¡Llegó 2020! El año de consolidación de la industria se encontró con algunas piedras en el camino. Algunos desafíos: solucionar los problemas sociales, desarrollar más infraestructura y tomar el toro por las astas en el ámbito tecnológico.
En los últimos 10 años el crecimiento de la industria logística en Chile ha sido continuo. Eso cree el director de las carreras de Comercio Exterior y Logística de Duoc UC sede Antonio Varas, Eduardo Espinoza, que basa esta expansión en el comportamiento económico mundial y en el desarrollo de proyectos e intercambio comercial de Chile hacia y desde el extranjero.
Según el Índice de Desempeño Logístico del Banco Mundial (2018), Chile en el puesto 34, alcanza una posición de liderazgo en la Sudamérica, al compararse con los 160 países que son parte de la muestra y habiendo subido 12 puestos respecto a 2016. “Este resultado nos habla de un proceso de maduración, el cual ha tomado forma de manera sostenida durante el último tiempo, a pesar del menor crecimiento económico presentado el año 2019 y el contexto social en el cual hoy se encuentra nuestro país, los distintos actores que componen la industria Logística han sabido responder de manera óptima y eficaz a este escenario”, afirma el docente.
Lo anterior, da cuenta de una industria con una sólida base que es capaz de adaptarse al comportamiento económico tanto en nuestro país como en el resto de los mercados. Haciendo un análisis de la Supply Chain, en el año que acabamos de cerrar, Eduardo Espinoza destaca que, a pesar de la alta competitividad que hoy vive la industria, donde existen muchos oferentes de un mismo servicio, la capacidad de adaptación y respuesta oportuna de las empresas nos permiten mirar con optimismo los próximos años. “La constante búsqueda de innovar y marcar tendencia en el mercado, hace que todos busquen estar a la vanguardia y ser un actor relevante”, señala.
La especialista en retail, Paula Aguilera, también valora la posición de Chile en el ranking de desempeño logístico que mide diversos factores como la calidad de la infraestructura para el comercio y el transporte, la eficiencia de los procesos de control, la facilidad para negociar precios, la competencia y la calidad de los servicios de logística, entre otros aspectos.
“Esto ha ido demostrando que el proceso de maduración de la logística en Chile ha dado pasos enormes hasta el momento, desde la estrategia nacional de inversiones en carreteras hasta la instraestructura portuaria”, señala. Según la profesional en desarrollo de negocios retail, el país ha alcanzado una mayor conexión e integración de todo su territorio y ha mejorado la seguridad en el transporte. Igualmente, Chile ha logrado integrar las nuevas tecnologías y ha incorporado la preocupación por el medioambiente como una nueva variable a trabajar. Además, ha habido una mayor especialización en el área logística, lo que ha permitido que las personas tengan un rango más alto de elección de profesiones relacionadas. “También hoy en el mercado encontramos un amplio rango de empresas que entregan soluciones de servicios integrados. Todo esto ha sido positivo en el proceso de maduración logística. Sin embargo, en este camino han ido quedando cabos sueltos que no se han incorporado al proceso de crecimiento y que de alguna manera empujan en sentido inverso”, apunta Paula Aguilera.
Sobre esto último, la especialista hace hincapié en las mediciones de sustentabilidad del entorno de las personas y en la educación escolar orientada a temas nuevos y diversos, que colindan con los temas logísticos, como la tecnología avanzada. En este sentido, aprender sobre inteligencia artificial, ayudaría a que en el futuro los jóvenes aporten nuevas investigaciones en los distintos sectores que convergen con la logística.
Comercio electrónico
Según el profesor de Duoc UC, un claro ejemplo de la consolidación de la industria son las transacciones de e-commerce nacional, que han crecido de manera exponencial, presionando la adaptación y mejora en tiempos de respuesta de los centros de distribución. Asimismo, el avance de las compras online ha impulsado la diversificación y trazabilidad de los métodos de pago, la aplicación de nuevas tecnologías para mayor cobertura en las opciones de compra, la automatización de procesos y otros factores beneficiosos para el consumidor final.
Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas. “Las pymes que hoy componen la cadena de suministro, sin duda, se han visto afectadas durante las últimos meses de 2019 debido a los acontecimientos sociales en nuestro país. No fue la manera más óptima de terminar un año, que a pesar de un escenario económico con poco crecimiento, se había podido sobre llevar de manera óptima”, señala el especialista en logística y comercio exterior, quien espera que las medidas que está tomando el Gobierno vayan mitigando gradualmente la incertidumbre.
Expectativa versus realidad
Para el especialista en cadenas logísticas de la Universidad de California (Berkeley), Felipe Ulloa, la logística en Chile ha venido de menos a más. “Desde los noventa hasta ahora, el país ha tenido un ingreso cuatro veces más grande. Nos ha pillado muy rápido el crecimiento económico, con muy poca infraestructura que se desarrolla desde el gobierno del presidente Ricardo Lagos en adelante. Necesitamos una política decidida de logística nacional, que está ausente. Por un lado tenemos la política y, por otro, el quehacer de la infraestructura disociado de la política”, explica.
En este sentido, el ex asesor ministerial de Sebastián Piñera y Michelle Bachelet, cree que falta una mirada de políticas claras, que vayan más allá de las mesas de trabajo. “Necesitamos una política clara con voluntad decidida y generación de infraestructura por la vía del ministerio de Obras Públicas. Si tenemos eso y una voluntad para hacer puertos, aeropuertos y pasos fronterizos, entonces podremos hablar de que tenemos una buena logística nacional en Chile”, dice Felipe Ulloa.
Además, el consultor en infraestructura, transporte y desarrollo echa de menos un correlato normativo que asegure que evite los paros portuarios y los cortees de camino producto de revueltas sociales. “Se necesitan garantías para que la cadena no se corte, no es posible que esté sujeta a la efervescencia social. Necesitamos generar mayor infraestructura, porque esos son los países que crecen. Desde ese punto de vista Chile está al debe, porque el ministerio de Transporte no tiene claridad más allá de generar mesas indicativas y el ministerio de Obras Públicas no ha hecho su labor de generar más infraestructura desde por lo menos cuatro gobiernos atrás”, enfatiza.
La logística nacional, según Felipe Ulloa, requiere una mirada país para su desarrollo. Para lograrlo, el desafío es contar con una autoridad dedicada a ella. “No hay un espacio público-privado que indique los lineamientos a seguir, por lo tanto, vamos a tener diferencias sobre el quehacer de la logística nacional, con distintos criterios, donde el país simplemente no crece porque no tiene la logística adecuada”, concluye.
Ahora, lo positivo para Espinoza, es que la industria se ha mantenido, a nivel global, en la búsqueda de procesos de optimización y eficiencia. “Para el año 2020 el desarrollo tecnológico es la base del crecimiento de la industria, debido a los nuevos desafíos que presenta la evolutiva demanda del consumidor final”, comenta el docente.
Qué depara el futuro
Al mirar las últimas cifras del Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec), sumado al descontento social, el doctor en Economía Industrial e Internacional y director de la Escuela de Postgrado de la UTEM, Roberto Contreras, no ve un futuro promisorio. “Nos encaminamos a una fuerte contracción de la actividad durante todo el último trimestre del año, que podría trasladarse hasta el primer y segundo trimestre de 2020. Se debe observar la capacidad del gobierno para terminar el vandalismo, sobre todo, luego del inicio de clases del mes de marzo. En este escenario, no descarto que el país pueda entrar en recesión técnica, en marzo de 2020”, afirma. De hecho, el Banco Central viene ajustando a la baja el crecimiento que puede experimentar la economía este año.
¿Cómo podría verse afectada la industria? Combinando los nuevos ingredientes que vinieron a cambiar la tradicional receta de crecimiento en Chile, podríamos ver un fuerte incremento del desempleo en los próximos meses, así como un cambio en su composición, viendo una merma en el trabajo asalariado y aumento en el trabajo por cuenta propia. “El Estado recaudará menos ingresos, dificultando la expansión del gasto público para atender las demandas sociales, con nuevas demandas futuras, seguramente más urgentes para compensar la falta de empleo. Las empresas disminuirán sus utilidades impactando el valor de cotización de la Bolsa y presionando el tipo de cambio que se ha mantenido acotado gracias a la intervención del Banco Central”, explica el académico de la UTEM.
Así, en medio de los vaivenes del tipo de cambio debido al conflicto entre Estados Unidos e Irán, con un precio del petróleo al alza y un escenario social aún incierto, no es raro que las expectativas de crecimiento para 2020 sigan ajustándose a la baja. “El escenario interno se observa poco auspicioso para la ejecución de nuevos proyectos de inversión, el Banco Central proyecta una caída de la formación bruta de capital fijo del 4% para el año 2020. Tendremos un tipo de cambio más alto que favorece al sector exportador y perjudica al sector importador”, afirma Roberto Contreras.
En este contexto, el profesor proyecta un ajuste de la balanza comercial, beneficiada por la depreciación del peso y un escenario más positivo para las materias primas, gracias a la disminución de las tensiones comerciales en un año electoral en Estados Unidos que frenará el excesivo protagonismo del presidente Donald Trump. Además de eso, el académico espera que el Estado anticipe y acelere la concesión de obras de infraestructura, lo que complementado con un mayor gasto fiscal, compensaría la desinversión que se pueda dar en comercio, turismo, servicios y transporte.
Los desafíos del comex
Aunque el escenario externo no será el mejor, las tensiones comerciales han disminuido. Según Roberto Contreras, esto está ayudando a recuperar el precio de las materias primas (petróleo y minerales), que dan alivio a las economías latinoamericanas. Pero, no hay que perder de vista que, en términos globales, el Fondo Monetario Internacional ha proyectado un menor crecimiento mundial para 2020.
A nivel interno, el tipo de cambio más alto mejora las preferencias de los bienes nacionales, lo que va en desmedro de los bienes importados. “Así podríamos tener un bajo crecimiento del consumo interno que representa cerca del 60% de la demanda interna, también se anticipa menores niveles de inventarios, anticipando una menor demanda y un aumento del desempleo que podría agravar la situación”, detalla el director de la Escuela de Postgrado de la UTEM.
En materia de comercio exterior, se ve un escenario más positivo para el mundo exportador, donde será relevante mantener la continuidad del sector portuario para responder con la agilidad que se requiere.
En el ámbito de las importaciones de bienes de consumo, podrían bajar los volúmenes, pero de mejorar el escenario sería posible recibir una mayor cantidad de pedidos. De ahí la importancia de la flexibilidad para responder de manera oportuna. Según el académico, en 2020, es probable que la importación de bienes intermedios se mantenga y que el sector minero saque cuentas más felices que en 2019. “Este año se prevé mejor, lo que hace anticipar un buen escenario en materia de exportaciones y también de importación de suministros para el sector”, concluye el profesor de la UTEM.
Por su parte, la especialista en retail, Paula Aguilera, estima que los desafíos del 2020 deberían estar enfocados en recuperarnos de la crisis social, incorporando todas las variables para enfrentar el crecimiento. “Así como también acelerar todos nuestros procesos internos en las compañías para enfrentar los desafíos globales que ya se estaban manifestado, como por ejemplo, entender todos los cambios portuarios en Chile y en otras partes del mundo, o cómo impactan los envíos express en la estructura de costos, las nuevas regulaciones laborales, los cambios gigantes que se están generando en la industria marítima y que afectan directamente nuestra forma de negociar con clientes”, señala
Fabiola Romo Pino
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