Factores como distracciones, fatiga y somnolencia son las principales causas de accidentes vehiculares, siendo las segundas las más peligrosas y fatales pero las primeras las más comunes y arraigadas como malas costumbres difíciles de evitar si no ponemos de nuestra parte de forma consciente y voluntaria, cambiando patrones conductuales.
Por ejemplo, leer, o peor aún, responder un WhatsApp, tiene más que ver con un cambio de mentalidad, aseguran en Wisetrack, junto con estar convencidos de que el 99% de los casos no pasa nada si no leemos o contestamos de inmediato el mensaje que nos llegó, en lugar de sentirlo como una privación de algo que “necesitamos” hacer.
Si nos ponemos a pensar, al ir a una velocidad de 30 kilómetros por hora - bajísima para muchos-, en un segundo recorremos más de ocho metros, es decir, la distancia promedio que ocupan dos autos detenidos en una pista y en leer o contestar un mensaje podemos demorarnos el doble o triple de eso. Por ello es tan peligroso. Hace poco una persona confesaba que era tal su “mala costumbre” que se había encontrado respondiendo inmediatamente un mensaje en que le pedían coordinar una reunión para la semana siguiente, mientras conducía, y solo le faltaban menos de 10 minutos para llegar a su oficina y hacerlo tranquilamente.
La nueva Ley Anti-Chat pretende aumentar las sanciones y disminuir las subjetividades de lo que se puede o no se puede hacer con nuestros dispositivos electrónicos mientras conducimos, pero ninguna ley ni sanción cambia conductas de manera mágica e inmediata, sólo el ser conscientes de los peligros que las distracciones conllevan, además de los malos ratos, sufrimientos y perjuicios que podemos evitar con el simple hecho de asignarle a los mensajes la urgencia real que estos tienen.