Los monoplazas son máquinas complejas y con alta tecnología, lo que requiere de un cuidado extremo al momento de transportarlos. Desde Atlanta (EE.UU.) hasta Santiago (Chile), los dos autos de Red Bull RB7, aterrizaron en el país con una logística de primer nivel.
Trasladar un vehículo de Fórmula 1 no es tarea sencilla. No se trata solo de una planificación detallada, sino también de un minucioso cuidado al transportar, ya que son piezas complejas y de alta tecnología. Y, a propósito de la experiencia F1 que vivió Chile con la presencia del Red Bull RB7 en las calles de Santiago, es interesante conocer qué hay detrás de la llegada de este campeón del mundo.
Por lo general, la importación y exportación de este tipo de carga se hace vía marítima, con un trabajo logístico que lleva meses de planificación y ejecución. Sin embargo, para eventos de esta magnitud los tiempos son ajustados, por lo que se requiere de acciones rápidas y eficientes para que la carga llegue justo en el tiempo estimado, razón por la que se transporta vía aérea.
“El primer paso para el traslado de un coche de F1 es su desarme. El chasis, motor y neumático van en contenedores especialmente diseñados para el transporte aéreo, y así evitar que cualquier movimiento brusco los impacte y dañe la estructura. Es el caso de los amortiguadores que son una de las partes más frágiles”, explica Alberto Oltra, CEO de DHL Global Forwarding en Sudamérica.
En el caso del traslado de los dos autos RB7, el proceso involucró especificaciones de embalaje, combustible, neumáticos, lubricantes, entre otros. Desde la confirmación hasta el traslado, el proceso tenía desafíos de tiempo y complejidad.
EL TRASLADO DEL RB7
Tras su presentación el 14 de octubre en Nashville, Estados Unidos, de la mano de Red Bull Showrun, el auto campeón RB7, de la Fórmula 1, fue transportado vía terrestre por la compañía logística hacia el aeropuerto de Miami para ser enviado por avión carguero hasta Santiago de Chile. El vehículo, con un peso de 650 kilogramos, llegó a Santiago el 21 de octubre para deleitar con su rugir de motores en la comuna de Las Condes.
“Por los tiempos acotados de coordinación y gestión, requerimos a un partner como DHL Global Forwarding. En tres semanas logramos gestionar la carga y superar los desafíos en costos y tiempo. La velocidad de reacción era fundamental, sobre todo para este tipo de importaciones. Por ello, y por la experiencia de la compañía logística con la F1, el rol que cumplió fue fundamental para llevar adelante el evento”, dice Francisco Valdenegro, Jefe Importaciones CCU.
Por su parte, Oltra destacó el uso de Combustible Sostenible de Aviación (SAF) para la importación del vehículo de la F1, lo que también significó un aporte a la sostenibilidad de la actividad y su cuidado del medioambiente. Este combustible, certificado por International Sustainability & Carbon Certification (ISCC), tiene al menos 80% menos de emisiones en su ciclo de vida que el combustible de aviación convencional.
La experiencia y liderazgo de la compañía en la logística de este evento tiene que ver con la alianza estratégica que mantiene con F1. Se trata del socio global más antiguo, ya que es el Socio Logístico Oficial del campeonato mundial automovilístico desde 2004.
El sonido de un auto F1 en Chile no se escuchaba desde 2012, dando mayor realce a la presencia de un monoplaza de esta categoría y a la importancia de su logística. La próxima escala del RB7 es Londres, donde seguirá deleitando a cientos de fanáticos del mundo motor.