¿Cuándo la implementación de tecnologías logró alcanzar plena acción en el país? ¿cómo evolucionó este mercado, muy distantes hace una década, hasta convertirse en inversión obligada para los líderes de la supply chain? A continuación, un breve resumen de este interesante proceso.
Hace un tiempo, al momento de pensar en iniciar un proyecto tecnológico, un proceso de automatización o la integración de soluciones una de las primeras inquietudes de las empresas era conocer si el mercado de proveedores nacionales era capaz de responder a lo que ellos buscaban o pretendían alcanzar con esta inversión.
Cabe recordar que por años -cuando la tecnología comenzó a ingresar a la industria logística como una herramienta que sumaba eficiencia y rapidez a los procesos- muchas empresas vieron cómo sus proyectos eran implementados por empresas y profesionales extranjeros, puesto que acá no existía la experiencia ni conocimiento para eso, o bien, la empresa escogida no tenía representación en el país.
Esta situación que por años acompañó el desarrollo logístico alejaba el mundo tecnológico de muchas empresas, ya que considerar la implementación de nuevos equipos y soluciones bajo ese escenario significaba inmediatamente una fuerte inversión y un riesgo a nivel de cultura organizacional.
Además, otro factor que complejiza la relación de la industria logística con la tecnológica era el factor servicio y post venta. Tras la implementación de estos grandes proyectos de automatización que apuntaban a demostrar una nueva etapa de la logística nacional, a comienzo de la década de los 90, se presentaba una nueva dificultad: la mantención de estos equipos y la capacitación de los trabajadores.
La lejanía de las empresas matrices de las tecnologías dificulta la relación y comunicación entre cliente e implementador. ¿cuántos de los ejecutivos de esa época se enfrentaban a los famosos ticket para levantar la solicitud de atención? Esperar la respuesta de la compañía ante una dificultad parecía un tema complejo y maratónico, lo que, claramente, se complejiza por el poco conocimiento en los profesionales nacionales. Ni pensar en lo complejo que era cuando un equipo se dañaba, las semanas de detención afectan notoriamente los procesos y funcionamiento de la empresa en espera de la anhelada respuesta o solución que podía tardar.
EL ARRIBO DE LOS GRANDES
Los grandes player de tecnología a nivel mundial fueron con el correr de los años diversificando su presencia en distintos mercados, ya sea a través de la representación de marca, distribuidores oficiales, alianzas y algunos llegaron con instalaciones propias. Sin duda, este paso de la industria significó una oportunidad para masificar las nuevas soluciones y dar a la logística un importante impulso en la modernización, optimización y eficiencia de sus procesos.
¿quiénes se sumaron a esta nueva era? Si bien, las tecnologías estaban más cerca, su masiva implementación chocaba esta vez en el costo de éstas, significando un obstáculo para muchas compañías.
Así, el desarrollo tecnológico por años fue encabezado por grandes players de los distintos mercados; aquellos capaces de realizar grandes inversiones en espera del esperado retorno de la inversión.
El costo por años fue el principal obstáculo, lo que a su vez les daba a los proyectos un peso enorme, ya que su éxito era fundamental y tremendamente esperado considerando el costo y nivel de inversión que requerían. No todos estaban a asumir este riesgo y el mercado fue testigo de cómo algunas empresas comenzaron a dispararse y avanzar en su desarrollo, mientras que muchas otras (la mayoría) quedaban a la espera del momento en que la tecnología estuviera a su alcance.
EL MOMENTO DE TODOS
Cuesta establecer una fecha exacta donde se dio el cambio con el que la relación logística – tecnología se estrechó. Sin embargo, independiente del momento preciso, la década del 2010 fue un periodo de gran desarrollo tecnológico, donde mercados pequeños y lejanos a los principales polos de innovaciones tecnológicas pudieron disfrutar del aporte de estas soluciones a sus operaciones.
La aparición de nuevos proveedores, la masificación de algunas herramientas que llevaba a la disminución del valor de estas; ayudó a que muchos disfrutaron de lo que ya se definía como una cuarta revolución industrial. La Logística 3.0 y 4.0 se han transformado en conceptos que tomaron vida.
Aspectos como la automatización de procesos, la visibilidad y control de los procesos, la trazabilidad de la operación se fue materializando poco a poco en el sector logístico y cientos de empresas fueron a través de ellas profesionalizando sus operaciones y dándole a estos procesos el lugar que les corresponde al interior de las empresas.
Así fueron transcurriendo los años y fuimos testigos de nuevas innovaciones que ingresaron con fuerza a la industria como la Robótica, el Internet de las Cosas, la digitalización de los procesos, AGV, inteligencia artificial han ido cambiando poco a poco el modo de ver y proyectar la logística; proceso que ha sido impulsado, entre otras cosas, por la masificación de alternativas que existe en el mercado, las cuales están enfocadas a distintos nichos de empresas.
INTEGRACIÓN CLAVE DE LA NUEVA ERA
¿En qué momento nos encontramos? Los dos últimos años, tiempo en que el mundo ha estado marcado por los efectos de la pandemia y los cambios que este fenómeno disruptivo generó en los distintos aspectos de la vida, el mundo de las innovaciones tecnológicas no se detuvo; muy por el contrario, avanzó enormemente.
Hoy el sector logístico se ha transformado en un mercado tremendamente atractivo para el sector tecnológico. La necesidad constante de mejora en las operaciones atrae a las innovaciones tanto a nivel operaciones, comercial, intralogístico, última milla y sobre todo con el impulso que ha significado el crecimiento del comercio electrónico y los desafíos propios de este canal.
Los proveedores de tecnologías saben que está viviendo un momento único en su historia comercial. Saben que hoy aspectos como el costo de las soluciones pasaron a un segundo plano por la importancia que tiene el nivel servicio, la comunicación, el diseño, la consultoría y la cercanía con el cliente en el momento de la implementación; todos aspectos que buscan asegurar el éxito de estos proyectos.
En el aspecto netamente tecnológico, la industria hoy no sólo apunta al desarrollo de nuevas soluciones, sino a la integración de las distintas herramientas tecnológicas. La posibilidad de diseñar y contar con una operación, donde las distintas innovaciones confluyen para actuar operacionalmente como un todo es fundamental para los nuevos tiempos. Crear una operación donde cada eslabón interactúe con los otros sin interrupciones, manteniendo un ritmo y una capacidad operacional de principio a fin, es lo que hoy cobra valor y es donde las empresas tienen puesto su foco.
Difícil pensar actualmente que un proyecto no es posible llevar a cabo por no contar en el mercado con los conocimientos, las experiencias y las herramientas para concretarlo. El momento que enfrenta la industria tecnológica es único en su historia y esa relevancia que ha adquirido se traspasa a su vez a cada uno de sus clientes, quienes hoy tienen acceso casi ilimitado a los conocimientos y a la experiencia. Ya no hay excusas para quedarse atrás, pues no subirse al carro de la nueva logística puede ser un golpe duro y mortal para una empresa en un mercado cada vez más exigente, competitivo y con consumidores cada vez más demandantes.