulsar la excelencia operativa, en un entorno empresarial altamente competitivo y en constante evolución. Aquellas empresas que abrazan esta filosofía y la integran en su ADN organizativo están mejor preparadas para enfrentar los desafíos logísticos del mañana y mantenerse a la vanguardia en un mercado global dinámico como el actual.
Rodrigo Apariz Baez, gerente de Logística en Audiomusica.