En julio pasado, el Banco Mundial presentó los resultados del prestigioso informe internacional “Connecting to Compete 2018, Trade Logistics in the Global Economy. The Logistics Performance Index and Its Indicators”, ranking global en el cual Perú alcanzó el puesto 83, con un score general de 2,69 puntos; un resultado que representa un retroceso de 14 escaños respecto a la medición anterior (2016), cuando el país alcanzó la posición 69, con un puntaje general de 2.89 puntos.
Con este resultado, Perú se ubica en el décimo lugar en desempeño logístico en la Región. No obstante, cabe destacar que según los datos entregados por el Banco Mundial, en la edición 2018, el país incaico registró su peor ranking histórico (83) y su menor puntaje general (2,69 ptos.), considerando los resultados obtenidos en las mediciones anteriores.
En torno a los resultados para Latinoamérica, Chile se posiciona como líder en el desempeño logístico en la Región, logrando el puesto N° 34, con un score general de 3,32 ptos., seguido de Panamá que en esta edición logró el puesto N° 38, con un score general de 3,28 ptos. En tanto, cerrando el Top 5 del ranking a nivel regional, se encuentran: México, Brasil y Colombia, calificando en el LPI2018 en las posiciones: 51, 56 y 58, respectivamente.
DESGLOSE LPI PERUANO
En cada edición el informe presenta la evaluación del desempeño logístico de 160 naciones del globo, a partir de 6 indicadores claves: Eficiencia del proceso del despacho de aduanas (Customs), Calidad de la infraestructura relacionada con el comercio y el transporte (Infrastructure), Facilidad de acordar envíos internacionales a precios competitivos (International Shipment), Competencia y calidad de los servicios logísticos (logistics competence), Capacidad de seguir y rastrear los envíos, o trazabilidad (tracking y tracing) y Frecuencia con la cual los embarques llegan al destinatario en el tiempo programado, o puntualidad (timeliness); dichos indicadores son medidos en una escala ascendente de 1 a 5 puntos.
En el caso peruano, y en comparación al informe anterior (2016), el reporte 2018 estableció que para el ítem “Eficiencia del proceso del despacho de aduanas (Customs)”, Perú obtuvo una evaluación de 2,53 ptos., versus los 2,76 ptos. obtenidos en el reporte anterior. En torno al ítem: “Calidad de la infraestructura relacionada con el comercio y el transporte (Infrastructure)”, también se marca un retroceso en la evaluación actual (2.28 ptos.) respecto de la medición de 2016 (2.62 ptos.). En materia de “Facilidad de acordar envíos internacionales a precios competitivos (International Shipment)”, Perú obtuvo en la edición 2018: 2.84 ptos., marcando otro índice a la baja respecto del ranking anterior (2,91 ptos. en 2016).
En lo relativo a los tres índices restantes, el país incaico obtuvo las siguientes calificaciones. Para el ítem: Competencia y calidad de los servicios logísticos (Logistics Competence), en el LPI2018 Perú alcanzó 2.42 puntos de evaluación, mientras que en la edición anterior para este indicador alcanzó los 2,87 ptos.
Respecto al ítem: Capacidad de seguir y rastrear los envíos, o trazabilidad (tracking y tracing) y Frecuencia con la cual los embarques llegan al destinatario en el tiempo programado, o puntualidad (timeliness); Perú obtuvo en la edición 2018: 2,55 y 3.45 puntos de calificación, respectivamente. En este caso, el ítem tracking y tracing fue inferior al de 2016, cuando se obtuvo 2,94 ptos.; mientras que para el ítem Timeliness se elevó la calificación en 0,22 puntos, respecto de la medición anterior (2016) cuando se obtuvo un puntaje de 3,23 ptos.
UNA LOGÍSTICA EN CAMBIO
A partir de los resultados expuestos por el Banco Mundial, se puede desprender que Perú se encuentra en un proceso que debe tender hacia la evolución en materia logística y de comercio exterior. Más allá de los resultados, lo cierto es que el país incaico tiene hoy, más que nunca, la oportunidad de superar los índices expuestos, a partir de un reenfoque en sus políticas públicas y al aporte del mundo privado y académico, esfuerzos tendientes a fortalecer su desempeño logístico.
En este contexto, cabe exponer el análisis de diversos actores del sector logístico peruano y su visión sobre el estado actual de la industria logística peruana. En esta oportunidad, Jorge Gibbins, Gerente de Negocios Monte Azul; Oscar Sosa, Gerente de Supply Chain de Saga Falabella y Marco Espejo, Jefe de Gestión de Conocimiento en Contrans y autor del libro “Gestión de inventarios: Métodos cuantitativos”, editado por el Fondo Editorial de la USIL 2017, conversaron con Revista Logistec sobre el desarrollo y los cambios que experimenta la logística en Perú para enfrentar los grandes desafíos como son la digitalización de sus procesos, un incremento del comercio exterior y la penetración del comercio electrónico.
Para nadie es un misterio que la cadena logística ha experimentado fuertes cambios, a nivel mundial, en los últimos 10 años, en especial en lo que se refiere a la incorporación de tecnologías, optimización de procesos; todo con foco en hacer más eficientes los diseños operacionales.
Sin embargo, el desarrollo logístico tiene como uno de los pilares fundamentales la infraestructura a nivel país. En Perú, este aspecto, es uno de los factores que genera mayor cuestionamiento entre los ejecutivos. A este respecto, Jorge Gibbins fue enfático y aseguró que “la industria logística en el Perú está pasando por un momento complicado, debido a que existe un gran déficit en infraestructura que genera sobrecostos para las empresas”.
Una opinión similar planteó Marco Espejo, quien comentó que los costos logísticos en el país incaico siguen sin ser competitivos, “lo que es consecuencia de la falta de infraestructura en carreteras y normatividad que permita regular el movimiento de camiones de carga en la ciudad de Lima”. En esta materia, Espejo describió algunas iniciativas que se han tomado por parte del Gobierno limeño para potenciar el ejercicio de la industria.
“El Estado peruano está enfocando sus esfuerzos para el desarrollo de las modalidades de transporte, habiendo aprobado la ley de cabotaje en septiembre, esto a consecuencia del fenómeno del niño del año pasado, en el cual Lima quedó incomunicada durante 15 días con el norte del país, al caerse puentes y carreteras”. Otra de las medidas asumidas ha sido la aprobación de la ampliación del aeropuerto Jorge Chávez, el cual crecerá en área de 2 a 9 millones de m2, lo que significará una inversión de 1,500 millones de dólares. Este proyecto tiene previsto ser inaugurado en el 2223.
En tanto, la red ferroviaria, aspecto relevante para el desarrollo intermodal del país, tiene previsto iniciar un proceso de concesión para el desarrollo de los tramos Lima –Ica (323.7 km -10,520 millones de dólares) y Trujillo – Chiclayo (228,6 km – 7,429 millones de dólares), lo que incrementará en 552,3 km la actual extensión de 1,939 km de la red ferroviaria.
La importancia de esta iniciativa está –según comentó Espejo- en que “el primer tramo tendrá conexión con el Metro de Lima y Callao, ferrocarril del Centro, Aeropuerto Jorge Chávez, Pisco y los puertos de Callao y Pisco”.
LOS DESAFÍOS DE MODERNIZACIÓN
“La logística, en general, viene mutando”, aseveró el ejecutivo de Saga Falabella. El gerente de logística de una de las compañías más importante de la industria Retail a nivel latinoamericano, aseveró que las empresas están “buscando como transformarse digitalmente”.
Sosa abrió así el debate sobre lo que se vive al interior de las empresas, de cara a enfrentar el futuro y adaptarse a los retos actuales del mercado. Sin embargo, reconoció que “no todos los mercados están cambiando. Hay unos más activos que otros, por ejemplo, los relacionados al e-Commerce retailer con actores muy agresivos como Saga Falabella, Ripley Linio, Platanitos y Scharff; un segundo grupo, los seguidores con: Tottus, Sodimac, Oechsle, Supermercados Peruano, Ransa, Adidas e Inkafarma; luego el grupo de los nuevos entrantes como: Hiroaka, Tiendas El, Paris y algunos 3PLs; y finalmente los rezagados”.
El momento del mercado logístico peruano está expectante con muchas empresas que están viendo cómo adaptarse, sin tener claro aún qué hacer, viendo qué hacen los líderes o los más innovadores. Algunos cambios que se están visualizando, a nivel operativo, son automatizaciones tipo sosters o sistemas pick or put putt oht en CD’s, voice picking para el armado de pedidos, manejo a distancia de vehículos en algunas grandes minas, entre otros.
Así, el Gerente de Negocios de Monte Azul, coincidió en que el desarrollo tecnológico es lo que capta la atención de la industria. “La tecnología y el desarrollo de plataformas está tomando importancia, tanto para reducir los costos logísticos de las empresas como para dar un mayor valor agregado al cliente, en temas de seguridad y trazabilidad de los productos”.
El Jefe de Gestión de Conocimiento en Contrans, por su parte, ahondó en las industrias que –a su juicio- han evidenciado un mayor desarrollo de su cadena logística, destacando al e-Commerce como un sector que encabezará el desarrollo en esta materia. “
“El e-Commerce ha sido siempre el referente para el desarrollo de estrategias de reposición y distribución en el Perú. En la actualidad, el reto que están afrontando estos actores está en la última milla. Por ejemplo, Falabella Perú y Platanitos están trabajando con puntos de entrega, a través del uso de lockers. En el primer caso mediante 4 estaciones de grifos Repsol, lo que por el momento es un buen inicio, ya que podría ampliarse el uso de estos lockers a lugares públicos y privados como centros de estudios, estaciones de metro, entre otros”.
Gubbins, a este respecto, destacó a la Agroindustria, la cual ha evidenciado, en los últimos años, un mayor desarrollo de la cadena logística. “En un producto perecible lograr la total trazabilidad desde que sale del campo hasta que llega al consumidor final es el mayor componente del atributo de calidad esperado. En este aspecto, los adelantos tecnológicos han permitido hacer el seguimiento al producto durante todo su recorrido, reduciendo daños y mermas, asegurando que llegue al punto de venta en las condiciones ideales de calidad”.
FUTURO: E-COMMERCE
Los ejecutivos consultados coinciden en que la industria está en proceso de cambios, a todo nivel, con la finalidad de responder a las nuevas demandas del mercado y de los clientes. En este punto, el desarrollo logístico relacionado al comercio electrónico asoma como uno de los sectores que vislumbra mayor crecimiento.
El Gerente de Negocios de Monte Azul aseguró que el e-Commerce es todavía un sector con gran crecimiento, aunque “en niveles de ventas se encuentra muy por debajo de las ventas en retail”. Actualmente, de acuerdo al ejecutivo, solo el 5% de la población hace compras online, lo que “abre un gran desafío para el sector, en cuanto a lograr la confianza del comprador que será uno de los elementos claves para conseguir el crecimiento del sector”.
Con dichas cifras, podemos concluir que el e-Commerce puede experimentar un gran crecimiento en los últimos años, aunque el mercado es aún, relativamente, pequeño. Los actores deben trabajar fuertemente en lograr la confianza del cliente, lo que permitiría que se pueda crear hábitos de compra por internet.
En esta línea, Marco Espejo aseguró que el crecimiento de la logística peruana pasa por los avances y desarrollos que se generen en la “última milla”, lo que “permitirá que se desarrolle formas eficientes para el transporte de carga y a la vez nuevos conceptos de servicios como plataformas con Centros de Cross Docking para los conos de Lima (Norte, Sur, Este) que permita transbordar la mercadería a camiones menores y así evitar el día, estos centros de desconsolidación de carga podían ser públicos o privados”.
Sin embargo, el Jefe de Gestión de Conocimiento en Contrans reconoció que el comercio online, no supera el 15% del mercado, lejos con respecto a otros países como Argentina, Brasil y Chile en los cuales la cifra puede superar el 35%. “Estas cifras no es por un tema de inseguridad o cambio generacional. La razón que pondera la falta de crecimiento es que tenemos centros comerciales por diversas zonas de Lima, el peruano prefiera ir a la tienda, donde conocer, mirar y probar el producto y no tener que esperar recibirlo en casa”, comentó.
En cuanto al futuro de la industria, el Gerente de Saga Falabella, aseguró que el mayor desarrollo vendrá por el lado de la distribución, especialmente, por lo que “es la distribución e-Commerce y la última milla, moviendo temas como: desarrollo de sistema de control de pedidos, automatización de CD’s y almacenes para e-Commerce, multi u omnicanalidad, Apps de entregas, sistemas de ruteo y tracking, etc.”.
INDUSTRIA BAJO LA LUPA
Oscar Sosa y Jorge Gubbins comentaron algunos aspectos generales de algunos mercados.
• Almacenamiento y Bodegaje: Para Gubbins, estas ofertas se encuentran ubicadas en zonas alejadas de la ciudad, donde “el incremento de los costos operativos de transporte es compensado con un menor costo de almacenaje. Se espera que la oferta de estos servicios de almacenaje se traslade también a las principales ciudades del interior”. A su vez, Sosa reconoció que se ve bastante actividad en las bodegas en alquiler, tales como: BSF, Latam, Almacenes Central Huachipa, Michael Simon, entre otros.
• Operadores Logísticos: “Algunos vienen complicados con sus resultados y viendo cómo enfrentar el crecimiento y no morir en el intento”, afirmó Sosa. El ejecutivo de Monte Azul, por su parte, comentó que: “se ha visto una reducción de la demanda de sus servicios, a la vez que se ha visualizado una presión por parte de sus cliente por reducir tarifas. Esto ha llevado a una recomposición de su oferta de valor”.
• Tecnología y Automatización: “Las empresas van tomando conciencia de la importancia que tiene la tecnología y la automatización como eslabón de la cadena de valor”, afirmó Gubbins.
• Distribución: Sosa señaló que “existe mucha oferta, tanto formal como informal en el mercado con proveedores de todos los tamaños”. En tanto, Jorge Gubbins aseguró que éste es un servicio complicado por “los retos que enfrenta, tales como: alto tráfico vehicular, mala infraestructura vial, delincuencia, falta de zonas de carga y descarga, atomización de los puntos de ventas, entre otras”.