Las pequeñas y medianas empresas tienen sus ‘ojos abiertos’ ante los cambios y anuncios que se esperan para los próximos meses. La situación global y también nacional ha puesto en alerta a estas organizaciones que se preparan para enfrentar los retos y seguir siendo un pilar fundamental en la economía nacional.
El mundo empresarial está revuelto y agitado, de eso no hay dudas. Todos miran el escenario local y también el global, independientemente del sector en que se desenvuelva y de su tamaño.
A modo interno, la falta de colaboradores ha sido una preocupación para pequeños, medianos y grandes empresas. Por otro lado, está la necesidad constante de mejorar a nivel de servicio, presionado por los desafíos que plantean día a día los consumidores y clientes. La rapidez operacional, la eficiencia, la productividad y el cumplimiento son otro de los ejes que mueven a las empresas, pero que a su vez se han transformado en un tremendo desafío para todas.
Las pequeñas y medianas empresas han enfrentado un momento único en su historia. La crisis sanitaria y sus efectos conformaron el momento perfecto para el desarrollo de este sector, impulsando la aparición de nuevas Pymes y Startups que daban respuestas a necesidades específicas de los clientes. El desarrollo y aparición de estas organizaciones fue masivo y hoy enfrentan un nuevo reto el de mantener y dar ruedo a su operación, marcando diferencias en un mercado tremendamente competitivo, como es el caso del sector logístico y transporte.
En términos externos, tanto a nivel mundial, país y mercado, la situación se ha vuelto también compleja. La pandemia ha dejado duros efectos en lo económico, la recuperación de las economías no ha sido como ni a la velocidad que se esperaba. Los efectos de la inflación no solo golpean a los consumidores, sino también a las Pymes, quienes hacen frente a esta dura realidad global.
La situación mundial, tales como el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania; los continuos cierres de ciudad en China y, sobre todo, los reajuste en términos de abastecimiento a nivel mundial también generan preocupación y obligan a todos a estar alerta, pues existe el consenso que la situación puede compleja puede continuar, por lo menos por los próximos meses.
Las Pymes están y deben estar preparadas para estos escenarios y quizás muchos otros que podría traer el incierto panorama en que se desenvuelven ¿Cuáles son las principales preocupaciones de las pequeñas y medianas empresas en Chile?
“40 HORAS”
“Es importante que el trabajo dignifique, y no sólo con buenos salarios que es fundamental, sino que no te robe lo más esencial de la vida: el tiempo”. Con esas palabras la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo; junto a su par del Trabajo, Jeannette Jara, lanzó el “Sello 40 Horas” para reconocer a las empresas en Chile que ya aplican la reducción de la jornada laboral semanal.
Además, el Gobierno informó la creación de una mesa técnica para trabajar en la reducción de la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, donde participarán además de los ministerios de Hacienda y Economía, Juan Sutil, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), y el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), David Acuña. También se invitó a la mesa a Rafael Cumsille, líder de la Confederación de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme), para trabajar en la gradualidad de la reforma.
Sin duda, este proyecto pone sobre el tapete aspectos claves como la productividad y la modernización. Si bien, aspectos como mayor tiempo libre, más horas de vida familiar asoman como las principales ventajas de esta iniciativa; también existe un sector de la población que se muestra reticente al cambio, alegando principalmente a que, en medio de una crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus y los cambios en la estructura de productividad, una medida como tal pueda traer un mayor estancamiento y no obtenga los resultados esperados.
Expertos y analistas han planteado que el principal desafío de las Pymes ante esta iniciativa laboral está en la digitalización, modernización y la implementación de tecnologías como una solución para hacer frente a estos ajustes. La implementación de estas herramientas tecnológicas apunta principalmente a potenciar la productividad; acción que asoma como la mejor arma para enfrentar la reducción de la jornada laboral, mejorando la eficiencia, aumentando el valor para el cliente, gestionando el riesgo y descubriendo nuevas oportunidades.
Ante este escenario, Marcos Rivas, Presidente de la Asociación de Emprendedores (ASECH), comentó que “es obvio que todos como padres de familia, chilenos y chilenas, queremos pasar más tiempo con nuestras familias; sin embargo también se debe complementar con mayor desarrollo y crecimiento. Estos son los desafíos de nuestra sociedad”.
Sin embargo, los llamados de las organizaciones de emprendedores y pequeñas y medianas empresas es a que iniciativas como estas se realicen con gradualidad, considerando que aún los efectos de la pandemia y la crisis social perduran.
Internacionalmente también se viven cambios en esta materia que es importante mirar. Miles de trabajadores del Reino Unido comenzaron a trabajar cuatro días a la semana a partir de junio, sin reducción de su salario, en la que se considera la mayor prueba de este tipo en el país. En el programa piloto, que durará seis meses, participan 3.300 trabajadores de 70 empresas, desde proveedores de servicios financieros hasta un restaurante de pescado y papas fritas. Durante el programa, los trabajadores reciben el 100% de su salario por trabajar solo el 80% de su semana habitual, a cambio de comprometerse a mantener el 100% de su productividad.
INFLACIÓN HISTÓRICA
“El costo de la vida sube otra vez” esta letra de la tradicional canción de Juan Luis Guerra se ha transformado en un himno, tanto para la población en general como también para las pymes que ven cómo sus costos operacionales y productivos se elevan. El aumento del valor de algunos insumos y materiales, transporte o piezas, combustibles, entre otros, van afectando el día a día. El incremento de costos puede inducir a una compañía a aumentar los precios de los productos o servicios que ofrece.
Por otra parte, a la hora de acceder a créditos o préstamos, es posible que las tasas aumenten. En tanto, las cadenas productivas, las pymes dependen de empresas grandes que pueden ser potenciales compradores o con las cuales compran sus insumos. Por ello, las pequeñas y medianas empresas son susceptibles a las fluctuaciones de los principales indicadores de la macroeconomía, y esto desprende la vital importancia de entender cómo la inflación afecta a las pymes.
Ante esta situación, el llamado de los expertos es a estar alerta a la situación macroeconómica y planificar correctamente los costos de las pymes en los próximos meses, administrando bien los recursos con el objetivo de intentar no generar pérdidas y mantener el negocio estable.
Al cierre de esta edición, el Instituto Nacional de Estadística en Chile (INE) informó que en mayo de 2022, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) anotó un incremento mensual de 1,2%, una variación acumulada de 6,1% en lo que va del año y un alza a doce meses de 11,5%. Diez de las doce divisiones que conforman la canasta del IPC aportaron incidencias positivas en la variación mensual del índice y dos incidieron de forma negativa. Entre las divisiones con alzas en sus precios destacaron alimentos y bebidas no alcohólicas (1,8%), con 0,386 puntos porcentuales (pp.), y transporte (2,2%), con 0,313 pp.
Las cifras se ajustaron dentro de las expectativas del mercado que esperaba una escalada de precios por sobre el 1%. Acumulando así tres alzas mensuales consecutivas por sobre esta cifra. Por producto, el INE destacó el aumento mensual de 21,3% en los precios de servicio de transporte aéreo, acumulando una escalada de 103,9% en doce meses. En cuanto a la gasolina, ésta consignó un alza de 1,9% , acumulando 12,3% en lo que va del año y 28,9% a doce meses. A su vez, los alimentos consumidos fuera del hogar anotó una variación mensual de 2,3% y anual de 16,6%.
SUELDO MÍNIMO
A fines de mayo, el Presidente Gabriel Boric encabezó la ceremonia de promulgación de la ley que reajusta el sueldo mínimo y la entrega de subvenciones para pequeñas y medianas empresas (Pymes). Se trata del ajuste más alto en los últimos 29 años en Chile, el que se alcanzó tras un acuerdo entre la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), organizaciones representantes de las Pymes y el Gobierno. Se estima que cerca de 800 mil trabajadores dependientes formales del sector privado -con jornada completa- reciben salario mínimo. Además, el 70% de quienes ganan el salario mínimo trabajan en micro, pequeñas y medianas empresas.
Los salarios se ajustarán a 380 mil pesos a contar de mayo, 400 mil pesos en agosto y, eventualmente, a 410 mil pesos en enero, si es que la inflación en doce meses supera el 7% en diciembre. Por el contexto económico y de inflación que sufre el país, el reajuste incluye un subsidio temporal para las micro, pequeñas y medianas empresas –mipymes– que busca aliviarles el costo. Se estableció que el monto por trabajador o trabajadora que gane el sueldo mínimo será de $22 mil entre mayo y julio, y subirá a $26 mil desde agosto. En el caso de que en 2023 el salario mínimo suba, el subsidio será de $32 mil. Este tendrá vigencia desde el 1 de mayo de 2022 hasta el 30 de abril de 2023.
¿Qué significa esto? Que el fisco pagará dicho monto y el empleador se hará cargo del resto; es decir, durante los tres primeros meses las empresas tendrán que costear $8 mil, mientras que desde agosto la cifra subirá a $24 mil.