El Foro Económico Mundial ha destacado en varias oportunidades que las iniciativas que se sustentan en la Internet de las Cosas (IoT) pueden ayudar considerablemente al cumplimiento de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, impulsada por Naciones Unidas.
La conexión de muchas máquinas, la entrega de respuestas y la solución de problemáticas concretas son parte de un escenario impensado hace una década. Sin embargo, ya no se trata sólo de conectar diversas soluciones, sino que también es relevante tener la capacidad para interpretar datos, de modo de emplearlos con la mayor efectividad posible.
Según el Worldwide Global DataSphere IoT Devices and Data Forecast, para el año 2025 tendremos cerca de 41.600 millones de dispositivos conectados y el máximo potencial de la IoT se expresará en los procesos de conducción automática, ya sea conectando a vehículos, casas, fuentes laborales y también la vida urbana. No obstante, Latinoamérica todavía tiene el desafío de asegurar el desarrollo de una internet de calidad. Dicho fenómeno condiciona el paradigma señalado, lo que hoy se conoce como la “desigualdad digital”. Las cifras dan cuenta de ello. Por ejemplo, un informe del Instituto Interamericano de Desarrollo (BID) y Microsoft revela que hoy el 32% de la población de América Latina y el Caribe no tiene acceso a internet, es decir, 244 millones de personas prácticamente limitadas en torno a nuevas posibilidades de desarrollo digital.
Esta problemática es una realidad que preocupa. Si bien las empresas e incluso las pymes han logrado, en pleno período de pandemia, interiorizar la IoT a sus procesos, hoy el 61,4% de los directores ejecutivos dicen que están alineando las estrategias comerciales y laborales de sus negocios con los objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU. No obstante, solo dos de cada cinco creen firmemente que tienen soluciones optimizadas disponibles para cumplir con los objetivos inmediatos de la organización. Entonces, vemos que se está produciendo una brecha importante entre aspiración y la capacidad de ejecución. Es aquí en donde la conectividad IoT se presenta como un importante aliado para las empresas. Lo anterior, desde el punto de vista de la toma de decisiones basadas en el análisis de datos. Para ello, es importante cubrir las brechas digitales que se están produciendo en Latinoamérica.
¿Y de qué modo la conectividad IoT puede incidir, por ejemplo, en la reducción de la huella de carbono de las empresas, incluida la de pymes?
La optimización de recursos es clave para las empresas, para su sostenibilidad financiera, pero también para la mejora de sus procesos desde una perspectiva medioambiental. Hoy estamos viviendo la era de los sensores. Tenemos sensores que optimizan los trayectos de camiones mineros, también están los que nos permiten detectar y maximizar la utilización de recursos hídricos para después reciclarlos y hoy se están desarrollando alternativas que miden y optimizan la lectura de diversos aparatos al interior de nuestros hogares. Estamos hablando de una conectividad integral que se sustenta en la idea del mantenimiento predictivo para la optimización de recursos, una maximización total de mi entorno inmediato.
¿Cómo se proyecta la conectividad IoT en el mundo empresarial?
Se espera que el tamaño del mercado global de IoT alcance los US$ 1842 mil millones para 2028 con una tasa de crecimiento anual del 24,5 %. Además, el 91,7% de las empresas está de acuerdo en que la innovación y el acceso a tecnologías avanzadas, como IoT, son claves en su estrategia tecnológica. Empujar la transformación digital de la empresa con un retorno de inversión claro e impulsar un cambio sostenible de la mano de un propósito es una declaración de principios que es importante promover y asegurar.
¿Qué otro ámbito se podría interponer en la interiorización de la conectividad IoT?
La poca familiaridad con conceptos tecnológicos. Hoy hay importantes brechas en Latinoamérica en torno a la alfabetización digital, y no me refiero a la utilización de un celular, sino a poder comprender qué sucede detrás. Saber interpretar data es clave para optimizar procesos de conectividad con foco en la sustentabilidad. El uso de IoT permitirá a las empresas tomar decisiones en tiempo real, simplificando los procesos y transformando la sostenibilidad general de las organizaciones.
¿La conectividad IoT requiere de nuevos actores para su materialización?
¡Absolutamente! La conectidad IoT es la próxima etapa en la transformación digital. Es necesario seguir avanzando en espacios de colaboración público-privada y también junto a la academia, lugar desde donde las próximas generaciones podrán comprender e interiorizar el concepto de la conectividad IoT. Se requieren nuevos esfuerzos, espacios de difusión y también el desarrollo de políticas públicas no sólo pensadas en el acceso a hardware, sino con foco en capacitaciones para, por ejemplo, pequeñas y medianas empresas.
Guillermo Moya, gerente general de NTT Chile.