Esta estrategia se está configurando como una tendencia a largo plazo. Aunque las empresas pueden volver a evaluar sus decisiones en función de cambios en el mercado, la adaptabilidad y la resiliencia que proporciona esta estrategia parecen alinearse bien con los desafíos actuales y futuros.
En un mundo empresarial en constante evolución, la mejora continua se convierte en una estrategia esencial para mantener la competitividad y el éxito. Y es que optimizar los procesos internos no solo impulsa la eficiencia operativa, sino que también conduce a una mayor satisfacción de los colaboradores, de los clientes; y mayores márgenes de beneficios para las empresas.