Ponderar el clima de incertidumbre y expectativas invaden a las empresas de cara a un nuevo año. El escenario de recesión ya está aquí, sin embargo, para gran parte de las industrias, especialmente la logística, se abren las puertas para mejorar procesos e identificar nuevas inversiones que aporten a un mejor desempeño y ganancias en el largo plazo.
Actualmente, el foco es planificar y proyectar planes de innovación, automatización y robotización para incrementar la productividad, permitiendo optimizar el retorno de inversión en función a la tecnología que se va a implementar. En ese sentido, la consultora MarketsandMarkets proyecta que el mercado de la automatización logística crecerá alrededor de un 10% anual, y superará un volumen de negocio de 88.000 millones de dólares para 2026.
Desde el 2020 a la actualidad, las tecnologías con mayor penetración son las de planificación de demanda y WMS ya que capitalizan los inventarios en línea y el control de costos de sus despachos. Sin embargo, el 80% de las empresas todavía usan métodos anticuados o herramientas que si bien funcionan, no permiten que los procesos se lleven de manera adecuada.
Asimismo, hay una fuerte preocupación por optimizar todo lo relacionado a la fuerza laboral. Hoy la urgencia es mantener a los colaboradores cada vez más especializados, empoderados y felices en cada eslabón de la operación, en colaboración a las nuevas tecnologías como la robótica e Inteligencia Artificial (IA).
Debemos ser capaces de organizarnos en un futuro mediano bajo un objetivo común, y para ello, ocuparse de educar a los colaboradores este año será fundamental.
Si bien las inversiones han bajado, es hora de verlo como una oportunidad. A medida que se incorporen más costos a los procesos de contratación, la tecnología pasará a ser un elemento mucho más viable y financiable con resultados rápidos. Hay que buscar las instancias para complementar tecnología y personal, donde la principal ventaja será alcanzar un mejor control de las operaciones.
2023: un año de reflexiones y oportunidades
Si bien el 2023 se prevé como un año complejo, también es una temporada de esperanza y crecimiento. Las compañías tienen la oportunidad de reflexionar y detectar cómo estas tecnologías aportarán a la industria en distintos aspectos.
Aunque somos testigos de un bajo movimiento en algunos sectores, vemos también espacio a la innovación que justifique inversiones y modificaciones que mejoren los niveles de servicio, tiempos de respuestas y ofertas de valor a los consumidores finales.
En definitiva, hay un deber de reorganizar procesos y proyectos internos e incorporar nuevas tecnologías, ya que se estima que desde el 2024 en adelante el escenario mejorará. El foco es aumentar la velocidad, la proactividad y la educación no solo en consumidores, sino también a los colaboradores.
Desde la pandemia en adelante, hemos vivido procesos de transformación, que si bien pueden ser cortos o largos, lo importante es asumir las responsabilidades y tener equipos aptos para todo tipo de trabajo. Hay una transformación de pensamientos y necesidades.
Espacios de mejora
Los tiempos de crisis que hemos experimentado en estos últimos tres años han sido de grandes aprendizajes para la industria. Las empresas comprendieron la necesidad de integrar diversas tecnologías para cada uno de sus procesos, alineadas con el talento humano. Esto para ser cada vez más competitivas.
Lo vemos ya con las operadoras logísticas, quienes apuestan a nuevos crecimientos, pese al complejo panorama y predicciones en términos económicos.
Para este nuevo año las inversiones van a ser mucho más controladas y monitoreadas, dándole prioridad a aquellas que les generen mayor rentabilidad, mejoren sus costos y permitan satisfacer a clientes y usuarios que han demostrado estar en línea con la modernización.
Las compañías lidian con nuevos clientes, más empoderados y exigentes, quieren conocer cada uno de los procesos por los que pasan sus compras y eso es posible únicamente con innovación.
Sería difícil saber en qué momento volveremos a la estabilidad, de hecho el crecimiento actual es solo de la mitad de lo que fue en el 2020 y 2021. Sin embargo, hoy en día las compañías tienen que empezar a mirar proyectos para beneficiarse de la rentabilidad en los próximos tres a cinco años. Hoy es el momento de invertir, cuando pasemos esta incertidumbre ya estaremos preparados para el futuro.
Por Leonardo Navarrete, gerente comercial de STG Chile.