La Cuarta Revolución Industrial (4RI) y la transición a la Industria 4.0 (I4.0) merecen una interpretación controvertida desde el punto de vista del impacto sobre el Cambio Climático Global (CCG). El impacto negativo está asociado al aumento de la capacidad productiva y la aceleración del crecimiento económico digital, aumentando la influencia antrópica negativa sobre el medio ambiente. Sabido es que la automatización y la tecnocracia conducen a un aumento crítico en el consumo de energía.
La sociedad de la información no está dispuesta a renunciar a los beneficios habituales en aras de salvar la naturaleza, al menos en la etapa actual de su desarrollo. La I4.0 seguirá mostrándose, ya sea provocando una crisis ambiental mundial o superándola con la ayuda del apoyo tecnológico para la producción y el consumo responsables. La ciencia no puede predecir la elección que hará la humanidad, más sí puede predecir las consecuencias probables de cada una de las alternativas disponibles para el desarrollo de la I4.0 y ofrecer soluciones prometedoras con el propósito de utilizar la capacidad de la Industria 4.0 para combatir el CCG.
Así, en las últimas décadas, la agudeza del problema del CCG ha ido en aumento; para algunos este problema no es grave o es posible que acontezca pero en un futuro lejano. Los países desarrollados fueron los primeros en darse cuenta de que el CCG está ocurriendo, interpretándolo como una amenaza a su seguridad nacional. Inicialmente, en lugar de resolver el problema del CCG, la economía global estuvo dominada por la práctica de transferir los riesgos ambientales de un país a otro. En el marco de esta práctica, se produjo la formación de grandes economías industriales de países en desarrollo (China), que se convirtieron en puntos geo-logísticos de producción promovidos por empresas transnacionales con sede en países desarrollados.
Sin embargo, los países en desarrollo inicialmente se enfocaron en los beneficios que obtienen en la creación masiva de empleos, en el crecimiento económico acelerado, en el acceso a tecnología avanzada y a una mayor competitividad global. Posteriormente, se dieron cuenta de la gravedad de la carga de los costos ambientales de este crecimiento económico industrial y comenzaron a tomar medidas para proteger el medio ambiente. En consecuencia, todos los países del mundo, tanto desarrollados como en desarrollo, han reconocido que el CCG es un problema para la humanidad, ya que si el medio ambiente se deteriora en una parte del mundo, los ecos de este fenómeno se manifestarán en otras regiones del globo terráqueo.
Con el reconocimiento internacional de la cobertura integral del CCG, en 2015 se adoptaron los Objetivos Globales de Desarrollo Sostenible (OGDS), que marcaron el inicio de una verdadera solución a este problema al reducir los costos ambientales de la economía global. En la actualidad se han lanzado e implementado activamente programas nacionales con el objeto de digitalizar la economía y la transición a la I4.0. Así, el CCG es la nueva realidad de nuestro tiempo en transición hacia la I4.0. Los programas de digitalización de las economías de los países del mundo deberán aunar esfuerzos y estrategias nacionales de desarrollo sostenible para evitar una catástrofe ambiental anunciada.
CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL
El CCG es el factor externo clave que está a punto de jugar un papel importante en la actividad empresarial y la elaboración de su política, pues aumentará mayores riesgos para muchas empresas y para sus negocios, y en consecuencia, los costos de los seguros también crecerán. El CCG no es solo un problema ecológico, pues el clima está íntimamente relacionado con la actividad humana, por tanto, influye en los negocios de todo el mundo y lo hará aún más en el futuro, especialmente en el entorno logístico-empresarial.
En primer lugar, debido a que las condiciones climáticas extremas provocadas, se producirá un cambio en la disponibilidad de los recursos y en sus costos. Estas condiciones climáticas extremas lograrán romper las Cadenas Globales de Suministro y complicarán aún más, para las empresas modernas, los flujos logísticos de recursos y materiales; las sequías causarán escasez en las plantas agrícolas que se utilizan para la producción de alimentos, ropa y otros productos. Un aumento en los costos de energía aumentarán los costos logísticos de transporte. Las restricciones normativas sobre bienes relacionados con el CCG también aumentarán los costos.
Por tanto, la escasez o el agotamiento de los recursos naturales inducirá a las empresas a utilizar materiales alternativos y a recuperar, reutilizar y reciclar cada vez más residuos. En segundo lugar, el CCG logrará cambiar la estructura de la demanda en los mercados mundiales. Cada vez más consumidores preferirán productos ecológicos. En tercer lugar, a medida que aumenta la temperatura global y cambian las condiciones climáticas, las condiciones laborales en algunos sectores económicos pueden volverse más rígidas. El trabajo físico, especialmente al aire libre, se hará más difícil y aumentarán los riesgos para la salud y la seguridad en estos ámbitos. En consecuencia, los costos en estos sectores también aumentarán.
Por su parte, el problema de la eliminación y el reciclaje de desechos es un problema agudo para cualquier megalópolis. En la actualidad, las ciudades de todo el mundo producen al año alrededor de 1300 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos y, para 2025, se prevé que el volumen aumentará a 2200 millones de toneladas. Por tanto, la renovación de las “Reglas” que deben seguir las empresas jugará (y ya juega) el papel más importante.
A medida que la sociedad se torna más consciente del CCG, estará menos dispuesta a aceptar modelos de negocio que no se esfuercen por disminuir su impacto en el medio ambiente. Los consumidores adquirirán productos generados de forma sostenible o, al menos, que no deterioren el medio ambiente como los demás productos compatibles. Se espera que las empresas sean socialmente responsables y tomen medidas para hacer su actividad más respetuosa con el medio ambiente o para donar dinero a las agencias de protección ambiental. Por tanto, el CCG tiene consecuencias ecológicas, sociales, políticas y económicas.
El CCG es un problema mucho más serio que una simple preocupación ambiental, pues influirá profundamente en la esencia de los negocios en un futuro próximo. Las empresas enfrentarán problemas graves si no analizan su influencia y si no se toman algunas medidas para encontrar las soluciones adecuadas. Ya es hora que los líderes de las empresas reconsideren sus modelos de negocios. La idea más crucial es comprender que la adaptación aumenta los costos, pero la falta de adaptación costará aún más.
GASES EFECTO INVERNADERO
Las emisiones de CO2 del procesamiento de gas natural es 1,37 veces menores que las del procesamiento de derivados del petróleo y 1,84 y más veces menores que las del procesamiento de carbón; el gas natural produce menos partículas finas, dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) durante la combustión. En este contexto, se podría decir que la transición energética, en primer lugar, de una “Economía Negra” (dependiente del petróleo) a una “Economía Azul” (dependiente del gas), y en segundo lugar, hacia una “Economía Verde” (dependiente de Fuentes de Energía Renovables (FER)) será muy lenta y quizás muy costosa.
Las megalópolis producen cada vez más y mayores emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que provocan el CCG. El transporte es uno de los principales contaminantes ambientales. En las grandes ciudades, el transporte por carretera es la principal fuente de emisiones nocivas (GEI). El término “Economía Colaborativa” o “Economía Compartida” (EC, en adelante) es una noción muy nueva, y tiene el potencial para lograr un desarrollo sostenible. El supuesto potencial de la sostenibilidad radica en la capacidad de las empresas productoras de bienes y servicios en disminuir el consumo neto que conduce a la reducción de la explotación de los recursos. Se afirma que la EC conducirá a la reducción del uso de agua y energía y a la reducción de residuos; motivará la reducción de GEI, posicionando el uso compartido como una práctica alternativa de consumo para hacer frente al problema del CCG.
A su vez, el crecimiento del “Uso Compartido” a través de Uber, Craigslist, Airbnb y otras plataformas ayudará a disminuir el impacto en el clima en las áreas urbanas más densas. Con el tiempo, la EC de los recursos transformará el sistema de transporte y garantizará una reducción profunda de las emisiones de GEI en relación con una política climática eficaz. Con menos consumo de agua y de combustible, la EC ayudará a las personas a reducir la cantidad de recursos consumidos. En efecto, la adaptación consiste en utilizar instrumentos económicos para disminuir el impacto sobre el medio ambiente.
Por tanto, los instrumentos económicos para estimular la reducción de GEI y la adaptación se han convertido en un problema crucial tanto para los países ricos como para los pobres, para las grandes y pequeñas empresas. Uno de los componentes más importantes en la formación de megalópolis “Verdes” es el desarrollo del sistema de transporte público, donde se da prioridad a los tipos más seguros para el medio ambiente, como los trolebuses, los tranvías, el metro, la disposición de carriles para bicicletas, scooters urbanos, autobuses eléctricos, infraestructura para estaciones de carga para vehículos eléctricos y la mejora de los espacios públicos.
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Evaluar el desarrollo urbano sostenible implica evaluar factores económicos, ambientales y sociales. La situación ecológica de las ciudades se evalúa según criterios como riesgos ambientales, zonas verdes, energía, contaminación del aire, emisiones de GEI, gestión de residuos y calidad del agua y saneamiento. En los países desarrollados, alrededor del 40 % de las emisiones de los GEI provienen de los edificios, de los cuales menos del 10 % proviene de los materiales de construcción y más del 90 % proviene de las operaciones.
INDUSTRIA 4.0
La 4RI o I4.0 fue declarada inevitable y obligatoria por el Foro Económico Mundial, y las prioridades de desarrollo se hicieron evidentes, es decir, el desarrollo de la digitalización, la automatización, los macrodatos y su seguridad. Pero I4.0 va de la mano con otra estrategia importante para la humanidad: conservar los recursos de la Tierra y mejorar la situación ambiental, así como garantizar el bienestar de todos los miembros de la sociedad. Aunque los efectos ambientales de la I4.0 actualmente no están completamente claros, sin embargo, incluso ahora, los estados deben predecirlos y tenerlos en cuenta al configurar sus políticas industriales, ambientales, científicas y técnicas. La 4RI o I4.0 no es un país o una industria específica. Impregna el mundo y tiene el potencial de impactar en todas las comunidades en diferentes etapas de desarrollo y en todos los sectores industriales.
En efecto, la 4RI o I4.0 conducirá a la transición de la economía mundial a un “Nuevo Orden Tecnológico” basado en la introducción generalizada de tecnologías digitales; la “Digitalización” se fundamenta en la integración de “Tecnologías Habilitadoras Clave” en los procesos de producción e incluye: Sistemas Físicos Cibernéticos, Sistemas Ciberfísicos Colaborativos (SCC), Internet de las Cosas (IoT), Internet Industrial de las Cosas (IIoT), Internet de los Servicios (IoS), Big Data y Análisis de Datos, Computación en la Nube (CN), Fabricación en la Nube (FN), Fabricación Aditiva o Impresión 3D, Sistemas Robóticos (SR), Robótica Avanzada, Realidad Aumentada (RA) y Realidad Virtual (RV), Computación en la Nube (CN), Simulación y Modelado, Ciberseguridad, Aprendizaje Automático e Inteligencia Artificial (IA), Tecnología Blockchain, Fabricación Inteligente y Gemelos Digitales entre otras.
Así, I4.0 juega un papel significativo en la transición hacia una “Economía Verde”. En consecuencia, la EC se basa en compartir bienes y servicios que conservan energía y reducen el consumo de recursos. Y la transición a ella es posible precisamente gracias a la I4.0 que tiene el potencial de controlar la presencia de capacidades subutilizadas uniendo, a través de CN, FN y Blockchain, a proveedores, compradores y consumidores. De igual manera, I4.0 faculta, con el apoyo de IoT, IIoT e IoS (sensores ambientales que miden temperatura, humedad, composición del aire y los niveles de radiación, tiempo de actividad, etc.) la creación de megaciudades y comunidades e industrias más inteligentes y sostenibles.
Por su lado, la minería del carbón que es una de las industrias más antiguas del mundo, siendo la fuente de energía más disponible en la actualidad, está bajo la presión por parte de las políticas globales que buscan energías más eficientes y respetuosas con el medio ambiente. Sin embargo, las innovaciones nacidas en el seno de la I4.0 (sistemas robóticos de exploración; redes de sensores (IIoT e IoT); IA para aumentar la eficiencia de la planta; tecnología aerotransportada para la exploración de minerales; Imágenes 3D y Escaneo Láser; soluciones de perforación Automatizadas y Teleoperadas; Sistemas de Transporte Autónomo; Tecnología de Plasma; Adopción de Sistemas Centralizados para operar, monitorear y controlar las actividades de extracción o procesamiento desde una ubicación remota) puede ser la única forma que las empresas de la industria del carbón salgan de la crisis, aumentar la competitividad y ser más amigables con el medio ambiente. La implementación de la I4.0 significa operaciones interrelacionadas más eficientes, rápidas y limpias durante toda la cadena de valor, permitiendo la transparencia informativa y descentralización de la toma de decisiones.
Por su parte, la IA se está implementando en el sector del petróleo y el gas para clasificar los tipos de roca durante la perforación con el objeto de mejorar la eficiencia. Se han desarrollado modelos de Gemelos Digitales para indicar el estado de las máquinas y el estado del entorno en tiempo real, lo que permite una optimización continua. Los Robots Autónomos, incluidos los vehículos aéreos no tripulados y los vehículos submarinos no tripulados, se coordinarán digitalmente con sistemas de vigilancia para realizar la gestión de integridad de activos, lo que permite que la fuerza laboral humana se “redistribuya” en tareas que son demasiado complejas y costosas de automatizar; la I4.0 permite tener acceso en tiempo real a todos los datos necesarios sobre productividad, estado de la maquinaria, condiciones de producción y riesgos ambientales, posibilitando la toma de decisiones operativas, aumentando la eficiencia del trabajo y brindando una mejor protección del entorno. Pero, el uso de IA podría crear un impacto ambiental negativo y significativo, ya que la tecnología requiere grandes cantidades de potencia informática y puede considerarse que consume mucha energía, ya que la extracción de metales utilizados para producir hardware podría contribuir a la degradación ambiental.
En suma, la implementación de la I4.0 contribuye no solo al aumento de la productividad, la eficiencia económica, a la generación de efectos positivos de naturaleza ambiental y social, también al aumento del valor de la empresa. Por tanto, los altos riesgos ambientales y las amenazas del CCG están frenando la actividad económica y son señales poderosas para redirigir los flujos de inversión hacia empresas y/u organizaciones más amigables con el medio ambiente.
Por: Xiomara Velásquez Monroy