El objetivo de dejar la combustión tradicional basada en combustibles fósiles poco a poco se hace realidad. Con metas a largo plazo, se espera que la red de transportes y parques automotrices sea cero emisión.
Lo que era una utopía hace unos años, hoy es una realidad en muchas partes del mundo. Y aunque en Chile el paso es lento, los automóviles eléctricos van conformando poco a poco un futuro cero emisión. Para hacerse una idea, la Unión Europea ya trazó que para el 2035 no se podrán producir automóviles que utilicen carburantes fósiles ya que son una de las grandes fuentes de contaminación. A nivel nacional, existe una hoja de ruta trazada sobre una red de transporte público 100% eléctrica para el año 2040.
Pero aunque el desafío es complejo ya que falta avanzar en una limpieza del parque automotriz, en la construcción de una matriz de generación, en una infraestructura de carga y la interoperabilidad de las estaciones de carga y electrolineras, el rol de la analítica de datos puede agilizar todo ese proceso.
“Sabemos que Chile tiene una Estrategia Nacional de Electromovilidad que buscar impulsar una red de transporte urbana 100% eléctrica en 19 años más. Para ello, es importante saber utilizar los datos con que se cuenta para planificar e implementar satisfactoriamente la electromovilidad”, explica Marcelo Sukni, Gerente General de SAS Chile.
Por ejemplo, organizar una red que permita cargar las baterías de todos estos autos de manera eficiente, “necesita de mucha ingeniería, analítica de datos y pruebas en tiempo real que permitan sacar conclusiones para convertir estos innovadores proyectos en realidad”, destaca Sukni.
Red inteligente para la movilidad
Si el proceso tradicional de distribución de energía está en una ubicación central desde donde se genera la electricidad y se distribuye a todos los usuarios, la analítica de datos busca cambiar ese modelo.
“Para la implementación de la electromovilidad en el país, es urgente crear un nuevo modelo de distribución de electricidad que permita una carga eficiente. En ese sentido, están pendientes las regulaciones de estos cambios, es muy probable que los vehículos eléctricos y sus sistemas de carga en redes inteligentes sean una realidad tangible, y que por tanto sus usuarios aumenten”, señala Sukni.
Otra idea es la implementación de centros de carga inteligentes en las casas de los usuarios, permitiendo devolver la energía no utilizada que incluirían centros de recarga a través de paneles solares así como centros de almacenamiento renovables e integrados.
Sumado a los desafíos y retos venideros, hay elementos que se irán instalando:
Carga residencial inteligente. Más que simplemente enchufar su automóvil después de un viaje, la carga inteligente permite cambiar los tiempos de carga según las cargas de la red y las necesidades del propietario del vehículo, que pueden basarse en incentivos monetarios de la empresa de servicios públicos.
Vehicle-to-Grid (V2G). Es una tecnología que permite la conectividad de un vehículo eléctrico con la red de distribución para proporcionar servicios de respuesta a la demanda, ya sea devolviendo la electricidad a la red o reduciendo la velocidad de carga.
Vehicle-to-Home (V2H). Implica la conectividad entre un vehículo y el hogar del propietario, lo que proporciona una fuente adicional de energía al hogar. La visión aquí es que esta conexión puede proporcionar un servicio de reducción de carga durante las horas pico, así como una fuente de energía de respaldo durante los cortes.
Integración de energías renovables y almacenamiento. Si los vehículos eléctricos son parte de la nueva y compleja red de distribución, también se integrarán con las opciones de almacenamiento y energías renovables en la red. Imagínese estacionar su vehículo eléctrico en el garaje, enchufarlo y cargarlo por la noche cuando la electricidad es más barata, directamente de su propio sistema de energía solar en la azotea o incluso del sistema de almacenamiento (batería) de su hogar, todo según sus necesidades y las de su hogar.
“Hacer avanzar esta infraestructura requerirá no sólo ingeniería de sistemas de energía, sino también una plataforma de análisis que pueda administrar estos flujos de datos masivos en tiempo real para permitir operaciones predictivas, oportunas y confiables para lo que se está convirtiendo en una utilidad digital”, concluye Sukni.