La aparición de la variante Ómicron de Covid-19 representa, sin duda, una nueva amenaza para el comercio mundial justo cuando las fábricas, algunos exportadores y comercios a nivel global mostraban signos de recuperación.
¿cuán grande o extenso sería el daño que esta nueva cepa podría provocar en la cadena de abastecimiento extendida? ¿qué medidas, adoptadas por los países que ya pelean contra la variante tendrán un efecto directo en las cadenas logísticas de los mercados emergentes? son algunas de las interrogantes a despejar.
Inicialmente, el advenimiento de la nueva variante del covid-19 implicaría posibles escenarios adversos a nivel económico. Los principales estrategas globales han delineado posibles escenarios para los mercados mundiales, aunque es prematuro aventurar una nueva corrección económica, la variante Ómicron ha puesto en alerta a gobiernos, expertos, economistas e inversionistas.
EFECTOS EN LAS ECONOMÍAS GLOBALES
En esta línea, el equipo de Research de Oxford Economics, considera que en el peor de los casos habrá una desaceleración del crecimiento global hasta el 2,3% en 2022. Explican que en el caso de que Ómicron se convierta en la variante dominante, causa efectos secundarios más graves y reduce la eficacia de las vacunas, el actual escenario negativo se convierte en el peor de los escenarios más plausible, con una desaceleración del crecimiento del PIB global al 2,3% en 2022, muy por debajo del actual pronóstico de referencia de 4,5%. Pero dado que pasarán algunas semanas antes de que se obtenga más información sobre las características de la nueva variante, los analistas desarrollaron tres escenarios alternativos.
En el primer escenario, las preocupaciones en torno a la nueva variante resultan excesivas y el miedo y las restricciones se disipan rápidamente sin dejar un impacto económico visible. En este escenario, el PIB crecerá alrededor 4,6% en 2022.
En un segundo escenario, se combina el miedo al virus, las restricciones y las limitaciones de las cadenas de suministros persistentes, conduciendo a un gasto de los consumidores menos dinámico. En este escenario se estima que las actividades del sector de servicios, como el ocio, hotelería y turismo se verán más afectadas, lo que genera un lastre de 1 punto porcentual anualizado sobre el crecimiento del PIB en el primer trimestre. Aquí, los expertos de Oxford prevén que parte de la actividad perdida se recuperará en primavera y verano (del hemisferio norte), elevando así el crecimiento del PIB del segundo y tercer trimestre. En este escenario, la economía crecerá un 4,4% en 2022.
Finalmente, en un tercer y más negativo escenario, un aumento en las infecciones, hospitalizaciones y muertes por la variante Ómicron conduce a un miedo persistente al virus y la reimposición de restricciones estrictas. El margen limitado para un estímulo adicional de la política fiscal y monetaria y un endurecimiento pronunciado de las condiciones financieras provocan un golpe más significativo para la economía de EE.UU., con una caída del crecimiento del PIB por debajo del 2% en 2022.
Considerando los escenarios económicos expuestos, cabe destacar lo que se proyecta para el gigante asiático, cuya performance impacta directamente a la economía global. Respecto a la variable, el Ministerio de Comercio de China, anunció que seguirá de cerca el posible impacto de la nueva amenaza en el comercio y en las cadenas de suministro internacionales. "En cuanto a los problemas y las dificultades a las que se enfrentan las empresas de comercio exterior, revisaremos las políticas de forma oportuna y las abordaremos de forma científica y adecuada", dijo la portavoz del ministerio, Shu Jueting.
Por cierto, aún no está claro cómo afectará la nueva variante al sector manufacturero chino, pero podría ser un arma de doble filo para las exportaciones. Según Capital Economics, la difusión mundial de la nueva cepa “podría seguir elevando la demanda de las exportaciones chinas, pero también podría agravar los problemas de suministro si, por ejemplo, provoca cierres en los puertos", señaló la consultora.
Cabe mencionar que las exportaciones chinas ayudaron a impulsar la impresionante recuperación del país asiático desde una histórica contracción en el primer trimestre de 2021, gracias a la fuerte demanda de suministros médicos y electrónica de consumo y si las medidas globales para prevenir el virus continúan durante 2022, la pandemia dejará de ser un shock externo o a corto plazo. En esta línea, expertos académicos aseguran que “el impacto en el lado de la oferta puede ser enorme". Así, es probable que China continúe con su política de tolerancia cero en 2022, según los analistas, ya que su gobierno considera que la rapidez es vital para frenar la propagación.
En tanto, no sólo el gobierno chino ha reaccionado ante la aparición de Ómicron. EE.UU., por ejemplo, restableció rápidamente las restricciones de entrada a los viajeros procedentes de Sudáfrica, país donde se originó el principal foco de la variante. En esta línea, la internacional JP Morgan manifestó que las fronteras son puntos clave, y aunque se espera que exista espacio para relajar las excesivas restricciones de salud pública en el frente interno, “es probable que los controles fronterizos exteriores sigan siendo estrictos en 2022".
LA CADENA DE SUMINISTRO A PRUEBA… ¿OTRA VEZ?
“Ómicron es otra prueba de capacidad de recuperación para las cadenas de suministro ya estresadas” con estas palabras, Per Hong, socio senior de la consultora Kearney; inició su diagnóstico respecto a cómo la nueva variante del Covid-19 impacta en el sector Supply Chain.
Y es que justo cuando parecía que la crisis sanitaria y económica comenzaba a estabilizarse, el sector logístico, al parecer, deberá enfrentar un nuevo y duro desafío derivado de la variable Ómicron, ello debido a la alta probabilidad de bloqueos, cierres fronterizos o restricciones aduaneras que como efecto colateral implicaría significativos retrasos de las cadenas de suministro extendidas. Si esto sucede, podrían darse, nuevamente, eventos como la escasez de componentes clave de fabricación en diversas industrias y pedidos atrasados extendidos para productos básicos electrónicos, automotrices y de consumo.
Lo que no se puede perder de vista es que las cadenas de suministro siguen siendo vulnerables a las interrupciones relacionadas con la pandemia, y la variante Ómicron revela que la crisis aún no ha terminado del todo.
Mientras los gobiernos se alertan debido a los efectos probables de la variable Ómicron, las organizaciones del transporte a nivel mundial también han reaccionado. En esta línea, Willie Walsh, director general de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), expresó que después de casi dos años de lidiar con COVID-19, los gobiernos “debieran haber progresado más allá de respuestas instintivas, descoordinadas y pavlovianas. Los funcionarios de salud pública nos dicen que debemos esperar que surjan variantes. Y cuando se detectan, la experiencia muestra que ya están presentes en todo el mundo. Las restricciones fronterizas que impiden que la tripulación aérea haga su trabajo no harán nada para evitarlo y, al mismo tiempo, infligir un daño grave a las cadenas de suministro globales que aún se están recuperando y a las economías locales”.
En la misma línea, Guy Platten, secretario general de la Cámara Naviera Internacional, ha señalado que “existe un temor real y legítimo de que, a menos que los líderes mundiales tomen una acción coordinada, veremos un regreso al pico de la crisis del cambio de tripulación en 2020, donde más de 400.000 marinos se vieron afectados por restricciones de viaje innecesariamente severas. Nuestros trabajadores del transporte han trabajado incansablemente durante los últimos dos años durante la pandemia para mantener en movimiento la cadena de suministro global, y se encuentran en un punto de ruptura”.
Con todo, las organizaciones del transporte de carga mundial han coincidido en que este es el momento de que los gobernantes, los líderes de la industria logística y sus partes tomen acciones decisivas de manera conjunta y coordinada para aliviar la tensión en la cadena de suministro de cara a los próximos meses, a la espera de cómo evoluciona Ómicron y sus efectos a nivel global.