En un entorno cada vez más exigente, las empresas tecnológicas se enfrentan al desafío de mantenerse a la vanguardia mediante la innovación continua, la adopción estratégica de nuevas tecnologías y el entendimiento de la operación de sus clientes. Además, deben responder a la creciente demanda de soluciones sostenibles y accesibles, garantizando eficiencia operativa y competitividad en un mercado en constante evolución.
Reconocida mundialmente por su capacidad exportadora, la fruticultura chilena goza actualmente de muy buena salud. Sin embargo, factores como el cambio climático, la entrada de nuevos competidores y mayores reglamentaciones podrían poner en riesgo su liderazgo. Para mantener la competitividad en este rubro, optimizar los procesos logísticos y productivos a través de innovaciones tecnológicas puede marcar una diferencia clave.