Permanentemente escuchamos sobre el costo y/o gasto logístico en el que las compañías incurren para entregar el nivel de servicio requerido por sus clientes, lo que asoma como uno de los factores de mayor relevancia al momento de analizar la operativa de las empresas.
Lo anterior muchas veces implica mantener niveles de stock apropiados, bajo ciertas condiciones propias de cada negocio, sistemas robustos y procesos que permitan mantener exactitud de éstos, y así, garantizar trazabilidad y consistencia; entre otros factores.
Por otro lado, no es un misterio para nadie que los mercados son cada vez más complejos, con mayor cantidad de requerimientos y exigencias, lo que obliga a las empresas a estar constantemente en busca de estrategias que les permita responder a esas complejidades sin impactar negativamente la estructura de costo, algo cada vez más complejo de abordar.
Hace algunos años, existía una corriente o tendencia –por lo menos a nivel local– que estratégicamente apuntaba a externalizar o tercerizar los servicios logísticos y de distribución. Juntamente con ello, emergieron los denominados “socios estratégicos” o 3PL, modelos que ofrecían como ventaja competitiva una expertise logística y su capacidad de integración con las empresas. Los actores de este sector crecieron enormemente en el último tiempo. Un “aliado para tu operación” ha sido el eslogan que define la performance operacional que realizan.
No obstante, si internamente, en el seno de la compañía, no existe real conciencia e intención de trabajar colaborativamente, la externalización o tercerización se transforma en un modelo con ciertas “fisuras” que terminan finalmente impactando el costo y el servicio; ambos factores trascendentales para las empresas.
Y aunque el modelo de 3PL funciona muy bien para ciertas compañías, en otras tantas han comenzado a germinar modelos logísticos internos más desarrollados, con profesionales altamente capacitados y con herramientas tecnológicas en pro del mejoramiento y la optimización.
Desde esa perspectiva es que muchas empresas actualmente buscan desarrollar internamente sus propios modelos logísticos, ya que esto les permite “personalizar” sus procesos de tal forma de transformar la logística y distribución pragmática, en una logística y distribución flexible y optimizada que agrega valor a la cadena en su conjunto.
Con lo anterior, las áreas de logística y distribución han comenzado a mutar, pasando de ser áreas puramente operativas ejecutoras, a ser áreas de valor agregado para el negocio, generando integración interna, especialmente hacia las áreas comerciales, actuando como consultoras propias con la gran ventaja de tener el “know how” lo que finalmente se traduce en mecanismos internos que permiten hacer más rentable el negocio, transformándose así, en aliados estratégicos internos.
En esta dirección existe un área clave, en ciertas ocasiones subvalorada, que es el área de Servicio al Cliente que es justamente el puente natural para lograr aquella integración interna, pudiendo llegar a niveles de detalle muy precisos, a través de los sistemas e información histórica como las ventas a clientes.
Acá es donde se debe aplicar el concepto de colaboración real, no como una declaración de buenas intenciones, sino más bien ocuparse y rediseñarse para atender esta necesidad de tal forma de lograr capturar las necesidades más específicas internas y externas, esto nos permitirá extraer información muy rica que, si tenemos la capacidad de analizar, procesar y transformar en mejoras sistémicas, estaremos agregando valor a la cadena de suministro y al negocio.
La clave está en desafiar el “status quo”, las empresas deben construir capacidad interna para enfrentar los tiempos actuales llenos de desafíos comerciales y operativos, los cuales pueden llegar a contener bemoles hasta acá, no conocidos por todos. Cada Compañía es un mundo de posibilidades, hablando de mejoras, optimización, productividad y servicio. Sin embargo, para alcanzar este nivel la clave está en mirarse desde adentro y desafiar, constructivamente, todo.
Muchas veces, la solución a alguna problemática operacional o implementación de una mejora en los procesos está al interior de las empresas. Parar, mirar y escuchar a todos los eslabones de la cadena, lo que genera conocimiento sobre la operación, es clave para conocer el camino hacia el éxito operacional.
Por César Arriagada, Country Logistics Manager Ecolab