La verdad es que mientras estudiaba en la Universidad la industria logística estuvo alejada de mis intereses profesionales debido a una idea preconcebida de lo que esta era. Varios años después, como Jefa de Marketing de una de las principales empresas de logística en América Latina, y como mujer, aprendí que la logística es mucho más que hombres conduciendo camiones y moviendo cajas. La logística no solo es un campo de trabajo fascinante, sino una industria dinámica y de rápido crecimiento que se está volviendo más inteligente, más integrada, cada vez más impulsada por la tecnología y con mayor diversidad de género.
Una vez graduada como periodista, tomé un largo y sinuoso camino hasta llegar a trabajar en logística, pero en esa travesía aprendí muchas de las habilidades que utilizo hoy. Habilidades que la industria logística requiere cada vez más para seguir impulsando la transformación que está experimentando.
Del periodismo aprendí a trabajar en equipo, una habilidad blanda que tiene mucha demanda a medida que las redes logísticas se vuelven cada vez menos atomizadas y más interconectadas. Luego pasé a marketing, donde desarrollé mi pasión por combinar datos e ideas, algo que también ha resultado útil en una industria que ha estado adoptando Big Data, pero que aún requiere pensadores creativos para encontrar soluciones a problemas complejos y en constante cambio.
Flujos de entrega inconvenientes, interfaces confusas o tiempos de entrega impredecibles son algunos de los obstáculos habituales que enfrentan los usuarios cuando compran en línea, lo que demuestra hasta qué punto la experiencia del cliente no ha sido tradicionalmente una prioridad para la logística.
La tecnología está ayudando a cambiar eso, pero también es necesario que las empresas se den cuenta de que los productos que se despachan están orientados a personas, no a entes genéricos. Necesitan ser más empáticas y cuidadosas para hacerlas sentir cómodas con la experiencia general de compra; en otras palabras, estar más centradas en el ser humano. Y las mujeres pueden hacer una gran contribución a eso gracias a sus habilidades blandas.
El uso de tecnología también ha resultado en la adopción de algunas de las mejores prácticas de la industria tecnológica, como una gestión más joven y diversa, así como políticas de recursos humanos que fomentan una mayor inclusión en los equipos de trabajo. En Yango Delivery, por ejemplo, tenemos empleados en funciones operativas que comenzaron trabajando como mensajeros en empresas socias.
Según los resultados de una encuesta de Gartner, las mujeres constituían el 41% de la fuerza laboral de la cadena de suministro en 2021, frente al 39% del año anterior. Cada nivel de liderazgo experimentó un aumento de representación, a excepción del nivel ejecutivo, donde ha habido una ligera disminución del 17% al 15% de mujeres que ocupan puestos ejecutivos.
La logística sigue siendo una industria que, como muchas, está dominada por hombres, pero estamos avanzando y nuestra influencia está siendo reconocida. Como lo muestra una investigación reciente de McKinsey, las empresas con mayor diversidad étnica y de género en el nivel de liderazgo superan a los competidores menos diversos. Las empresas de logística más inteligentes, como en la que trabajo, están tomando nota, y por eso buscan la inclusión de más mujeres y así beneficiarse de los múltiples aportes que la perspectiva femenina aporta a una empresa.
El crecimiento del comercio electrónico ha abierto muchas oportunidades hacia una mayor participación femenina. Por un lado, los tipos de entregas que se realizan son cada vez más variados y refinados: la logística ya no consiste solo en mover muebles y cajas de mercancías, sino también en el envío de última milla de artículos más pequeños que requieren de un mayor cuidado y planificación. La fuerza bruta ya no es el requisito principal de un courier, que ahora depende cada vez más de una planificación anticipada, comunicación eficiente y habilidades para resolver problemas.
Es cierto que la logística, especialmente en América Latina, sigue siendo una industria muy conservadora, dominada por hombres que han trabajado toda su vida en ella y, en algunos casos, tardan en innovar o reaccionar a los cambios en la demanda. Pero también es cierto que ha estado cambiando rápidamente en los últimos años, lo que significa que las empresas que ahora tienen éxito son aquellas que hacen un uso inteligente de la tecnología, el Big Data, la resolución de problemas y el trabajo en equipo.
Las compañías que tienen éxito se han dado cuenta de que necesitan estas habilidades en forma creciente, y es por eso que también necesitan más mujeres en sus equipos. Combinamos la estabilidad de la industria (un aspecto positivo de su conservadurismo) con la simplicidad que aporta la tecnología para aliviar el “estrés de la entrega” que sufren los consumidores.
La demanda de los clientes por soluciones eficientes de comercio electrónico y de última milla se disparó durante la pandemia. Dado que la satisfacción y la lealtad de estos pueden elevar o hacer desaparecer a un proveedor determinado, las empresas están requiriendo menos fuerza bruta y soluciones más inteligentes combinadas con habilidades interpersonales que creen entornos de trabajo y experiencias positivas.
Llegué a la logística a través de un camino sinuoso, comenzando en el periodismo, pasando al comercio minorista y luego al marketing digital, donde comencé a trabajar para una empresa de logística. Pero mi mensaje es simple: cualquiera que sea la especialización, experiencia laboral o los antecedentes personales y profesionales, las habilidades para trabajar en equipo y para aplicar las lecciones aprendidas son cada vez más demandadas en esta industria. El comercio electrónico se ha desarrollado tanto en todo el mundo, que la logística se ha convertido en un lugar donde puedes hacer sentir que lo que haces afecta a mucha gente, por lo que el impacto positivo de incluso las mejoras más pequeñas que puedes hacer es una sensación muy gratificante.
Cuantas más mujeres se unan a este campo, más rápido ayudaremos a impulsar la logística hacia una industria más representativa, empática y centrada en el ser humano.
Por Valeria Nemirova, Jefa de Marketing de Yango Delivery en América Latina