Desde su aparición, las cifras del comercio electrónico se han multiplicado cada año hasta consolidarse como un canal de venta global y abierto 24 por 7. Ahorro en tiempos, mayor oferta de productos, sin limitaciones geográficas y digitalización del negocio, son algunos de sus beneficios.
Con el objetivo de orientarse continuamente al consumidor final, el comercio se reinventa continuamente para adaptarse a las características de los nuevos usuarios y de tecnologías en desarrollo. Es en esta continua evolución que el comercio electrónico se ha posicionado como líder indiscutido, desplazando ya a los canales físicos y permitiendo, con ello, la reconversión del retail a lo digital. A fines de mayo se celebró una de las grandes fiestas del e-commerce: el CyberDay. En esta versión, según la Cámara de Comercio de Santiago, se espera alcanzar US$250 millones, un 19% más que los US$ 210 millones recaudados en su versión 2018.
Los beneficios del e-commerce son innumerables, por ejemplo, ahorro en tiempo al momento de hacer la compra, se puede mostrar una mayor gama de productos, no existen limitaciones geográficas puesto que todo se transa mediante Internet y permite una digitalización del negocio en cuestión, traduciéndose en una verdadera reconversión del retail convencional.
Pese a esto, aún existen espacios por mejorar en el comercio electrónico, tanto de cara al cliente como en los procesos internos: entregando servicios customizados, desarrollando un ecosistema alrededor de él y masificando uso en las pymes, entre otros.
• Tecnologías como IoT y otras están siendo utilizadas para ofrecer servicios más customizados. El e-commerce no permite solamente la creación de nuevos negocios y mejor productividad sino que está haciendo que el concepto de tienda física cambie, apoyado por tecnologías transformadoras para brindar una mayor experiencia de compras, señalan desde Adexus, empresa líder en soluciones y servicios de outsourcing TIC. “Hoy no solo se trata de un cambio en la forma de cómo adquirimos bienes y servicios, sino de un cambio cultural, que impactará diversos ámbitos de nuestros comportamientos y costumbres. Veremos nuevos modelos híbridos de compra, donde se combinará lo presencial con lo digital, para atender todas las preferencias de acuerdo a las necesidades de los distintos grupos etarios. Dentro de las tiendas presenciales, el principal desafío estará en la implementación de nuevas tecnologías que contribuyan a mejorar, optimizar y construir experiencias a los usuarios y su vez fidelizarlos, trayendo beneficios para las empresas” señala Rafael Onetto, gerente de Ventas del sector Industria, Comercio y Telecomunicaciones de Adexus.
• Globalmente se busca desarrollar un ecosistema y trabajar en cada eslabón de la cadena de compra. Desde la consultora IDC, advierten que en Europa el 60% de los esfuerzos de inversión relacionados con los temas de e-commerce se dan en el desarrollo de un Marketplace, seguido por el fortalecimiento de un ecosistema de partners de abastecimiento y finalmente, el delivery. En tanto, “en Chile, durante el último tiempo se han visto adquisiciones de las grandes cadenas de retail a plataformas como Linio, o Apps como Cornershop. En el fondo, el retail está buscando suplir partes de la cadena donde no son tan buenos, como por ejemplo, en la última milla”, señala Jonathan Namuncura, Analista de Software de IDC Chile.
Asimismo, al dar una mirada a las grandes cadenas de comercio se está avanzando en varios frentes. De cara al cliente, mejorando la experiencia de los medios no tradicionales, como la venta, a través de sus sitios web o vía telefónica, y el desarrollo de Apps. Y de forma interna, en la optimización de procesos basados en el abastecimiento, logística y distribución. En este sentido, soluciones de IoT, Big Data & Analítica están siendo claves.
• El e-commerce ya está en las grandes empresas y hoy las pequeñas y medianas pueden ver sus efectos positivos. Las pymes pueden beneficiarse del comercio electrónico, aumentando su capacidad de servicio y rentabilidad a través de este formato, al igual que las empresas de mayor tamaño, que ya lo están haciendo. Para Marco Terán, director de Desarrollo Digital de la Fundación País Digital, “las pymes deben atreverse a subir al carro de la revolución digital, por ejemplo, implementando estrategias en torno al e-commerce y al al marketing digital, para mejorar tanto su posicionamiento, como sus ventas y la fidelidad a su marca”.
Y argumenta que con herramientas digitales, las empresas más pequeñas no sólo se darían a conocer, a través de Google Mi Negocio, o de las redes sociales, sino que “podrían abrirse al mundo, captando una mayor cantidad de clientes, más allá de los mercados locales, apuntando a un mercado global”.
Aunque la expansión del e-commerce sigue siendo muy veloz, debido a la integración de Internet y al uso de dispositivos móviles, se espera que existan mejorías en cuanto al funcionamiento dentro de la cadena de compra y venta, algo que se hace más patente con cada nueva como el CyberDay.