La crisis sociosanitaria trajo consigo obstáculos inesperados para el grueso de la sociedad, pero también supuso un duro golpe económico para el tejido empresarial. Grandes corporaciones y pequeños emprendedores vieron sus negocios peligrar, sobre todo en determinados sectores, con las restricciones en la distribución y paros en el transporte a nivel global.
El cierre de fronteras, la suspensión de la actividad en fábricas, la caída de las bolsas o la falta de personal en la cadena de suministro fueron cuestiones de índole internacional que, ligadas al confinamiento y el consecuente aumento de las compras online a e-Commerce, retaron la solidez del tejido empresarial.
Hoy respecto a hace 2 años, afrontamos una altísima volatilidad en el Mercado y en toda la cadena, unido a la escasez y tensión constante a la que está sometida la supply chain. Debido a ello, somos conscientes de la urgente necesidad de contar con una estrategia efectiva para la gestión de riesgos, relación con partners y control de sus áreas operativas. Ya no solo para hacer frente a crisis internacionales, sino precisamente para seguir siendo fieles a las garantías de servicio en momentos de alta demanda, como el que está provocando el comercio electrónico.
Las empresas en toda Latinoamérica fueron testigos directos del crecimiento masivo del consumo electrónico. Según los índices de la Cámara de Comercio de Santiago de Chile (CCS), el 15% de las ventas totales en 2020 fueron realizas en entornos online, lo que también deja entrever buenos augurios para el futuro del sector logístico, pese a la bajada registrada en los ejercicios durante la pandemia. De hecho, los resultados del Barómetro Logístico de Comercio Exterior de Chile de 2021, publicado a principios de 2022, alegaban altas expectativas en la mejora del desempeño a lo largo de estos meses, derivado principalmente del esperado aumento de la demanda de cara a los próximos años.
En esta misma línea, en 2021, America’s Market Intelligence (AMI) afirmó que LATAM se había convertido en la segunda región de mayor crecimiento de e-Commerce del planeta y que, en algunos países de la zona, había aumentado hasta un 30% el volumen de consumidores digitales. Un dato de relevancia que confirma la conclusión de que la industria logística debe implantar soluciones para una gestión correcta y eficiente que les permitan atender a las necesidades de los clientes, sean empresas o particulares, como clave para la prosperidad del negocio.
La agilidad y la flexibilidad son elementos claves y es necesario gestionar las cadenas desde la predictibilidad; es decir apoyándose en la digitalización y en los datos para ser más “predictivos” y menos “reactivos” y, en ese sentido apostar por las herramientas tecnológicas adecuadas es fundamental. La clave es contar con la visibilidad end to end para gestionar la incertidumbre y poder anticiparse, dando así una mejor respuesta a nuestros clientes. Las empresas de todos los sectores, ahora más que nunca, necesitan tener visibilidad del estado de sus operaciones y de su negocio y utilizar los datos y la información analítica para tomar decisiones empresariales acertadas.
Está claro que el comercio electrónico y el auge de la tecnología han sido y serán los dos pilares imprescindibles para el desarrollo del sector. Así, los avances que se realicen en esta materia aportarán beneficios a todas las partes interesadas y áreas del negocio, desde el transporte a la gestión del supply chain, y a las propias compañías que dependen del servicio logístico para su actividad.
En concreto, el sector logístico en Chile se encuentra en proceso de integración de cambios. Al final, todos los procesos se han visto desafiados por la competitividad, la globalización y la situación de pandemia, lo que ha llevado a las empresas a considerar diferentes planes para seguir haciendo frente a la demanda, consolidar un crecimiento sostenible y mantener y seguir generando empleo.
Para ello, la transformación digital en las corporaciones de Chile, como en las de todo LATAM, ha sido decisiva y abre un universo de posibilidades para la expansión del negocio en base a las tendencias logísticas del momento:
En primer lugar, se apuesta por la logística como un sector comprometido con la sostenibilidad, de gran relevancia en la sociedad y en el correcto desarrollo de la actividad empresarial. En general, se estima que, a nivel global, el 23% de las emisiones de gases efecto invernadero provienen del transporte. Además, según la Dirección del Centro de Transporte y Logística de la Universidad Andrés Bello de Chile, el sector logístico representa el 33% del consumo energético total y el ítem combustible constituye hasta un 45% de los costos operativos en las empresas de transporte por carretera.
La mayoría de las compañías, siendo conscientes de la situación de emergencia climática internacional, están buscando adaptar su infraestructura para recurrir a fuentes de energía más renovables, así como el uso de vehículos eléctricos para sus operaciones. Del mismo modo, contar con partners alineados con los valores y principios medioambientales es clave para desempeñar el trabajo de manera eficiente, responsable y a través de la optimización de los recursos.
Por otra parte, la automatización se posiciona como proyecto por excelencia para mejorar la eficiencia de las operaciones a través de una intervención humana más optimizada. Esta actuación tiene también el objetivo de fomentar el desempeño laboral, la prevención de riesgos y del uso de la tecnología para agilizar los procesos de distribución. Automatizar la logística no solo se refiere al uso de maquinaria o a la introducción de dispositivos de última generación para las tareas, sino también al seguimiento de datos y análisis en tiempo real para proveer a la compañía de mayor velocidad, escalabilidad y facilidad para la toma de decisiones.
En esta misma línea, se sucede la necesidad de apostar por la conectividad y la ciberseguridad. Actualmente, el mundo laboral está más hiperconectado que nunca, también con la implantación del teletrabajo y la colaboración vía multiplataforma a nivel global. La tendencia de la conectividad divide, a su vez, en dos vertientes y distingue entre el uso de dispositivos electrónicos por parte de empleados y por parte de los propios sistemas de la empresa.
En cuanto a la empresa, la tecnología permite tener un control absoluto de los tiempos de trabajo y la actividad, así como detectar errores y conocer los detalles sobre el consumo energético. Por otro lado, en cuanto al equipo humano, la conectividad permite que el sector logístico se sume al resto de industrias contemporáneas y provea a su equipo humano de mayor flexibilidad. Sin embargo, también es un foco para las ciberamenazas. Más aún en un sector que maneja grandes volúmenes de datos sensibles, tales como direcciones, números privados y estados financieros de otras empresas.
En concreto, según el estudio Estado de la ciberseguridad en la logística de América Latina y el Caribe, realizado en 2021 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en Chile ya puede verificarse cierta evolución en los indicadores de ciberseguridad respecto de 2020, resaltando la puesta en marcha de estrategias de defensa, respuesta a incidentes y, adicionalmente, la presencia de la cibercultura en las compañías de este sector a raíz de lo vivido en la pandemia.
Aunque la ciberseguridad crece en sentido positivo, la situación todavía debe mejorar: un 78% de las empresas de logística chilenas sufrieron ciberataques en 2020 y solo un 33% de las organizaciones poseen y prueban habitualmente la eficacia de sus Planes de Recuperación de Desastres (DRP). La misma fuente también indica que los emails y la información de los empleados, así como las aplicaciones de gestión empresarial ERP, son los objetivos de ataque que más preocupan a los directivos. Para ello, la tendencia está en aplicar soluciones para mantener actualizado el software, hacer controles de seguridad rutinarios habituales y apostar por la formación de los empleados para tratar de evitar las amenazas desde la raíz.
Por último, siempre es prioridad la experiencia de usuario a través de una correcta atención al cliente, más ahora cuando existe una mayor interacción en entornos digitales. De hecho, varios estudios del mercado afirman que el 80% de los clientes no vuelve a comprar en una empresa que ha fallado en la entrega, aunque solo sea una única vez. En definitiva, tareas que son responsabilidad final de los e-Commerce y que dependen directamente de los proveedores con los que colaboren para cumplir sus garantías de servicio en las que vale la pena invertir.
Con todo esto, los e-Commerce y, en general, cualquier negocio que dependa de la logística, requieren de partners que conozcan el mercado internacional y ofrezcan soluciones integrales, escalables y adaptadas a cada país. Solo así se les permitirá gestionar de forma eficiente su cadena de suministro para lograr trámites más ágiles y un servicio más fluido. Esta necesidad es aún mayor cuando se tiene deslocalizada la producción, lo que puede provocar desabastecimiento, sobreprecios y restricción en aduanas, como ocurrió en Chile por el transporte marítimo.
Autor: Logisfashion