PELÍCULA PARA EMPAQUE: EL INESPERADO USO DE PLANTAS NATIVAS DEL MAULE

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Boldo, peumo, menta y romero están entre los arbustos que serían utilizados en la elaboración de un envase biodegradable, con propiedades antimicrobianas. Las respuestas a los desafíos medioambientales, como un conjunto de problemas que afectan la capacidad para sostener la vida en el planeta, suelen estar en la propia naturaleza. Así al menos lo advierte el doctor en Ciencias Aplicadas e investigador de la Universidad Católica del Maule (UCM), Cristian Valdés, quien lleva cinco años buscando soluciones que contribuyan a la sostenibilidad.

“Mis últimos proyectos se encuentran en la línea de la economía circular y consideran darle una función al descarte industrial de frutas que hay mucho acá y en la región de O'Higgins”, manifestó el científico del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CIEAM) de la UCM.

Valdés, autor de un prototipo de envase biodegradable, ahora intenta dotar al modelo de propiedades antimicrobianas. “Esto es como una segunda arista de un proyecto FIA que terminé este año y que desarrolló bolsas de bioplásticos con desechos industriales. Lo que se quiere hacer es tomar esa bolsa y agregarle un aceite esencial, con facultades antimicrobianas”, explicó respecto a la iniciativa que cuenta con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria.

Como buen bioquímico, Valdés puso atención en la composición de plantas existentes en el Maule, para extraer un aceite volátil y ligero.

“En la película de revestimiento, una parte vendrá de desechos cítricos agroindustriales y otra, de plantas como menta, romero, pino, boldo y peumo. Vamos a evaluar diferentes mezclas, que sumadas al bioplástico generado, será una especie de doble economía circular”, puntualizó.

La mayor utilidad del envase, que a su vez procede de residuos de frutas como uva y manzanas, sería la preservación de alimentos de exportación, que deben recorrer largas distancias para llegar al consumidor. “Por ejemplo, la exportación de las mismas manzanas o uvas de mesa, que a veces por vía marítima tienen que estar en viaje como un mes, con muchas pérdidas. La idea de este envase es que proteja la fruta para que llegue bien y que además sea de un material biodegradable y no de plástico convencional”, añadió.