Tanto en el dinamismo como en la adopción de soluciones digitales y de gran alcance, la tecnología y la innovación prometen revolucionar y transformar el mercado de medios de pago en Latinoamérica.
Ya no se trata solamente de promover la competencia, la inclusión financiera y de reducir los costos transaccionales; sino de la migración oficial y transformadora hacia pagos de transferencia directa, automática y en cualquier momento y lugar.
Una de las principales iniciativas que está diversificando el uso de efectivo es PIX, una plataforma del Banco Central de Brasil que permite realizar transferencias directas de una cuenta a otra, donde la transacción no pasa por un adquirente (Transbank) o una marca (Visa/MasterCard), gracias a una infraestructura central donde se acreditan los pagos a través de APIs e interfaces.
Lo interesante de una solución como esta es que participan una variedad de empresas con diferentes roles como bancos tradicionales, cooperativas de crédito, financieras, fintechs, asociaciones de ahorro y préstamos; además de proveedores de servicios de pago y empresas de tecnología.
A diferencia de otros métodos, permite realizar pagos en todas las modalidades, donde las transferencias son interbancarias y se realizan en tiempo real, quedando en los fondos disponibles de manera inmediata en la cuenta de quien recibe el pago. Esto se conoce como “pagos instantáneos”, los cuales ya están avanzando rápidamente en Europa, Norteamérica y Asia.
En Chile, un sistema como este tendría impactos en toda la cadena de valor del procesamiento de pagos. Primero en las personas, ya que tendrán acceso a un medio de pago digital para transferir dinero a bajo costo, pagar cuentas e impuestos y, eventualmente, transferir dinero al extranjero de manera instantánea; segundo en los comercios, quienes podrán recibir pagos sin la necesidad de manejar tanto volumen de efectivo, pero a un costo mucho menor, ampliando sus servicios de valor agregado para atraer público a sus locales y tener una mayor exposición de sus productos.
Para los bancos se prevén impactos positivos como una mayor bancarización de la población ya que, al disponer de un medio de pago tan universal, será necesario que aquellos que hoy en día aún manejan efectivo, migren hacia un modelo donde al menos utilicen soluciones de pagos instantáneos, lo cual requerirá la apertura de una cuenta en una entidad bancaria o equivalente.
Asimismo, se visualizan consecuencias negativas como la disminución de transacciones de débito y posiblemente una baja en la emisión de tarjetas de este tipo. Además, los bancos tienen un interés accionario en los adquirentes, quienes también se verán afectados por menos transaccionalidad de sus redes propias.
Aunque existen soluciones de transferencias instantáneas en Chile, no existe un medio de pago que permita realizar estas transferencias interbancarias y en tiempo real de manera sencilla.
Las tendencias van hacia sistemas de pagos móviles, digitales (wallets) y libres de contacto, con un aumento en la incorporación de dispositivos de autoservicio que aceptan pagos con tarjeta y/o billeteras digitales.
Chile tiene una conectividad e infraestructura de comunicaciones muy buena, por lo que un medio de pago homólogo a PIX sería transformador tanto para el consumidor como para el comercio. Sin duda, este es el nuevo camino para los medios de pago.
Por Sergio Morales, Gerente General de CoasinLogicalis