Introducción: El uso de indicadores clave de desempeño, es un estándar que direcciona el cómo podemos gestionar nuestro negocio. Sobre la base de registros y modelos estructurados. Ahora bien, la alineación de los mismos, con la realidad contextual, representa un desafío nada sencillo de superar. El ambiente de disrupción, que llegó para quedarse, impone que los mismos, primero deban estar actualizados y segundo puedan cumplir con los objetivos estratégicos establecidos por la organización.
Cuando se enuncian globalmente, es mu fácil que la empresa se adentre en maximalismos. Ello conlleva a que no se comprendan totalmente y en diversas ocasiones no se tomen en cuenta. Los OKR (Objetives and Key Results) se desarrollaron, muy específicamente, para alinear aspectos estratégicos con actividades clave de carácter procesal, como pueden ser, por ejemplo, lograr un 95% de nivel de servicio al cliente o reducir el nivel de inventario obsoleto en un 15% en menos de un trimestre o generar un 12% de ahorro en compras -sobre la base del costo de adquisición. Si bien este tipo de indicadores se emplean con regularidad, poder alcanzar las metas de alta mira, que plantean, implica el aporte (Input) de otros indicadores, más operaciones y por ende asociados al quehacer diario del flujo procesal.
De igual manera, los indicadores cotidianos, los KPI (Key Performance Indicators) también requieren aportes desde la operación, incluso si la misma se soporta en una manualidad significativa.
Cómo aplicar los conceptos OKR – KPI en la gestión logística
- La primera acción para aplicar el esquema OKR – KPI en la gestión logística, pasa por definir o establecer los OKR que regirán el objetivo estratégico que soportarán los KPI procesales (tácticos + operacionales).
- En el caso de la gestión logística, es necesario sustentarse en el flujo logístico estándar de la empresa y los tipos de demanda (Mercado) que la misma atiende.
- Típicamente, la Figura B, ilustra un flujo logístico estándar, inclusive dentro de una organización comercializadora
- Derivado del flujo, podemos establecer los KPI que brindarían el soporte a los OKR. Por ejemplo, si el OKR es mejorar el nivel de rotación de mercancía, tendríamos que éste se calcula.
Rotación = Entregas / Inventario promedio
- Para hacer de este OKR un indicador confiable tenemos que garantizar:
- Que la entrega sea consistente, en términos de no mezclar ajustes o reposición por garantía dentro de dicho registro. Por esta razón un KPI clave sería %Devolución como total de Entregas, colocando como meta el menor valor plausible.
- En el caso del denominador (Inventario Promedio), éste ha de ser con un nivel de confiablidad importante, donde el porcentaje de exactitud (Real versus Sistema), se alto. Luego, el KPI para garantizar lo anterior es el porcentaje de exactitud (% Exactitud), que se determina de la siguiente manera:
% Exactitud = (Cantidad física ÷ Cantidad Sistema) x 100
El resultado que se persigue, habría de ser el más cercano al 100%, por debajo o por encima, implica una dispersión en la exactitud o mejor dicho, desviaciones que no garantizarían la idoneidad del cálculo de inventario promedio, que se determina según la siguiente formula.
Inventario promedio = (Inventario inicial + Inventario final) ÷ 2
General
- Ante escenarios, cada vez más disruptivos, la certeza de hacia dónde se debe dirigir la operación logística, es un valor agregado clave.
- El desafío que representa digitalizar la gestión logística a través de, por ejemplo, la inteligencia artificial, no es menor y la confiabilidad de los indicadores es un aspecto muy relevante, al momento de parametrizar el modelo. La particularidad de cada negocio así lo exige. La herramienta “arregla todo” no existe, lo que se hace necesario es emplear la correcta. El profesional logístico no puede, ni debe, obviar esta realidad, la cual se ha convertido en el nuevo estándar de trabajo.