Rodrigo Serrano, vicepresidente corporativo de Innovación y Desarrollo de Wisetrack Corp
Si nos imaginamos a Chile como un gigante largo y delgado, en el que las carreteras son sus venas y arterias, podemos decir que los camiones son como los glóbulos rojos, que transportan día y noche, a cada punto del país, el oxígeno necesario para que todas y cada una de las partes del cuerpo sigan funcionando.
Al igual que estas células sanguíneas, los camioneros son esenciales para el funcionamiento del país. Sin ellos, la economía se paralizaría, los productos no llegarían a su destino y el corazón productivo de Chile dejaría de latir. Alimentos, materias primas, medicinas, materiales de construcción, combustibles: la lista es interminable y vital.
Sin embargo, al igual que en un organismo vivo, la salud de este sistema es delicada y susceptible a enfermedades. Las carreteras en mal estado, la falta de áreas de descanso adecuadas y la señalización ineficiente son como arterias obstruidas que dificultan la circulación; la inseguridad en las rutas, la delincuencia y los ataques incendiarios, son como heridas por donde se pierden sangre y en conjunto, ponen en riesgo la salud del gigante.
Como sociedad debemos comprender que cuidar a nuestros camioneros y al transporte en general, es cuidar nuestro propio bienestar. Inversiones en infraestructura vial, políticas de seguridad en las carreteras y una mayor protección social para estos trabajadores son la mejor medicina preventiva.
Chile, este gigante que aspira a crecer y desarrollarse, necesita un sistema circulatorio fuerte y saludable. Y eso solo se logra cuidando a quienes, día a día, con la fuerza de sus motores, mantienen la sangre de la economía fluyendo.
Muy feliz día a los camioneros de Chile.