LA CLAVE PARA UN DELIVERY SEGURO ES TENER EL CONTROL DE LA ÚLTIMA MILLA

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Ante los cambios comerciales surgidos por la pandemia, la tecnología ha sido aliada ante la alta demanda de productos a través de Internet, ya que permite la recopilación de información para agilizar los procesos tanto internos como externos.

 La última milla es el último eslabón de la cadena de procesos que las empresas tienen para concluir con la compra de un cliente. Por otro lado, para los usuarios del “delivery”, este término se traduce en la entrega del tan anhelado producto. Por ello, la última milla es un punto clave tanto para el comprador como para el vendedor, aunque ambos vivan de manera diferente este proceso.

¿Pero, es seguro para el usuario comprar y estar a la espera del producto? ¿Cuál es el riesgo del vendedor al no cumplir con la entrega? Es ahí donde surge la necesidad del control de la última milla, lo que se refleja en las encuestas de calificación del proceso y siendo un punto clave para la reputación corporativa.

Actualmente, y ante los cambios comerciales surgidos por la pandemia, las implementaciones tecnológicas se han convertido en aliadas para dicha demanda, ya que permiten la recopilación de información para agilizar los procesos internos que derivan en acciones externas, como el rastreo de entregas.

Las plataformas como ALTO MovUp deben ofrecer un sistema amigable, eficiente y que brinde control de la información que se ingresa, tener una interfaz intuitiva -lo que permite el escaneo de código QR-, compartir imágenes que evidencien la entrega del producto y permitir la retroalimentación del cliente.

“Una de las principales virtudes de la plataforma, sobre todo para clientes que operan con flotas terceras, es tener disponibilidad de monitoreo de todo tipo de GPS; segundo, es que a través de API nos podemos conectar a sistemas de clientes para la carga de información y así no se duplica el trabajo; y tercero, permite visualizar alertas y reaccionar oportunamente, coordinándose con un equipo humano 24/7 quienes a través de protocolos, ya sean proactivos o reactivos intervienen en el proceso para su correcta ejecución”, explica Loreto Hip Marchant, Customer Success Director en ALTO MovUp.

De esta forma, para el vendedor, la prioridad será la entrega de los artículos en el menor tiempo y de manera eficiente para no tener pérdidas, mientras que para el comprador será recibir el producto en el tiempo establecido y su calidad.

Es por ello que antes de dar respuesta a una fecha de entrega, las empresas deben considerar diferentes situaciones para verificar el cumplimiento del contrato, tales como:

-Revisar existencia del producto y buen estado de este.

-Ubicación del centro de distribución cercano o, en su defecto, que la zona de entrega esté dentro de la zona de operación del almacén existente.

-Planeación de la ruta para la entrega.

-Monitorear el tránsito del producto hasta su destino.

-Medir la satisfacción del cliente al recibirlo (retroalimentación).

-Integrar la retroalimentación recibida a su ciclo logístico.