La logística sigue siendo un juego de equilibrio entre la oferta y la demanda, entre la eficiencia y la limitación de recursos. Reconocer que la logística no es infinita es el primer paso para enfrentar este desafío de manera efectiva. Solo mediante la innovación continua y la colaboración estratégica, las empresas pueden superar los límites y alcanzar nuevos niveles de excelencia en la gestión de la cadena de suministro.
En un mundo donde la velocidad y la eficiencia son clave para el éxito empresarial, la logística juega un papel fundamental. Sin embargo, a pesar de los avancestecnológicos y la optimización de procesos, hay una verdad inmutable: la logística no es infinita. Detrás de la aparente fluidez de la cadena de suministro y distribución yace una verdad; los recursos logísticos son limitados y esa premisa define y moldea el panorama actual.
La Logística es en su esencia la gestión eficiente de recursos para mover productos desde su origen hasta el consumidor final. Pero este proceso se encuentra intrínsecamente limitado por diversos factores. El tiempo, el espacio, los recursos financieros y humanos; todos aspectos finitos que deben ser administrados con precisión para evitar disrupciones en la cadena de suministro.
Comprender esto es quizás el primer paso para entender el valor de la gestión de la cadena de suministro y cómo las empresas están respondiendo a este desafío, marca la diferencia en los mercados de hoy, donde estas operaciones conforman la columna vertebral de la economía global, facilitando el movimiento de bienes y servicios desde el punto de origen hasta el consumidor final. Sin embargo, esta tarea no está exenta de desafíos y es ahí donde la eficiencia asoma como un axioma del éxito logístico.
Lo anterior se traduce en la optimización de rutas de transporte, la gestión inteligente de inventarios y la coordinación precisa de todas las partes involucradas en la cadena de suministro. Cada paso debe ser cuidadosamente planificado y ejecutado para maximizar el rendimiento y minimizar los costos.
LOS RECURSOS CLAVES
Además de las limitaciones tradicionales -como tiempo, espacio, recursos financieros y humanos-, la logística se enfrenta a nuevos desafíos en un mundo en constante cambio. La globalización ha aumentado la complejidad de las cadenas de suministro, con productos que viajan miles de kilómetros antes de llegar a su destino final. Además, eventos imprevistos como desastres naturales, crisis políticas o pandemias pueden interrumpir el flujo normal de mercancías, poniendo a prueba la capacidad de adaptación de las empresas.
Ante estos desafíos, las empresas están recurriendo a la innovación para mejorar su gestión logística. La tecnología desempeña un papel crucial, con soluciones como la inteligencia artificial, el Internet de las cosas (IoT) y el análisis de datos que permiten una mayor visibilidad y control sobre la cadena de suministro. Asimismo, las estrategias de colaboración entre empresas y el enfoque en la sostenibilidad están ganando protagonismo como formas de optimizar los recursos y reducir el impacto ambiental.
Contar con los recursos es fundamental para el funcionamiento de la logística y, por tanto, deben ser gestionados de manera eficiente para garantizar la entrega oportuna y precisa de productos o servicios a los clientes. En este sentido, la tecnología emerge como un aliado poderoso en esta batalla contra la limitación logística.
Soluciones como el seguimiento en tiempo real, la analítica de datos y la automatización de procesos permiten una mayor visibilidad y eficiencia en la cadena de suministro, ayudando a las empresas a navegar por los desafíos de manera más efectiva. Si hablamos de gestionar es fundamental tener claridad en cuanto a los recursos que utiliza la industria para planificar, ejecutar y controlar los flujos de productos.
Entre ellos están:
Recursos Humanos: Es uno de los recursos de mayor valor, porque la clave está en las capacidades de los colaboradores para gestionar y supervisar las actividades logísticas. En cuanto al Recursos financieros, esto consiste en recursos para financiar la compra de materias primas, la contratación de servicios de transporte, el mantenimiento de almacenes, el pago y remuneraciones y otros gastos relacionados con las operaciones logísticas.
Otro recurso es la infraestructura, correspondiente a instalaciones físicas como almacenes, CD, terminales de transporte, puertos, aeropuertos y carreteras que facilitan el movimiento y almacenamiento de productos a lo largo de la cadena de suministro. Las Herramientas y sistemas tecnológicos para gestionar y optimizar las operaciones logísticas, como software de gestión de almacenes (WMS), sistemas de gestión de transporte (TMS), sistemas de seguimiento y localización (GPS), sistemas de gestión de inventarios, entre otros. también son un recurso a nivel de industria.
El Transporte es otro factor que corresponde a un recurso clave para el movimiento de la logística. Medios de transporte como camiones, trenes, barcos, aviones y vehículos de carga se utilizan para mover productos y dar ritmo a la cadena de suministro. Finalmente, pero no menos importante, está el recurso inventario que está compuesto por materias primas, productos en proceso y productos terminados almacenados en almacenes y CD a lo largo de la cadena de suministro para satisfacer la demanda.
Estos recursos son fundamentales para el funcionamiento de la logística y deben ser gestionados de manera eficiente para garantizar la entrega oportuna y precisa de productos o servicios a los clientes.
LOS RECURSOS LIMITADOS
Los recursos logísticos no son ilimitados, por lo tanto, la logística se enfrenta a restricciones y limitaciones que deben ser gestionadas cuidadosamente para garantizar un funcionamiento eficiente de la cadena de suministro.
Cabe recalcar que las limitaciones en logística son obstáculos o restricciones que afectan la eficiencia y la efectividad de la gestión de la cadena de suministro y distribución de productos o servicios. Algunas de las principales limitaciones incluyen:
Recursos Financieros Limitados: Las empresas deben operar dentro de presupuestos definidos, pero pueden enfrentar restricciones en cuanto a los recursos disponibles para invertir en infraestructura, tecnología, personal y otros aspectos de la logística. Esto puede limitar su capacidad para mejorar sus operaciones y adaptarse a cambios en el entorno empresarial.
Capacidad de Almacenamiento y Transporte: Los almacenes y medios de transporte tienen una capacidad física finita. Esto significa que existe un límite en la cantidad de productos que pueden ser almacenados en un almacén o transportados en un determinado período de tiempo. Las limitaciones en la capacidad de almacenamiento y transporte pueden generar cuellos de botella en la cadena de suministro y dificultar la gestión eficiente de inventarios y el cumplimiento de pedidos.
Disponibilidad de Personal Calificado: La mano de obra calificada en logística puede ser limitada, especialmente en áreas especializadas como la gestión de inventarios, la planificación de rutas y la operación de equipos de transporte. Las habilidades y el talento son quizás uno de los principales dolores de cabeza de la industria. La formación de equipos de trabajo es cada vez más compleja, sobre todo, en logística donde las necesidades de conocimiento son variadas. El componente talento y habilidad es lo que confirma que este recurso es un factor limitado.
Infraestructura Limitada: La disponibilidad de infraestructura logística, como carreteras, puertos, aeropuertos y ferrocarriles, puede ser limitada en algunas regiones, lo que puede afectar la eficiencia de las operaciones de transporte y distribución.
Complejidad de la Cadena de Suministro: La globalización y la complejidad creciente de las cadenas de suministro pueden generar desafíos adicionales en la gestión logística. Coordinar múltiples proveedores, socios y actividades a lo largo de la cadena de suministro puede ser difícil y requerir una planificación cuidadosa y una comunicación efectiva.
Riesgos y Vulnerabilidades: Los eventos imprevistos como desastres naturales, conflictos políticos, interrupciones en la cadena de suministro y pandemias pueden tener un impacto significativo en las operaciones logísticas. Estos riesgos pueden ser difíciles de prever y gestionar, lo que puede afectar la capacidad de las empresas para cumplir con los plazos de entrega y satisfacer las demandas de los clientes.
Las limitaciones en logística pueden surgir, entonces, de una variedad de factores y pueden tener un impacto significativo en las operaciones comerciales. Es fundamental que las empresas reconozcan estas limitaciones y desarrollen estrategias para mitigar sus efectos y mejorar la eficiencia y la efectividad de sus operaciones logísticas.
EL PODER DE LA GESTIÓN DE LOS RECURSOS
Como se ha expuesto, la gestión de recursos se entiende como el arte y la ciencia de organizar recursos finitos para llevar un proyecto a la meta, asegurándose de cumplir con los presupuestos y los cronogramas de manera exitosa.
En el caso logístico, la gestión de recursos implica el análisis, medición y previsión de diversos ámbitos y elementos, a fin de que los procesos se cumplan en los plazos establecidos, evitando los sobrecostos, pérdida de tiempo, desperdicios y una negativa experiencia del cliente.
En este plano, evaluar los logros, medir y controlar el progreso o detectar fallos o desviaciones durante la ejecución de los procesos logísticos es una práctica esencial. En este plano, la utilización de KPI ligados a la gestión operativa proporciona una visión clara de la eficiencia, calidad y productividad de la cadena de suministro. Es decir, permiten una gestión integral de los recursos de la cadena.
Si bien, la elección de los KPI adecuados a medir dependerá exclusivamente de los objetivos específicos de la empresa y las áreas que se deseen mejorar es importante establecer que existen indicadores claves básicos a considerar en la gestión de recursos. En este plano destacan los siguientes:
Tiempo de entrega: Mide el tiempo que transcurre desde que se realiza un pedido hasta que el cliente recibe el producto. El valor de este indicador radica en la importancia que tiene para la satisfacción del cliente en tiempos en el mundo online toma fuerza.
Tasa de cumplimiento de pedidos: Evalúa el porcentaje de pedidos entregados en su totalidad y a tiempo. Al igual que el indicador anterior, un alto porcentaje de cumplimiento indica una logística eficiente y una cadena de suministro bien gestionada.
Costo logístico: Es el costo total de las operaciones logísticas en relación con las ventas o ingresos. Reducir los costos logísticos sin comprometer la calidad del servicio es un objetivo y un reto importante para la mayoría de las empresas.
Nivel de inventario: Mide la cantidad de inventario disponible en relación con la demanda. Un nivel de inventario adecuado garantiza una respuesta rápida a los pedidos sin incurrir en excesos innecesarios. Ante la contingencia de los últimos años, este indicador ha cobrado un valor fundamental en la gestión logística, ya que ha se ha puesto prueba la gestión del inventario.
Tasa de devoluciones: Mide el porcentaje de productos que son devueltos por los clientes. Un alto nivel de devoluciones puede indicar problemas en la calidad del producto o en la gestión del inventario. Además, tiene proceso tiene un costo importante que afecta a las empresas.
Eficiencia del transporte: Evalúa el costo y tiempo del transporte en relación con la cantidad de productos entregados. Una logística de transporte eficiente ayuda a reducir costos y mejorar la satisfacción del cliente.
Nivel de satisfacción del cliente: Se puede medir mediante encuestas y comentarios de los clientes. Una alta satisfacción del cliente es crucial para el éxito a largo plazo de una empresa.
Productividad de la mano de obra: Mide la eficiencia y el rendimiento de los trabajadores en el proceso logístico. Un aumento en la productividad de la mano de obra puede conducir a una reducción de costos.
Considerando lo expuesto, una gestión logística exitosa se basa en un control avanzado de todos los procesos que conforman la cadena de suministro, lo que se traduce en una mayor satisfacción del cliente y, en consecuencia, en una mejora de la reputación de la compañía y la ejecución adecuada de los procesos.