¿CÓMO MAXIMIZAR LA RENTABILIDAD OPERATIVA?

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La volatilidad e incertidumbre económica global es para muchos un hecho. Y ante mercados inciertos, la rentabilidad de las operaciones se vuelven tanto una clave de futuro como un desafío para enfrentar el riesgo.

De acuerdo con las más recientes estimaciones del Banco Central, en 2025 Chile alcanzaría una tasa de crecimiento económico que fluctúan entre 1,75% y 2,75%; proyección levemente más positiva a la indicada a inicios del año, cuando la entidad estima un índice de crecimiento económico del 2,2%.

Si bien, existe un ambiente de confianza, debido a la implementación de políticas macroeconómicas adecuadas para superar el sobrecalentamiento que experimentó la economía nacional tras la pandemia, de acuerdo con lo analizado por entidades nacionales e internacionales, las perspectivas de crecimiento a largo plazo para Chile depende en gran medida de su capacidad para reducir las barreras estructurales para aumentar la productividad y la inversión.

En esta línea, no se deben perder de vistas los efectos que los acontecimientos que se avizoran para el entorno global en este periodo podrían tener en el crecimiento económico nacional, efectos que – de acuerdo con lo expuesto por director de estudios de LarrainVial, Leonardo Suárez- podrían desplomar las proyecciones de crecimiento del Banco Central para 2025 y 2026, cerrando así en índices del 2,0% y 1,3% respectivamente.

Los riesgos que, según Suarez, podrían eventualmente corregirá la baja las proyecciones de crecimiento chileno sería, por un lado “un alza sorpresiva de la inflación en Estados Unidos, que lleve a la Reserva Federal a retomar un ciclo de alzas de tasas de interés, una desaceleración de la economía china mayor a la esperada y el deterioro de los conflictos geopolíticos que impacte los mercados globales”.

VOLATILIDAD E INCERTIDUMBRE …

A partir de lo expuesto, se advierte que el escenario económico nacional (y global) mantiene su carácter volátil e incierto, una realidad ante la cual las empresas deben estar atentas dado que este tipo de escenarios suelen traer consigo desafíos y riesgos que pueden afectar su operación logística y su rentabilidad de diversas maneras.

Entre los impactos más significativos que los escenarios volátiles pueden tener en las empresas se cuentan:

Dificultad para prever la demanda: La incertidumbre del mercado hace que las empresas tengan problemas para predecir la demanda de sus productos o servicios. Esto puede llevar a una superproducción o escasez de inventario, lo que, en ambos casos, afecta la rentabilidad. El exceso de inventario genera costos adicionales de almacenamiento, mientras que la escasez puede resultar en pérdidas de ventas y clientes insatisfechos.

Fluctuaciones de precios: En mercados volátiles, los costos de insumos, materias primas o incluso de transporte pueden variar drásticamente en cortos períodos de tiempo. Esto puede hacer que los márgenes de ganancia sean más difíciles de mantener, ya que las empresas no siempre pueden ajustar rápidamente sus precios para cubrir estos aumentos de costos.

Riesgo financiero: La incertidumbre también puede generar problemas para las empresas a la hora de gestionar sus finanzas. Si no se sabe qué tan estables estarán los ingresos o los costos, puede ser más difícil planificar el flujo de caja, lo que aumenta el riesgo de liquidez o de no poder cumplir con obligaciones financieras a corto plazo.

Desafíos en la toma de decisiones estratégicas: En un entorno incierto, las decisiones de inversión a largo plazo, como expansión, desarrollo de nuevos productos o adquisiciones, se vuelven más riesgosas. Las empresas pueden ser reacias a hacer grandes inversiones si no pueden predecir cómo evolucionará el mercado.

Impacto en la cadena de suministro: La volatilidad en los mercados también puede afectar las cadenas de suministro. Los proveedores pueden tener dificultades para cumplir con los plazos o incluso cambiar los términos del contrato debido a sus propios problemas derivados de la incertidumbre. Esto puede generar interrupciones en la producción y aumentar los costos operativos.

Inestabilidad en la confianza del consumidor: Los consumidores tienden a ser más cautelosos en tiempos de incertidumbre económica. Esto puede traducirse en una disminución en el gasto o en un cambio hacia productos más baratos o servicios de menor costo, lo cual afecta directamente los ingresos de las empresas.

Mayor presión para innovar y adaptarse rápidamente: En un entorno volátil, las empresas que no se adaptan rápidamente a los cambios pueden quedar atrás. La necesidad de innovación y flexibilidad se incrementa, lo que puede ser costoso en términos de investigación y desarrollo, pero también puede ofrecer oportunidades para diferenciarse en el mercado.

Riesgo de crisis reputacional: En mercados inciertos, las empresas que no gestionan bien la incertidumbre o que no logran mantener la calidad de sus productos y servicios pueden enfrentar crisis de reputación. Los consumidores y otras partes interesadas pueden perder confianza si perciben que la empresa no puede ofrecer estabilidad.

MAXIMIZAR LA RENTABILIDAD OPERATIVA… FACTOR CLAVE

Siempre considerando la volatilidad de los mercados y la incertidumbre económica, otro aspecto a considerar por las empresas es identificar y ejecutar mecanismos para maximizar la rentabilidad de sus operaciones logísticas de forma proactiva. Y es que, aquellas empresas que tomen la iniciativa serán las que sobrevivan ante las inclemencias de los mercados. Teniendo esto en cuenta, de acuerdo con un estudio de la consultora KPMG, maximizar la rentabilidad de las operaciones logísticas es esencial por varias razones clave:

Aumento de Competitividad: En un mercado cada vez más globalizado y competitivo, las empresas que optimizan sus operaciones logísticas pueden ofrecer precios más atractivos y mejorar su servicio, lo que les permite destacar frente a la competencia.

Reducción de Costos: Una gestión eficiente de la logística permite identificar y eliminar ineficiencias, lo que resulta en una reducción de los costos operativos. Esto incluye aspectos como el almacenamiento, transporte y gestión de inventarios, lo que impacta directamente en el margen de beneficio.

Mejora en la Satisfacción del Cliente: La logística eficiente garantiza que los productos lleguen a los clientes de manera oportuna y en buen estado. Esto contribuye a una mayor satisfacción del cliente, fomentando la lealtad y repeticiones de compra, lo que a su vez incrementa los ingresos.

Optimización de Recursos: Al maximizar la rentabilidad, las empresas pueden utilizar mejor sus recursos, tanto materiales como humanos. Esto se traduce en un uso más efectivo del tiempo y recursos financieros.

Escalabilidad: Las operaciones logísticas optimizadas permiten a las empresas escalar más fácilmente. Cuando las operaciones son eficientes, es más sencillo manejar un aumento en la demanda o expandirse a nuevos mercados sin comprometer la calidad del servicio.

Adaptabilidad: En un entorno comercial dinámico, las empresas que maximizan su rentabilidad logística tienen una mayor capacidad para adaptarse a cambios en la demanda, tendencias del mercado o condiciones externas. Esto les permite reaccionar rápidamente y mantener su competitividad.

Sostenibilidad: Las prácticas logísticas eficientes no solo ayudan a maximizar la rentabilidad, sino que también pueden contribuir a una mayor sostenibilidad. Esto se logra mediante la optimización de rutas, reducción de emisiones y un uso más eficiente de los recursos, lo que es cada vez más valorado por los consumidores.

Inversión en Innovación: Al mejorar la rentabilidad, las empresas pueden reinvertir en su infraestructura, tecnología y procesos logísticos, lo que puede llevar a una mayor innovación y mejoras continuas en el servicio.

Cumplimiento Normativo: Una operación logística eficiente también puede ayudar a cumplir con las normativas y regulaciones, minimizando riesgos legales y costos adicionales asociados.

En resumen, maximizar la rentabilidad de las operaciones logísticas es fundamental no solo para mejorar el rendimiento financiero, sino también para fortalecer la marca, mejorar la experiencia del cliente y asegurar la sostenibilidad a largo plazo de la empresa.

SEAMOS MÁS RENTABLE…

Considerando lo expuesto, de acuerdo con un informe de la prestigiosa consultora PWC, algunos movimientos inteligentes para fortalecer las operaciones logísticas y las cadenas de suministro y, de paso, maximizar su rentabilidad, tornándose resistentes a las dificultades y permeables a las oportunidades que se avecinan, se requiere, por cierto, de inversión. “Muchas de estas iniciativas requieren inversión, es cierto.

Pero, invertir en capacidades avanzadas de la cadena de suministro da sus frutos: costos considerablemente más bajos, mayores ingresos, mayor sostenibilidad, mayor utilización de activos, mejor gestión de riesgos y mayores tasas de entrega a tiempo a los clientes B2B y B2C.”, expone el mencionado informe.

Así, algunas de las estrategias para mitigar el impacto de la incertidumbre económica en las operaciones y su rentabilidad, podrían ser las siguientes:

Diversificación: Al diversificar productos, mercados y fuentes de ingresos, las empresas pueden reducir su dependencia de un solo segmento o mercado y minimizar el riesgo.

Gestión ágil y flexible: Adoptar una cultura empresarial ágil permite que las empresas se adapten más rápidamente a cambios imprevistos en el mercado.

Análisis de escenarios y previsión: Aunque la incertidumbre es difícil de predecir, el análisis de escenarios y las simulaciones pueden ayudar a las empresas a anticipar posibles impactos y a preparar estrategias para enfrentarlos.

Inversión en tecnología y automatización: Mejorar la eficiencia operativa mediante la automatización puede ayudar a reducir costos y mejorar la capacidad de respuesta ante cambios repentinos.

Como se evidencia, los mercados inciertos pueden poner a prueba la resiliencia de las empresas, pero también ofrecen oportunidades para quienes logren adaptarse rápidamente y tomar decisiones estratégicas informadas.