El 2020 revolucionó el mundo en muchísimos sentidos. Debimos quedarnos en casa, dejar de ver a nuestros seres queridos por un buen rato, e incluso nuestra forma de comprar. Debido al confinamiento, un 95% de los chilenos admitieron haber realizado compras por internet durante los últimos 12 meses según el estudio realizado por Tendencias Digitales en alianza con el Grupo de Diarios América.
El aumento explosivo de la demanda de ventas por internet, obligó al rubro a adaptarse rápidamente a números de pedidos inimaginados. Esta nueva forma de compra no sólo se notaba en la forma, sino en nuevas necesidades y prioridades. Fue acá cuando el ecommerce se dio cuenta y entendió la importancia que estaba adquiriendo la logística para este nuevo cliente.
La segunda prioridad para el comprador digital es el tiempo de despacho, solo superado por los precios bajos, según el estudio Comportamiento de compra de los chilenos, pre-durante y post pandemia realizado por la Asociación de Agencias de Medios. El valor que ha adquirido la logística en las entregas este año es algo sin precedentes que obliga al rubro a aumentar sus capacidades, innovar tecnológicamente y a adaptarse día a día a estándares internacionales para cumplir las expectativas del consumidor.
Efectivamente, la clave para cumplir estas expectativas de compras está en la entrega, cuando el cliente logra tener en sus manos lo que pidió. Darnos cuenta de la real importancia de la logística nos ha ayudado a mejorar el servicio del ecommerce, y tanto vendedor como comprador se ven beneficiados. El que recibe su pedido a tiempo, confía en la tienda, recomienda a sus cercanos, y así el proveedor logra fidelizar a su público.
Quién sabe cuánto durará la situación en la pandemia, pero algo que ya podemos dar por sentado es que ya no volveremos atrás con los nuevos hábitos de una industria que veía a la logística como una simple entrega. El 2020 ha sido el año en que la logística se ha adaptado y ha madurado para de acá en muy poco, poder seguir cumpliendo las exigencias de este nuevo consumidor digital que exige niveles y estándares internacionales.
Por Miguel Torres, fundador y CEO de Shippify