El mundo del comercio electrónico está evolucionando a un ritmo vertiginoso como consecuencia de los tiempos en que vivimos, en los cuales el consumidor quiere tenerlo todo al alcance de su mano, en casa, algo a lo que se ha acostumbrado no solo a raíz de la pandemia, sino también por los hábitos adquiridos en la compra online con plataformas como Amazon, con entregas de un día para el otro o en el mismo día en el entorno de las grandes ciudades.
En Deliverect, empresa referente en la optimización de los pedidos online en el ámbito de la hostelería, que conecta a los clientes con los establecimientos de restauración y los repartidores, percibimos una evolución muy clara hacia el Quick Commerce (Q-Commerce), ya que la velocidad de entrega se ha convertido en un factor diferenciador para muchos negocios y uno de los valores que más tiene en cuenta un cliente a la hora de elegir un proveedor.
Ya hay incluso estudios que afirman que el Q-Commerce va a alcanzar los 200 000 millones de dólares de facturación a nivel mundial antes de 2025, favorecido por la tendencia de muchos consumidores a consumir ocio en casa, algo que acrecentó el confinamiento por la pandemia y que ha redefinido el ocio de muchos.
La alimentación, sin duda, es uno de los sectores que más está experimentando esa evolución de los hábitos del cliente, pero no solo es ella: también otros sectores, como los de bienes de consumo, los medicamentos y los productos de electrónica, por citar solo algunos, viven bajo este nuevo prisma. El cliente lo quiere bueno, lo quiere barato… y también lo quiere ya. Y no necesariamente por ese orden: la velocidad de entrega está rebasando al precio como el principal factor de decisión de compra para muchos compradores.
Las empresas afrontan el reto de la digitalización y la gestión de la última milla para maximizar su eficiencia de entrega, ya sea con recursos propios, o bien con socios que se encarguen de esos repartos exprés. Las bicicletas, las motos y los patinetes eléctricos son los nuevos dueños del entorno urbano, al servicio de estos negocios que deben funcionar las 24 horas del día y los siete días de la semana para que los clientes estén satisfechos. Están en permanente servicio, como si fueran taxis de los pedidos, preparados para efectuar una entrega en cualquier momento. Y es ahí dónde servicios como el de Deliverect, que coordinan todas las comunicaciones entre el cliente, el repartidor y el proveedor, aportan un valor diferencial con respecto a su competencia.
¿Será suficiente todo lo apuntado para que el Q-Commerce se convierta en el modelo de negocio preponderante y llegue a sustituir a los modelos de entrega tradicionales, incluso a los presenciales? Lo único claro es que ha llegado para convivir con ellos y disputarles el reparto de la tarta. Sus bazas están claras: un reparto inmediato, una ubicación adecuada, una oferta de productos variada y fácil de gestionar, además de unos clientes ya formados en el Q-Commerce desde mucho antes de la pandemia. Porque el cliente siempre tiene la razón y, ahora, además tiene tanta oferta a su inmediata disposición, que las empresas deben preocuparse más que nunca de cómo contentarlo.
SERGIO OSONA YUSTE, GENERAL MANAGER SPAIN&PORTUGAL DE DELIVERECT