Aprender de los momentos duros es una de las condiciones humanas esenciales para hacer frente al futuro. Esta condición es también replicable a nivel de empresas y es hoy puesto a prueba en muchos sectores, tras los hechos ocurridos desde marzo, fecha en que se inició en Chile la lucha contra el Covid-19.
La Supply Chain ha sido una de las industrias esenciales en estos momentos. El reconocimiento a este sector pasa por su capacidad de mantener el abastecimiento en movimiento, a pesar de los efectos propios de esta pandemia, lo que ha tensionado enormemente las cadenas a nivel mundial y local. Sin embargo, a pesar de este complejo escenario existe el consenso de que las cadenas de abastecimiento han acompañado la brutal caída de ventas en algunas empresas y el explosivo aumento de demanda en otras. La clave del éxito en esta dinamina operacional ha estado en la flexibilidad de las operaciones.
Pero los efectos de esta crisis sanitaria, a pesar de los esfuerzos, también ha golpeado al sector, generando, por ejemplo, la postergación de proyectos no indispensables como ampliaciones de CD, implementación de S&OP, cambios tecnológicos; también se crearon equipos de crisis; la higiene y seguridad pasó a ser una primera necesidad al interior de las empresas; el home office en buena parte de los ejecutivos y administrativos; el reordenamiento de horarios de trabajo y la reasignación de funciones, entre otros cambios.
En cuanto a la relación con los consumidores y clientes, el miedo constante al desabastecimiento ha sido la sombra que ha teñido este vínculo. La logística asoma como la punta de lanza para mantener -asumiendo un rol social- el abastecimiento del país, dando tranquilidad a la población, aunque en los primeros días de iniciada esta crisis fuimos testigos no solo de redes de última milla colapsadas, sino también aguas arriba de la cadena con dificultades en la planificación, demanda y producción, en la distribución y, por supuesto, en el almacenamiento de sus stocks. No existe etapa de esta cadena que no haya tenido un desafío o reto en este periodo.
Pero la crisis sanitaria ya es una realidad en Chile. En las últimas semanas del mes de mayo se ha generado un alza considerable en el aumento de contagios y muertes en el país, situación -que desde el punto de vista de las autoridades- ha obligado a la cuarentena total de la Provincia de Santiago (32 comunas) más otras de la región y el país. Se estima que más de 5 millones de chilenos se encuentran bajo esta medida sanitaria.
Este dato, que puede parecer un análisis sanitario ha obligado a las empresas a repensar y preparar sus cadenas logísticas y de abastecimientos, sus canales de ventas, su modo de distribución, la cercanía con sus clientes y consumidores y la relación con sus colaboradores. Frente a este escenario la flexibilidad de las empresas, en materia productiva, operacional, logística, comercial, distribución, entre otros, es fundamental para seguir respondiendo en tiempos difíciles.
El coronavirus ha golpeado al mundo y, por supuesto a Chile, pero hoy más que hablar de lo sucedido es necesario mirar hacia el futuro y entender que muchas formas de hacer las cosas cambiarán, en lo que se ha denominado como: la nueva normalidad. La logística y Supply Chain tiene la obligación, a nivel comercial y social, de mirar el futuro y comenzar a rediseñar sus redes para operar bajo el nuevo escenario que se avecina post Covid-19. Para profundizar sobre este tema, cuatro importantes ejecutivos de empresas consultoras ahondaron sobre las enseñanzas que ha dejado esta crisis sanitaria y en el cómo ha tensado, movido y golpeados algunas cadenas logísticas.
FLEXIBILIDAD: CLAVE EN TIEMPOS DE CRISIS
Los cambios y adaptaciones han estado presentes en buena parte de las empresas. Ejemplo de lo anterior ha sido el boom del comercio electrónico que ha obligado a muchos a subirse al carro digital rápida y abruptamente; las adaptaciones de los inventarios ante el cierre de las tiendas; el mayor flujo de distribución, lo que ha generado nuevas alianzas en el transporte; ajustes en los m2 de almacenaje, cambios en la preparación de pedidos y el reajuste en el número de colaboradores y sus turnos.
El éxito de las empresas está estrechamente ligado a cómo se han adaptado a esta nueva realidad operacional y su capacidad de flexibilidad ante las crisis; lo que está estrechamente ligado al nivel de madurez que tenía su operación al momento de iniciarse esta crisis. El 18 de octubre, fecha en que se desató el denominado estallido social chileno, fue la primera prueba de fuego para la industria logística, por lo tanto, muchas venían ya diseñando una estrategia para enfrentar las crisis; sin embargo, era casi imposible presagiar lo que finalmente ha desatado -hasta el momento- la propagación del virus.
Para profundizar sobre los principales cambios, Logistec conversó con Martín Kowoll, business development manager de Miebach Consulting; Javier Bravo, gerente general de Liike Supply Chain Consulting; Orlando Orellana, Partner & General Manager de Megaconsulting y Diego Sesa, gerente general de Supply Chain Brain, quienes analizaron los cambios experimentados en las distintas etapas de la cadena logística y los desafíos futuros en cuanto al manejo de crisis y el rol de la continuidad operacional.
Para Javier Bravo la situación vivida ha tenido un fuerte impacto en el proceso de Abastecimiento de las empresas, ya sea al alza o a la baja. “Todos de alguna manera debieron ajustar sus capacidades. Estaban aquellos que no tenían a quien abastecer y otros que han mantenido sus flujos al máximo de la demanda. Pero como siempre sucede en crisis y contingencias se han generado nuevas ideas, innovaciones y formas de abastecer y sustituir”.
En tanto, Kowoll comentó que, ante las situaciones vividas y fundamentalmente por lo sucedido en China -que obligó a cambios en las demandas- muchos han analizado profundamente los orígenes de su abastecimiento, “volviendo a cuestionarse la necesidad de un abastecimiento del tipo ‘Nearshoring’ y de esta forma asegurar y mantener el abastecimiento descentralizado más controlado y diversificado”.
En cuanto al Manejo de Inventarios, según el ejecutivo de Miebach, la industria desde octubre pasado venía con problemas de ventas y el Covid-19 los habría agudizado. “Las empresas no tenían capacidad de almacenamiento y se vieron forzadas a buscar espacios externos con el consiguiente encarecimiento de su operación “. Esta situación ha llevado -a juicio de Martín Kowoll- a que las empresas comiencen a mirar mejoras en las formas de almacenar, principalmente, “a través de la densificación y su optimización, no descartándose la automatización de este proceso”.
Dado lo sucedido en esta etapa, el gerente de Liike aseguró que pronto se verán liquidaciones del inventario temporal que no se pudo vender. “La mayor parte de los negocios tendrán sobrestock, así que es el momento de evaluar opciones, aguantar y esperar o comenzar a liquidar; todo dependerá de la condición en que se encontraban las empresas ante de esta situación”.
Al hablar de la operación al interior del CD (intralogística), ‘impacto’ es la palabra con la que ambos ejecutivos coinciden cuando se analiza los efectos que ha tenido esta situación al interior de los almacenes. “El mayor o menor nivel de impacto dependerá del grado de automatización y dependencia de las personas”, comentó Bravo.
En este sentido, Kowoll afirmó que “las empresas con instalaciones más automatizadas y mejor preparadas para enfrentar el e-Commerce sacaron provecho de lo mismo y no tuvieron mayores complicaciones y sólo se ratificó su decisión de ir ampliando las automatizaciones. Lo que se vislumbra a futuro es la mayor tecnologización en los procesos de preparación de pedidos”, etapa que habría sufrido cambios, por ejemplo, con el aumento de los procesos de picking de pedidos más pequeños derivados de la venta online.
Finalmente, los ejecutivos analizaron el rol que ha tenido el proceso de Distribución. “Este es la gran ‘happy news’; todas las empresas de última milla será las grandes beneficiadas de esta contingencia, tanto financieramente como a nivel de experiencia. De aquí saldrán grandes ganadores, exitosas startup y una gran oportunidad única para generar relación de largo plazo con sus actuales y potenciales clientes”, comentó Javier Bravo.
Para el business development manager de Miebach Consulting no existe duda que los cambios que se han vivido en los últimos meses “forzarán a las empresas a realizar una mejora en su red de distribución y, en especial, de la última milla. También se ha visto aparecer las denominadas dark store para agilizar la preparación y los despachos al cliente final”.
¿NACE UNA NUEVA LOGÍSTICA?
La tecnología, la flexibilidad de los procesos, el rol de la omnicalidad como sustento comercial de las empresas y su foco en la logística pueden ser algunos de los cambios que constituyen, lo que podríamos llamar una nueva operación logística.
Para Diego Sesa, gerente general de Supply Chain Brain, la pandemia que enfrenta el mundo “aceleró el camino hacia la transformación digital y potenció el comercio electrónico. “Esta situación, sin duda, genera una presión hacia el área logística, la cual debe prepararse para un sistema de distribución cada vez más neurálgico, más puerta a puerta”.
Así, bajo ese escenario, el costo de distribución será el gran desafío por resolver y “las posibilidades de la logística colaborativa o sin fronteras, con grandes hubs de distribución que permitan sinergias y eliminar intermediarios, son alternativas”.
Para el ejecutivo de Liike Supply Chain Consulting, en tanto, en esta supuesta nueva etapa -que vendría post coronavirus- se generará un punto de inflexión en la mirada estratégica en SCM, mucho más allá de la logística, la cual seguirá cumpliendo con operaciones rápidas y eficientes, pero donde los costos no serán el único drive “Ahora SCM tomará un rol mucho más estratégico, balanceando ecuaciones de canales, costos, servicios y flexibilidad de cara al negocio”, afirmó.
Por su parte, Martín Kowoll el Covid-19 ha generado cuestionamientos a nivel de planificación de materias primas, insumos y productos terminados hasta su almacenamiento, preparación de pedidos y la distribución al cliente final. “Para una visibilidad plena y evaluable con métricas y estar preparados ante contingencias, como la que se vive en estos momentos, es crucial tener una metodología que asegure la correcta toma de decisiones, tal como el uso del S&OP o tener considerada una modalidad de Risk Management. Lo importante es manejar la información para que una vez que ocurran los imprevistos se actúe organizadamente”, recalcó el ejecutivo de Miebach.
Si bien hablar de una nueva etapa es aún apresurado, si podemos definir los pilares de una estructuración óptima de los procesos. En este sentido, el ejecutivo de Megaconsulting ahondó en lo que se consideran los aspectos claves de esta estructura. Según Orellana, existen 3 pilares que deberían ser incorporados en cualquier operación de alto estándar: Procesos Logísticos y Sistemas, Infraestructura y Tecnología y Personas y Organización.
“Estos 3 pilares deben funcionar de manera armónica y sincronizada, que muestren consistencia con la estrategia del negocio a la cual la Operación presta sus servicios. Contar con buena infraestructura garantiza la calidad y eficiencia. Procesos bien diseñados que busquen la productividad y flexibilidad junto con equipos comprometidos. Todo esto en un entorno de costos óptimos y controlados, acordes a las proyecciones realizadas”, detalló.
A reglón seguido, Orlando Orellana-con una mirada de futuro- señaló que “las empresas han entendido la relevancia de tener un Supply Chain Manager dentro del board. Parece obvio, pero es sorprendente ver como aún muchas empresa medianas y grandes están ancladas en estructuras organizacionales tradicionales. Tener un liderazgo claro, con capacidades de integrar soluciones multisistémicas, con conciencia en desarrollar su área en los 3 pilares fundamentales mencionados anteriormente, es un primer paso”.
CONTINUIDAD ANTE LO INESPERADO
¿Alguien era capaz de predecir lo que sucedería con la propagación de este virus conocido primeramente en China? La respuesta, en todos los niveles de la sociedad, es negativa. Era imposible imaginar los efectos que tendría la propagación del virus a nivel mundial y en ese sentido, el sector logístico también sufrió los efectos de la incertidumbre, generada por esta pandemia.
De acuerdo con Diego Sesa, la mayoría de las compañías son conscientes que sus operaciones pueden colapsar de un momento a otro, principalmente en Chile por el alto riesgo de catástrofes, “lo que lleva a pensar en planes de contingencia y continuidad operacional como parte del planteamiento estratégico del negocio”. Sin embargo, dichos lineamientos por lo general se “desarrollan en base a catástrofes que ya se conocen (terremotos, tsunamis), pero en los últimos meses hemos vivido situaciones nunca vista: crisis social y Pandemia mundial. Lo anterior, sin dudas, nos da la experiencia ahora para elaborar planes de contingencias en vista al futuro”.
El ejecutivo de Supply Chain Brain agregó además que esta crisis “también nos dejan ver las oportunidades y deficiencias que tenemos en la cadena, por lo cual, no sólo tenemos la tarea de pensar en nuevos planes, sino también, en cómo nos ocupamos de las oportunidades básicas que aún existen”.
En cuanto a los planes estratégicos, Kowoll aseguró que las empresas deberán enfocarse en el análisis de plazos más acotados, quizás “buscar ampliar la cantidad de proveedores y así no depender de uno o dos principales que además están lejos del mercado. También habrá un cuestionamiento sobre la red de distribución y la red de abastecimiento, evitando su concentración. No menor es considerar un plan de contingencia o de riesgo a corto, mediano y largo plazo para tener claro cómo afrontar estas emergencias (risk management)”.
Finalmente, el gerente general de Liike Supply Chain Consulting reconoció que “es muy poco probable” anticipar escenarios de esta magnitud, sin embargo, llamó a “mirar hacia adelante, ya que es el momento para pensar y planificar los escenarios posibles y generarse así un plan concreto, donde el driver sea la flexibilidad y potencial de todos los canales de distribución”.
DESAFÍOS DEL FUTURO
¿Cuáles serán las mejoras o nuevas estrategias en Supply Chain post pandemia? Según los entrevistados éstas podrían ser algunas de las mejoras o preocupaciones que moverán a las empresas luego de superada la crisis sanitaria.
• Incursión en automatización en preparación de pedidos
• Mejora en la planificación de la demanda
• Consideraciones de riesgo en la operación
• Automatización, Robotización, Sistemas
• Rediseñar el futuro con información
• Posicionamiento del canal online
• Distribución automatizada con foco en la Última Milla
• sinergia de recursos y optimización de costos
• Fortalecimiento de la visión omnicanal