NUEVOS DESAFÍOS PARA LA INDUSTRIA: LOGÍSTICA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

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El 3 de marzo de 2020 en Chile se diagnosticó el primer caso de Covid19. Quince días después, el gobierno decidió cerrar sus fronteras a personas extranjeras, pero no al transporte de mercancías, lo que supone extremar las medidas de seguridad para quienes trabajan en Logística y adecuarse al nuevo escenario.

Actualmente nuestro país, al igual que muchos otros, ha sumado varios miles de pacientes positivos para Covid19 y decenas de muertos, víctimas de la pandemia, lo que ha convulsionado a todos los habitantes y a las operaciones tanto de las organizaciones públicas como privadas. Como nunca, la Logística se ha visto enfrentada a una encrucijada. ¿Cuál? Más que maximizar utilidades, lo que se busca hoy es minimizar pérdidas e incluso evitar la quiebra. “No detener la operación” es la consigna.

Las empresas que distribuyen artículos de primera necesidad asumen nuevos desafíos: aumento de la demanda, por el temor a un desabastecimiento; movilizar a las personas y adecuar los horarios de sus colaboradores para seguir funcionando; implementar y mantener medidas sanitarias y de seguridad para que sus trabajadores no se contagien. Las próximas semanas serán claves en cuanto a la distribución y manejo de stock, ya que se van a producir quiebres en la cadena de suministro de estos productos. Por su parte, las empresas que no son de primera necesidad han entrado en ‘modo supervivencia’.

Componentes importantes de la cadena han sido los comerciantes minoristas que están más cerca de los clientes (como los almacenes de barrio), abasteciendo directamente y disminuyendo aglomeraciones en supermercados. Han adquirido vital importancia los centros de abastecimiento tradicionales, como “Lo Valledor” y “La Vega Central” (en la Región Metropolitana).

Las importaciones se han visto afectadas por el cierre de fronteras por parte de Chile y porque los proveedores también presentan complicaciones en cuanto a lograr sus despachos (muchos han tenido que privilegiar los mercados internos haciendo frente a sus propias emergencias).

El impacto en las ventas ha sido brutal. Según un estudio de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) Nielsen, la última semana de marzo, comparada con el año anterior, tuvo una caída del 100% en el caso de los malls (todos cerrados), mientras las ventas en las tiendas de calle descendieron un 93%. En la otra cara de la moneda, la excepción han sido los supermercados, que en el mismo periodo subieron un 52%, según un informe de Nielsen.

A raíz de la pandemia, los hábitos de las personas en la forma de comprar están cambiando. El mismo informe de Nielsen indica que entre mediados de febrero y fines de marzo, el e-commerce creció un 78% comparado con 2019. Algunas empresas están entrando a la fuerza al mundo virtual (las pymes, improvisando a través de redes sociales y marketplaces), en cambio otras están acelerando sus planes previos en este sentido. Trabajan en minimizar los nodos o puntos intermedios entre productor y distribuidor, situación que se acentuará cuando sean los propios centros de distribución los que entreguen al cliente final.

Al existir el cierre del “mundo físico”, las organizaciones y la Logística han debido adecuar sus operaciones a los nuevos escenarios. En teoría, las empresas más grandes estarían mejor preparadas financieramente para resistir el embate, pero las más pequeñas serían más ágiles en reaccionar.

Se trabaja en prever cuáles serán los cambios que se producirán en el corto plazo, para verse lo menos afectados posible. ¿Qué nuevas medidas tomarán el gobierno y/o las municipalidades?, ¿cómo reaccionarán las personas?, ¿es posible asegurar que las comunicaciones no se vean interrumpidas?, ¿cómo garantizar que los sectores más vulnerables y de mayor riesgo reciban la ayuda del gobierno y cuenten con los suministros necesarios para permanecer en sus hogares? Son preguntas que deben tener una eficiente y rápida respuesta para no detener las operaciones ni la marcha económica del país.

A partir de allí, la Logística toma un rol clave en esta contingencia: trabajar con el mínimo de personas, liderar eficientemente desde el inicio al fin de la cadena de suministro, adaptarse y trabajar de forma distinta, ejemplo de ello es el teletrabajo.

¿Cuál es el rol de los profesionales de la Logística frente a todo esto? Ser gestores de riesgos. Identificarlos y gestionarlos resulta vital para disminuir el impacto de la pandemia, pensando sobrevivir un año que ya se sabe será difícil. La Organización Mundial de Comercio (OMC), en su Trade Forecast del 9 de abril de 2020, proyecta para este año una caída del comercio mundial entre el 13% y el 32%. En tanto, la International Air Transport Association (IATA) estima una menor capacidad de transporte aéreo de 65% para el segundo trimestre y todos hablan de recesión para este año.

Hay muchos desafíos sobre la mesa, entendiendo que la dinámica durante y post pandemia cambiará las costumbres de consumo. Hoy hay que reaccionar y, si se puede, ser proactivos. Ya vendrá el tiempo de los análisis y conclusiones, que no podrán soslayar algunas preguntas incómodas como: ¿Estuvimos a la altura de las circunstancias? ¿Qué pudimos hacer para estar mejor preparados para enfrentar esta contingencia? ¿Debemos automatizar procesos para disminuir la dependencia de personas?


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