El mundo de los medicamentos es un campo milenario y una industria vital para la salud de las personas. Su antigüedad hace que hoy en día sea una industria de avanzada, innovadora y también rentable, por su extenso recorrido y aprendizajes.
Pero ciertamente esos puntos de rentabilidad se han podido sostener en el tiempo gracias a la eficiencia, a través de distintos métodos, por los que ha ido atravesando. Una parte de esa rentabilidad es destinada a la investigación y desarrollo de nuevas moléculas para tratar enfermedades nuevas o llamadas “raras”, o mejorar tratamientos de enfermedades ya abordadas.
En ese mundo competitivo, donde los medicamentos genéricos y la inclusión de más competidores que comenzaron a jugar fuerte en el mercado, los márgenes se han visto afectados y aquí es donde estratégicamente cada eslabón de la cadena de abastecimiento, desde el laboratorio elaborador y/o importador hasta el paciente juegan un rol fundamental, no solo para que las especialidades medicinales sean accesibles, sino también asequibles al bolsillo de toda la población, tema que, sin dudas, bien tratado, busca impedir un gasto posterior mayor en el sistema de salud.
Cada eslabón que se sume en la cadena de abastecimiento, en líneas generales, genera un coste adicional. El precio del medicamento es el que es, pero la eficiencia en la cadena ulterior es vital para un sistema de salud sostenible en el tiempo. Y aquí comparto mi cuota de experiencia.
En líneas generales, en Argentina, en esta parte de la cadena, se generan entre 7 a10 puntos porcentuales de sobre coste. De este paquete, el 50% aproximadamente es costo laboral o fuerza laboral. Y aquí una gran oportunidad.
Como sabemos, la tecnología (robótica y software) en este plano es una gran aliada. Dependiendo de la economía y salarios de cada país, aquellos en donde los salarios en dólares sean bajos respecto al mercado es más difícil de conseguir un payback por este carril de ahorro o eficiencia.
Pero aquellos países donde los salarios de la mano de obra son promedio respecto al mercado, hay una muy buena oportunidad de repago en 5 años y en dólares, tras una fuerte inversión en tecnología de almacenes, cuyo objetivo es eficientizar los procesos, agilizar el flujo, maximizar el coste por metro cuadrado de almacén y, por supuesto, aumentar la productividad, sin dejar de mencionar la transformación hacia un trabajo más cualitativo de los colaboradores que allí se desempeñen.
En mi experiencia, este tipo de implementaciones han variado positivamente la productividad, la calidad, la trazabilidad y la eficiencia operativa.
Si bien la tecnología por sí sola no funciona, siempre es conveniente desarrollar un buen sistema analítico que la haga operar de la manera más inteligente, Hay dos métodos bastante frecuentes de análisis que se utilizan: data analytics o modelos de inteligencia artificial los que modelizan más rápido el surtido del almacén por tipo de rotación/tecnología en un mundo tan estacional y veloz como es el de los medicamentos.
He sido testigo y protagonista de esta eficiencia en varios proyectos de esta envergadura, tecnificaciones de almacenes de cero o up grade de instalaciones semi automatizadas y en ambos casos la transformación operacional y el cambio de main set (hoy comúnmente llamado main flex) debían ser el foco del propósito.
En resumen, si tuviéramos que enumerar algunas ventajas de la automatización de almacenes: el orden en la recepción de mercaderías, la generación de almacenes limpios y verdes, la maximización del coste del metro cuadrado, la trazabilidad a tiempo real, la calidad en el armado de los pedidos, la mejora en el error de preparación, la merma y la productividad/FTE fueron entre otros los indicadores que mejor performaron y los que generaron la gran eficiencia que nos llevó en consecuencia a tener un nivel de servicio consensuado y de calidad con nuestro cliente, por y para quien trabajamos.
Por: Natalia Fernández, Farmacéutica. Mg. en Dirección de Empresas y Farmacopolíticas. Especialista en Supply Chain de Medicamentos y automatización de almacenes.