El reporte de Seguridad en Infraestructuras Portuarias de América Latina, elaborado y publicado por Prosegur Research, da cuenta de los principales peligros a los que las infraestructuras portuarias están expuestas en la región, desde riesgos tecnológicos hasta sociales.
Chile ocupa una posición privilegiada en el cono sur de América, controlando cerca de 4.300 kilómetros de costa que se abren hacia el Océano Pacífico y albergando 56 puertos que cumplen un rol en el desarrollo económico del país y las regiones donde se emplazan.
Según la Armada nacional, casi el 90% del comercio exterior se realiza por vía marítima, posicionando los puertos chilenos como infraestructuras estratégicas para el comercio, traslado de bienes y la interconexión mundial.
Dada la interdependencia global en materia económica de los países con salida al mar, las rutas marítimas y las infraestructuras dedicadas al transporte se configuran como estratégicas para su seguridad, desarrollo y prosperidad, según indica el reporte de Seguridad en Infraestructuras Portuarias de América Latina, elaborado y publicado por Prosegur Research.
Sin embargo, como detalla el área de investigación de Prosegur, dado su carácter estratégico, la infraestructura portuaria se erige como una instalación vulnerable, expuesta a amenazas de carácter político, social, económico y tecnológico, suponiendo riesgos para los recursos, los trabajadores y el espacio físico y virtual que componen estas instalaciones.
En ese sentido, los riesgos se clasifican de la siguiente manera:
● Riesgos políticos y económicos: Por su actividad, los puertos están vinculados a cuestiones internacionales y las relaciones diplomáticas entre los países de los que proceden embarcaciones o mercancías, incluso pudiendo verse afectados por los conflictos bélicos en los cuales no se está directamente involucrado, conllevando a pérdidas económicas o crisis de desabastecimiento.
● Riesgos sociales: El activismo, movilizaciones sociales y las reivindicaciones antigubernamentales, habituales en Latinoamérica, son la principal amenaza social para el funcionamiento de los puertos, incluyendo los de Chile, donde el puerto de San Antonio funcionó de manera parcial tras el estallido social de 2019.
● Riesgos tecnológicos: La creciente digitalización en la logística y la alta cantidad de datos expone a los puertos a la actividad cibercriminal de grupos organizados o individuos que posteriormente busquen enriquecerse con dicha información. Según datos de CEPAL de este año, Chile está entre los países con mayor número de ciberataques, obligando a nuestro país a implementar estrategias respecto a la formación en Tecnologías de la Información y la Comunicación.
● Riesgos del entorno: Los puertos están especialmente expuestos a las incidencias climáticas y geográficas. En el caso nacional, estos están situados en zonas muy expuestas a terremotos, debilitando constantemente el estado de las infraestructuras.
● Riesgos para la seguridad física: La seguridad física de los puertos se ve altamente condicionada al contexto de incertidumbre nacional y regional. El robo de carga, los secuestros de mercancía y el contrabando se configuran como una de las principales actividades criminales a las que se exponen, delitos estrechamente ligados a la criminalidad organizada, que ha presentado un crecimiento a nivel local.
Es así como a nivel global, las infraestructuras portuarias presentan una serie de desafíos por su condición como instalaciones estratégicas e importancia para las naciones y su desarrollo. Últimamente, su seguridad se centra fundamentalmente en la optimización de procesos y en el aumento de la eficiencia general de su infraestructura.
Es en este contexto, la Seguridad Híbrida se destaca como el pilar indispensable para enfrentar estos desafíos, debido a que combina la integración de tecnologías avanzadas con la capacidad humana y la colaboración interinstitucional.
La unión de la experiencia y la intuición humana con el poder del análisis de datos, inteligencia artificial, video vigilancia, drones y sensores de detección, permite mejorar la detección temprana y la respuesta rápida ante cualquier amenaza potencial, así como anticipar los riesgos a los que está expuesta la infraestructura e implementar medidas de protección y mitigación que eludan o minimicen sus impactos.
“Conocer los riesgos asociados a la actividad portuaria permite a los operadores, clientes y navieras estar mejor preparados para enfrentarlos. En Prosegur Security estamos convencidos de que entregar información y análisis de valor permite estar siempre a la vanguardia en materia de seguridad, sobre todo ahora que enfrentamos riesgos físicos y digitales”, explica Edgardo Ferrin, Director de Prosegur Security para Chile.
Para consultar todo este estudio de Prosegur Research sobre “Seguridad en infraestructuras portuarias en América Latina” ingrese en este enlace: Seguridad en infraestructuras portuarias de América Latina (prosegurresearch.com)