El ritmo de la vida, la falta de tiempo y los nuevos estilos de familias son quizás las principales características socioculturales de la modernidad; esa modernidad social que ha generado importantes cambios en el consumo de la población, traducido en dónde, cómo y qué compran.
Ante esta realidad, por ejemplo, los productos alimenticios congelados y refrigerados han ido en constante aumento. Ya no es novedad encontrar en los pasillos de los supermercados una tremenda variedad de comidas, carnes, pescados, verduras y frutas congeladas y refrigeradas; todo con un llamado al cliente a obtener un pocos minutos un alimento fresco y sabroso.
Esta situación de consumo ha significado un aumento considerable en el flujo de la cadena logística con temperatura controlada, cuyas características la han transformado en una operación sensible y con un tremendo foco en el servicio, donde la trazabilidad de punto a punto es fundamental.
El control de temperatura y, por supuesto, una alta gestión de la operación son parte del día a día de las cadenas logísticas refrigeradas. Los Centros de distribución de carga de temperatura controlada, por una parte, han aumentado sus m2, han incorporado tecnologías y han dispuesto un control y gestión exhaustiva en sus etapas operativas. Sin embargo, la mirada está hoy en cómo mantener el control de la temperatura en los vehículos de carga para asegurar así un producto en óptimas condiciones en las manos del cliente final.
Pero dada las características y sensibilidad de la carga, las principales problemáticas y dificultades de la operación, en cuanto al control de la temperatura, se generan, por ejemplo, durante la carga y descarga del vehículo, también por lo extenso de los trayectos, los largos tiempos de espera, por fallas de la maquinaria y, por supuesto, por errores humanos.
Ante esa realidad, la industria ha buscado diferentes herramientas para prevenir finalmente el corte de la cadena de frío en la carga. La entrega de la información con las fluctuaciones de temperatura durante el trayecto y la generación de alertas ante esa situación es la punta de lanza de una operación logística y de transporte moderna con foco en la calidad de servicio y en la posibilidad de marcar diferencias en un exigente sector.
Y es aquí donde las tecnologías se han transformado en un aliado para enfrentar estas situaciones y dar respaldo y continuidad a una cadena logística en crecimiento. La telemetría y su constante desarrollo de soluciones es imprescindibles para asegurar la calidad de la carga refrigerada y permitir a las empresas lograr la trazabilidad, el control y la gestión necesaria para modernizar esta operación y el transporte en general.
Gracias a la innovación constante del sector, los sensores de control de temperatura son hoy una solución clara y específica para ayudar a la industria en: asegurar la frescura de la carga, mediante alertas instantáneas cuando ésta cambia y alcanza niveles indeseables; optimizar la eficiencia de la entrega y, sobre todo, mejorar la experiencia del cliente.
Conocer el historial de temperatura para realizar informes y recibir actualizaciones automáticas cobra valor. Finalmente, se entiende que, todo el accionar de la industria y la tecnología está orientado a no ‘arruinar’ la carga y entregar un servicio y producto de excelencia.