Enfrentamos un escenario económico complejo. La inflación está impactando en el poder adquisitivo de los chilenos, lo que sumado al retraso de importaciones producto de la guerra entre Ucrania y Rusia, ha generado un cambio en las decisiones de consumo.
Según la Cámara Nacional de Comercio (CNC), solo en el primer trimestre de este año las ventas en e-commerce cayeron 9,4% en comparación al mismo periodo del 2021, mientras que las ventas en comercios presenciales minorista en la Región Metropolitana bajaron en mayo 2,2%.
Proyectando la segunda mitad del año, los meses venideros serán más fuertes y cargados de retos ya que suponen la presión por los consumos en navidad. Las empresas entre julio y agosto comienzan a hacer los pedidos en el exterior para surtir las tiendas, aumentando su capacidad de stock para evitar incertidumbres e inconvenientes.
A esto se suma un nuevo tipo de consumidores que se están estableciendo como híbridos, priorizando una experiencia entre lo digital y presencial, según sus preferencias y requerimientos. Ciertamente, ad portas de fechas decembrinas con un alto peak de consumo, vivimos un alza de precios en los productos marcados por la alta inflación que en el caso de Chile alcanzó el 11,5% anual, hecho que se refleja en el consumidor final.
Tecnología y mejoras en la experiencia de compra
Si bien ha habido una merma en el consumo, este no ha bajado tanto como creíamos. En ese sentido, se sigue visualizando un segundo semestre crítico en cuanto a precios. Con la apertura de puertos, China quiere recuperar lo perdido durante su política cero, a través de más exportación. Sin embargo, la reposición de equipos en Chile está siendo más lenta.
Para combatir está situación es urgente aumentar los niveles de productividad con alternativas tecnológicas. Es decir, hacer más con menos recursos, esto con el objetivo de contrarrestar el alza de precios de los productos para el consumidor final.
Enfrentamos un escenario mundial de inflación y recesión, con la volatilidad de los mercados producto de los vaivenes del dólar y del cobre. Por ello, la tecnología propone la posibilidad de seguir automatizando procesos, priorizando y mejorando la experiencia de los consumidores de forma personalizada, híbrida y predictiva.
Por Alberto Oltra, CEO de DHL Global Forwarding en Sudamérica