En tiempos de crisis social, el comercio electrónico se presentó como un canal ventajoso para cumplir con las compras del último mes del año y creció en un 43%, en contraposición al 23% observado en promedio entre enero y septiembre. No obstante, esta alza no fue suficiente para recuperar la caída de noviembre y cerrar 2019 con la misma tendencia positiva del primer semestre.
Diciembre fue, en sí mismo, un regalo de Navidad para el sector retail. Tras dos meses marcados por el estallido social y caídas históricas en las ventas, el último mes del año trajo consigo algo de tranquilidad para el comercio, que tenía sus cifras en niveles preocupantes y que se preparaba para una austeridad importante en estas fechas.
De acuerdo a un sondeo realizado por Beetrack, empresa de tecnología aplicada a la logística de despacho de productos, tras un noviembre que marcó un decrecimiento de -4%, la primera semana de diciembre el comercio electrónico experimentó un repunte en su movimiento, que lo llevó a marcar nuevos récords. Un 73% de crecimiento fue registrado entre los días 2 y 8 de ese mes, respecto de igual período de 2018, y la tendencia se mantuvo en los días siguientes, con un 36% y un 41% en la segunda y tercera semana, respectivamente. El promedio del mes, considerando el alza de 9% en los últimos siete días del año, fue de 43%.
Si bien el e-commerce está acostumbrado a tener un crecimiento mensual de dos cifras, por la rapidez con que esta modalidad de compra gana terrreno en los consumidores, esta alza representa casi el doble del promedio que había ostentado 2019 entre enero y septiembre (23%).
En el caso del comercio presencial minorista, que venía de una baja real anual de 17,2% en octubre, de acuerdo a cifras entregadas por la Cámara Nacional de Comercio (CNC), el repunte llegó con las compras navideñas, aunque solo cuatro días antes de esta celebración. De acuerdo con un análisis elaborado por la consultora FollowUP, el 38% de la venta total del mes se concretó entre el 20 y el 24 de diciembre, con peak en el día 21. Esto refleja que la curva de ventas navideñas sufrió un desplazamiento respecto de años anteriores en que las altas ventas comenzaban antes.
“Se nota que el e-commerce fue un canal más ventajoso en estos tiempos de crisis, sobre todo si se consideran variables como los horarios de atención más acotados de las tiendas fìsicas, los daños a la infraestructura de algunas de ellas y las dificultades en términos de transporte que aún afectan la disponibilidad de tiempo de las personas para comprar presencialmente. Esta es una arista que puede explicar las cifras que observamos para ambos tipos de comercio”, sostiene Sebastián Ojeda, CEO de Beetrack.
Pero a pesar de la reactivación del sector en el último mes de 2019, los efectos de octubre y noviembre, marcados por el estallido social, se mantuvieron presentes en las estadísticas. El estudio sobre el comercio presencial antes mencionado señala que, del 19 de octubre al 29 de diciembre, las ventas en la industria cayeron un 13%. Por su parte, el e-commerce, aunque alcanzó cifras inesperadamente altas en los días previos a Navidad, no logró recuperarse de la caída de -4%. El promedio de crecimiento del segundo semestre fue solo de 15%, lo que le impidió cerrar el año con la misma tendencia de crecimiento del primer semestre, que fue de 20%. Con estos vaivenes, el promedio anual alcanzó el 18%, de acuerdo al flujo de despachos derivados de esta modalidad de compra.
“En diciembre se dio un escenario de mayor confianza por parte del consumidor y además se contaba con la fecha límite de Navidad, lo que también ayuda a explicar el 43% de crecimiento. Sin embargo, hay que considerar que es difícil repuntar de cifras como las que observamos en octubre y noviembre, sobre todo si pensamos que la crisis aún no ha terminado. Todavía hay un clima de incertidumbre en las personas, capaz de impactar directamente en su capacidad de consumo”, explica Ojeda.