La paralización de puertos que afectó a la costa este de Estados Unidos a principios de octubre nos motivó a explorar las posibles consecuencias de un evento de este tipo en Chile. Para ello, conversamos con Javier Ovalle, Executive Manager de LHH Recruitment Solutions en Chile y Rodrigo San Martín, Regional CEO LATAM de Hillebrand GORI, empresa de DHL Company.
El sector portuario moviliza el 95% de las cargas de exportaciones e importaciones nacionales, por lo que -sin duda- una eventual paralización tendría un gran impacto.
"Un escenario así significaría que nuestro comercio exterior se paralizaría en un porcentaje muy alto, en especial con Asia, Norte América y Europa. Solo quedaríamos con posibilidades de transportar al cono sur vía terrestre”, señala Rodrigo San Martín. Y para graficar el impacto de una eventual paralización de nuestros puertos menciona dos datos contundentes: “de acuerdo con las cifras de la Subsecretaria de relaciones económicas internacionales. el 88,5% del nuestro comercio exterior se hace vía marítima. Además, en el 2023, Chile exportó bienes por USD 95 mil millones e importó bienes por USD 85 mil millones, según datos de la OMC”, precisa.
Javier Ovalle agrega que una paralización de puertos en Chile expondría a los exportadores a un gran problema en sus relaciones comerciales. “Perderíamos credibilidad y seriedad al momento de cerrar los acuerdos comerciales y abrimos la puerta a otros competidores, como Perú”, apunta.
En el caso del mercado frutícola, ejemplifica, los gastos asociados podrían ser diversos: “van desde el costo de perder el producto, el margen castigado por la obligación de vender el producto para otro propósito distinto al original (fruta fresca v/s mermeladas o pulpas) hasta los costos de almacenaje en frio mientras termina el paro”, indica. Asimismo, indica como potencial consecuencia que el precio de los productos podría aumentar o afectar la disponibilidad de otros.
Para Rodrigo San Martín, el punto crítico estaría en las cargas perecibles. “Estas cargas debe ser movilizadas en el menor plazo luego de ser procesada. Por lo tanto, creo que las mayores pérdidas estarían en la exportación de salmón y fruta. Otras cargas como cobre o vino podrían esperar y solo se verían afectadas por costos adicionales relacionados a la congestión que se generaría después del paro”, subraya.
Y aunque puede ser útil hacer un análisis de cómo han evolucionado paralizaciones anteriores -ya sea en Estados Unidos o en Chile- estos profesionales sostienen que, para las empresas chilenas es difícil actuar de manera preventiva. “Chile ya ha tenido paros bastante largos con resultados desastrosos para la industria alimentaria nacional, así es que creo que los aprendizajes están. Sin embargo, más allá de gestionar de mejor manera las relaciones gremiales y sindicales, es bastante poco lo que se puede hacer. Puedes invertir en centros logísticos de almacenaje en frio, pero eso también propone una inversión cuantiosa que tendría una potencial capacidad ociosa cuando no existan paros”, señala Ovalle.
En tanto, San Martín afirma que “para quienes hacen comercio exterior de importación o exportación, es difícil adoptar medias previas, ya que estas negociaciones ocurren entre los puertos y sus trabajadores. La única forma de mitigar interrupciones en el transporte de cargas es manteniendo mayor inventario más cerca de los clientes”.
APRENDIZAJES PARA NUESTRO PAÍS
Cada día de huelga en los puertos de la costa este de Estados Unidos equivale a 540 millones de dólares para la economía de este país. Así lo estimó un análisis de The Conference Board, organización de investigación y membresía empresarial que reúne a entidades en más de 60 países. Por su parte, la Asociación Nacional de Manufacturas (NAM) estimó que esta paralización puso en riesgo 2.100 millones de dólares de comercio, por día. Una vez resuelto el conflicto, además, es probable que se produzcan cuellos de botella en los puertos que generen retrasos y aumento en los costos de transporte, tal como sucedió después de la pandemia.
No es necesario vivir este enorme impacto para extraer lecciones, que pueden ser aplicadas no solo a Estados Unidos, sino también a Chile.
1. Diversificación de puertos y rutas: Contar con redes logísticas eficientes y diversificadas es una de las principales lecciones que se desprenden de estas paralizaciones. Para reducir el potencial impacto, es importante desarrollar infraestructura portuaria alternativa -otras rutas de transporte- o reforzar acuerdos comerciales que permitan el uso de otros puertos en caso de emergencia.
2. Fortalecer relaciones laborales: Mantener relaciones saludables con los trabajadores es gravitante, no solo en momentos de crisis. Por ello, es crucial invertir tiempo y recursos en el diálogo social y el desarrollo de estrategias efectivas de gestión de conflictos. Adicionalmente, este paro evidenció la necesidad de actualizar acuerdos en sectores donde la automatización y la modernización juegan un papel clave.
3. Aumento de inventarios estratégicos: Muchas empresas en Estados Unidos se vieron afectadas por no tener suficientes inventarios en tierra. Para evitar esta situación, los expertos sugieren mantener una mayor cantidad de inventarios de seguridad cerca de sus mercados finales para amortiguar los impactos de estas disrupciones.
4. Uso de tecnología y planificación logística: Invertir en tecnología para optimizar la logística es esencial en cualquier momento, pero especialmente en situaciones críticas. La utilización del Big Data y análisis predictivo, plataformas colaborativas e Inteligencia Artificial para procesar múltiples variables, sugerir rutas alternativas y optimizar las entregas en tiempo real pueden ser herramientas muy útiles en estas instancias.
5. Planificación de contingencias: Aunque no siempre es posible prever este tipo de escenarios, un plan B debiera considerar proveedores alternativos, planes para redirigir la carga y la reconfiguración de ciertas operaciones logísticas, entre otros aspectos.