Estamos ad portas de cumplir 5 meses desde que la mayoría de las empresas se vieron obligadas a entrar de golpe al mundo tecnológico, para hacer frente a un confinamiento que no se sabía cuánto iba a durar. Así, muchas compañías tuvieron que empezar a configurar sus VPNs, mientras otras hicieron por primera vez la búsqueda en Google de “las 10 mejores aplicaciones para el trabajo remoto”, descubriendo grandes herramientas como Slack, Discord, Hangouts, Trello, y Teams, entre otras.
Lo cierto es que la crisis sorprendió a muchas organizaciones sin estar suficientemente preparadas para enfrentar una aceleración de su transformación digital. De acuerdo al Índice de Transformación Digital 2019, presentado en abril de este año por la Cámara de Comercio de Santiago, PMG y el Comité de Transformación Digital de Corfo; sectores como la Administración Pública y la Construcción aún están en etapas iniciales de maduración digital.
La logística, exceptuando probablemente el servicio de última milla del e-commerce, tampoco escapa del todo a esta realidad. Día a día vemos cómo aún distintos procesos de la cadena de suministros siguen atados al papeleo tradicional, como la corrección y canje del BL, la tramitación documental con entidades públicas (Seremi, SAG) y pagos a las navieras, sólo por nombrar a algunos.
Ante esto, surge la pregunta ¿por qué no se ha digitalizado aún el documento de transporte? Al parecer no ha sido evidente la necesidad de innovar un documento físico utilizado hace más de 600 años como lo es el Bill of Lading (BL) y tampoco fue evidente innovar después de un gasto anual de US$40 mil millones en mover estos documentos alrededor del mundo. Tampoco parece evidente la necesidad de innovar después del depósito de garantía en caso extravío del BL, correspondiente a una cifra que equivale a 3 veces el valor de la carga y que puede llevar fácilmente a la quiebra.
Cuando vemos que parte de la recuperación económica post pandemia dependerá también de la facilidad y la rapidez del comercio exterior, creemos que la actual crisis representa la oportunidad de innovar e implementar nuevas tecnologías que simplifiquen y agilicen la cadena de suministros, desde la gestión aduanera, el bodegaje, el monitoreo de stocks y la contratación de servicios de transporte marítimo, aéreo o terrestre.
Por ejemplo, mediante Blockchain se podrían digitalizar los contratos y ejecutar cláusulas automáticamente en base a reglas lógicas acordadas. De esta forma, se modernizan los trámites, se ahorran miles de millones de dólares al año en couriers, se reducen los tiempos y se previenen fraudes.
La visión de K-Log es que la transformación digital agrega valor desde la eficiencia, la productividad, la continuidad operacional, la seguridad y el ahorro de costos, desde el momento en que contratamos una bodega en China hasta que entregamos el producto con la mejor calidad de servicio al cliente final. Hoy la tecnología ya está disponible y es más bien una decisión estratégica de las empresas logísticas entender que la innovación será el elemento que marque la diferencia entre las compañías que logren sortear el temporal y aquellas que naufraguen en el futuro.
Por Álvaro Serrano, Director de TI de K-Log