Chile hoy está en el cuarto lugar entre los países con mayores índices inflacionarios, superado por Venezuela, Argentina y Brasil. Lo anterior se puede constatar con el último índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo, con 1,2% dejando al país con 11,5% de inflación anual. Las cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) son preocupantes, a la vez que el Banco Central anticipa que para el trimestre de julio a septiembre la inflación anual alcanzaría el 13%.
Estos escenarios afectan a todas las industrias, obligando a éstas el replanteamiento de sus procesos de gestión y en su correspondiente rentabilidad. Hoy experimentamos una época de incertidumbre, la que ha estado agravado producto del conflicto bélico en Ucrania y también por los periodos de confinamiento de la pandemia del Covid-19. Además, mercados consolidados como el estadounidense también han contribuido a la inflación local, dejando el precio de dólar en periodos de permanentes alzas junto con acercarnos a riesgos vinculados a una posible recesión mundial.
Sin duda, impactan también directamente en el consumidor y en consecuencia disminuye la ganancia de las empresas. Es así que uno de los sectores más afectados con esta volatilidad económica es el sector de logística. Mantener la eficiencia de la cadena de suministro por medio de la innovación continua se presenta como un complejo desafío para los ejecutivos del sector logístico, por lo cual resulta crucial eficientizar los negocios en este período de inestabilidad.
En un mercado con márgenes cada vez menores y altamente presionado por lograr mayor eficiencia, la tecnología en la nube es una gran aliada para que las empresas gestionen su cadena logística en forma estratégica, para que puedan integrar todos los procesos realizados en las operaciones de forma de maximizar los resultados. Además de incorporar la Internet de las Cosas (IoT), uno de los beneficios de la nube es la posibilidad de contar con visibilidad precisa sobre la entrada y salida de la mercadería del almacén o bodega, aumentando la eficiencia del stock y disminuyendo los excesos en la reposición de los productos.
La posibilidad de contar con informaciones valiosas, siempre disponibles, también facilita poder compartir los datos entre todos los miembros del ecosistema de la cadena de suministro. Establecer la conectividad en tiempo real con todos los involucrados significa en la práctica coordinar las operaciones de forma ágil, a la vez que contribuye a una mayor visibilidad de punta a punta de todo el proceso logístico, es decir, desde la gestión de los pedidos, almacén, separación y transporte, hasta la logística inversa.
Hoy es esencial poder contar con información precisa. Por ejemplo, para una empresa saber dónde se encuentra cada producto, además de su respectiva llegada a destino en forma segura, resulta fundamental para lograr la satisfacción de los clientes, aún más en épocas de crisis. De esta forma, la trazabilidad de los productos contribuye para que las empresas alcancen este objetivo.
Cuando no existe un monitoreo preciso de los productos, en cada desvío que pueda ocurrir en el proceso, surge una emergencia que obliga a la empresa a asignar recursos extras para resolver el problema. Es por este motivo, que una solución que brinda la trazabilidad ayuda disminuir costos, eficientizando las operaciones.
En líneas generales, la eficiencia operacional es hoy en dia una cuestión de supervivencia para las empresas en este momento de inestabilidad, por lo que la inversión en tecnología se vuelve vital para lograr este objetivo. Aún más importante es entender bien la propia problemática y las necesidades, además de aprovechar las soluciones disponibles en el mercado para resolverlos.
Por Ruben Belluomo, Gerente comercial, Infor Cono Sur