Experto en supply chain, Pedro Inga Flores, menciona que las empresas peruanas invierten en desarrollo de software, pero no generan una cultura de innovación corporativa que permita que ese sistema se optimice y se sostenga con mejoras constantes.
Hoy en día vivimos la era del consumidor. La tecnología permite que las empresas se empoderen y cada vez hay mayor variedad de soporte de sistemas, todos orientados a acortar los tiempos, buscando que el cliente quede satisfecho.
Para el experto en supply chain, ingeniero Pedro Inga Flores, la logística y la cadena de suministro tiene que ir de la mano con la innovación, ya que si los procesos operativos no están acorde a los sistemas de gestión se genera una lentitud que repercute en la decisión del usuario final.
“Existe confusión en decir qué cosa es logística y qué es cadena de suministro o supply chain. La cadena de suministro es una evolución de la logística. Si bien la logística tiene los procesos principales, como por ejemplo compras, almacenes, transportes, inventarios; el supply chain involucra distribuidores, producción, va al consumidor. Pero si no estamos preparados para eso, las tecnologías no van a servir de nada en la empresa”, comenta el ingeniero Pedro Inga Flores.
En ese sentido, la pandemia hizo que las grandes empresas detecten diversos vacíos en su cadena de suministro a la hora de implementar el ecommerce.
“La pandemia sinceró a muchas empresas grandes en el desarrollo de sus ventas online. Muchos de los que pedíamos productos por internet a estas marcas, llegaban después de quince días. Imagínense lo que desnudó el Covid-19. Hoy en día se da una mejora en la optimización de procesos, pero lenta todavía”, detalla Pedro Inga Flores, quien es director de proyectos de Logística Consulting.
Cabe señalar que, a nivel Latinoamérica, los costos logísticos —que es lo que mueve a la cadena de suministro—, son del 15% de las ventas. Mientras que en el Perú están entre 17% y 18%, por debajo de Colombia y Brasil que lideran la región.
“En Perú todavía no somos conscientes de cuáles son esos costos logísticos. Me ha tocado visitar empresas grandes que aparentemente manejan un supply chain sólido, pero por dentro evidencian deficiencias en su proceso. Por ejemplo, una gran inversión en software de gestión que después no se sabe usar. Entonces, ocurren situaciones como que un vendedor tenga que ir hasta el almacén para preguntar cuántas unidades tiene de un producto en stock. Y más sorprendente es que argumenten que van al almacén porque simplemente no confían en la información del sistema. Nos hemos acostumbrado primero a ponernos los zapatos y luego las medias. Y lo que falta y es fundamental es la innovación”, explica Inga Flores.
Para el especialista en supply chain, en el país hay tres sectores que se han desarrollado interesantes estrategias de cadena de suministro: automotriz, farmacia y consumo masivo. En los dos primeros la operación logística se hace compleja porque los insumos y repuestos se encuentran fuera del país. Mientras que el rubro de consumo masivo requiere de mejora constante de la cadena de suministro debido al poder que posee el consumidor final.
“El consumidor tiene la capacidad de informarse de cualquier empresa y elegir. Y si no se cumple la promesa de venta, se pierde el cliente por un mal servicio. El consumidor final es el que marca la pauta y la cadena de suministro es la oferta. Por eso es importante capacitar a los ejecutivos de la empresa y encaminarlos hacia la innovación constante”, comenta Inga Flores.
Es importante destacar que la cadena de suministro es pieza angular de toda operación que involucre producción industrial en serie y servicios para el cliente final, por lo que se requiere de constante promoción de la innovación dentro de las corporaciones, a fin de instaurar una cultura de mejora continua.
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