Por Rodrigo Serrano, vicepresidente corporativo de Desarrollo e Innovación en Wisetrack Corp.
Lamentablemente ya es una realidad que los camiones de distribución que llevan productos desde las plantas o desde los centros de distribución hasta las tiendas o domicilios de los compradores deben, todos los días, sortear una serie de peligros durante su viaje para no verse afectados por los llamados “piratas del asfalto”: bandas organizadas de delincuentes que roban mercadería, camiones o ramplas completas, de diferentes productos, para posteriormente revenderlas en el mercado negro con una eficiencia y organización logística impresionante.
Las estadísticas hablan de hasta 3 ó 4 asaltos diarios a camiones en Chile, siendo los más atacados los que llevan productos electrónicos, ropa de marca y alimentos no perecibles, aunque también hay casos de productos refrigerados o congelados de alto valor, como aquellos que transportan carne de vacuno o salmón, donde los delincuentes cuentan con información previa de qué producto lleva y de las rutas que utilizará, generalmente por filtraciones internas que hacen más difícil aún el proteger la carga.
Además, en general existe una relativa tolerancia social a este tipo de delitos ya que normalmente las víctimas son grandes empresas y se presume que la mayoría de las veces existen seguros comprometidos, generándose la falsa sensación de que “nadie pierde”.
Entonces, con todo en contra, cómo pueden los transportistas y generadores de carga hacer de sus viajes un traslado más seguro y disminuir las posibilidades de ser asaltados, o en caso de serlo que no pueda completarse el robo. La respuesta es: con los procesos y las tecnologías correctas.
Los procesos empiezan desde la selección de los conductores hasta las acciones a tomar en caso de un asalto, pasando por manejo de claves de acceso, definición de zonas seguras, protocolos de subida y bajada del camión, entre otros. Con ellos bien definidos, más la combinación adecuada de dispositivos, plataformas y telecomunicaciones configuradas para automatizar la detección de excepciones, los operadores podrán concentrarse en las tareas de gestión, con tecnologías como bloqueos de 5ta rueda, inmovilizadores de motor inviolables, chapas electrónicas de apertura randomica, programaciones anti jammer, identificación automática tracto-rampla, entre otras, evitan que se llegue a concretar el delito en la gran mayoría de los casos, generando beneficios para transportistas y mandantes.
La guerra contra la delincuencia es un desafío sin fin, en donde el juego del gato y el ratón se extiende al infinito, pero donde si se hacen las cosas bien, hay muchas posibilidades de salir bien parados y, al final, en esta guerra lo que importa es ganar la mayor cantidad de batallas posibles.