SIN LOGÍSTICA, NO HAY COMERCIO: ES HORA DE CRUZAR LOS ANDES CON UNA INFRAESTRUCTURA DEL SIGLO XXI

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Desde chicos nos enseñan que la Cordillera de los Andes es una barrera prácticamente infranqueable entre Argentina y Chile. Basta recordar el desafío monumental que significó para el General San Martín y su ejército atravesar Los Andes a lomo de mula en medio del frío. Pero han pasado más de 200 años… Hoy, con más de 5.300 kilómetros de frontera compartida, Argentina y Chile no deberían ver a la cordillera como un límite, sino como una oportunidad. Infraestructura, logística y cooperación son las claves para transformar este gigante de piedra en un puente que fortalezca el comercio, optimice costos y, sobre todo, siga hermanando a ambos países.

 

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En esa dirección es que la mirada de los gobiernos debe ser estratégica, y debe contemplar la modernización de los pasos fronterizos, el desarrollo del transporte multimodal y la consolidación de corredores bioceánicos como ejes fundamentales para fortalecer la competitividad de ambos países y mejorar su conexión con el mundo.

Sin embargo, también resulta una oportunidad única para incrementar el comercio entre países. En 2023, el intercambio bilateral alcanzó los 6.586 millones de dólares, con un saldo positivo para Argentina de 4.217 millones de dólares. Sin dudas, este flujo comercial podría ampliarse aún más con una logística más eficiente.

Maximiliano Saavedra¿Cómo lograrlo? Uno de los proyectos estratégicos más ambiciosos es el Corredor Bioceánico, que busca conectar el centro y noroeste de Argentina con los puertos del Pacífico en Chile, como Coquimbo y Antofagasta, y con el Atlántico, a través de Porto Alegre. Esta infraestructura permitiría reducir costos y tiempos de transporte, facilitando la salida de productos argentinos hacia Asia y la costa oeste de Estados Unidos, y el acceso de Chile a los mercados del Atlántico. La construcción del Túnel de Agua Negra, que reemplazaría el paso actual a casi 5.000 metros de altura, es clave para garantizar la circulación fluida de mercancías durante todo el año.

Otro eje de integración es el Corredor Bioceánico del Sur, que busca conectar el puerto chileno de Talcahuano con el de Bahía Blanca (en el sur de Buenos Aires), atravesando la Patagonia. Este trazado beneficiaría especialmente a sectores como la agroindustria, la minería y el comercio electrónico, que requieren rutas confiables y eficientes.

DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES LOGÍSTICAS

El transporte internacional terrestre entre Argentina y Chile enfrenta numerosos desafíos. Existen 44 cruces internacionales habilitados, pero solo seis concentran el 98% del transporte de cargas comerciales. Las demoras en los pasos fronterizos, la burocracia aduanera y la falta de infraestructura encarecen los costos logísticos y restan competitividad a los productos de ambos países.

Por eso, en un mundo que compite, la logística se vuelve un factor determinante: un país con costos de transporte elevados pierde competitividad frente a uno con infraestructura moderna y procesos ágiles. No hay vueltas. En este sentido, es clave la digitalización de los trámites aduaneros, la reducción de tiempos en los pasos fronterizos y la optimización del transporte multimodal, combinando camiones, ferrocarriles y puertos.

PYMES, COMERCIO DIGITAL Y SOSTENIBILIDAD

La mejora de la logística también tendría un impacto positivo en las pymes y el comercio electrónico a ambos lados de la Cordillera. Plataformas como Mercado Libre y Amazon han acelerado la transformación digital en la región, y una infraestructura eficiente permitiría mejorar la distribución de productos, bajar costos de envío y facilitar el acceso a bienes en ambos países.

Hoy, muchas pymes argentinas podrían exportar más fácilmente a Chile -y viceversa- si existieran mecanismos logísticos más eficientes y costos de transporte más bajos.

No obstante, cualquier planificación en materia comercial debe contemplar sí o sí la sostenibilidad, que ya no es una opción, sino una necesidad. Argentina y Chile han asumido compromisos hacia la neutralidad de carbono, y una de las estrategias centrales es reducir la dependencia del transporte por camión en favor del ferrocarril, que disminuye costos y el impacto ambiental. La electrificación de rutas y el desarrollo de energías limpias para la movilidad de cargas son otras iniciativas en marcha.

Argentina y Chile tienen la oportunidad de consolidar un sistema logístico moderno, eficiente y sostenible que les permita aprovechar al máximo su potencial comercial. No es solo una cuestión de transporte: es una apuesta estratégica para el crecimiento, la competitividad y el desarrollo de ambos países en el escenario global. No hay excusas, no hay barreras. Al fin y al cabo, las montañas están para ser cruzadas.

Por Maximiliano Saavedra, fundador de Fixy y especialista en e-Commerce y logística.

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