NAVEGANDO HACIA LA EFICIENCIA: EL FUTURO DE LOS PUERTOS CHILENOS EN LA CADENA DE SUMINISTRO GLOBAL

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En un contexto global marcado por la transformación digital, la sostenibilidad ambiental y la creciente complejidad de las cadenas de suministro, los puertos emergen como actores clave que desempeñarán un papel aún más estratégico en el flujo eficiente de mercancías a nivel mundial. Desde Logistec, exploramos cuál es el momento actual y los desafíos de los puertos nacionales como verdaderos ejes de la cadena de suministro.

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Los puertos -que históricamente son fundamentales para el comercio y el transporte marítimo- están experimentando una transformación significativa a medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más digitalizado y centrado en la eficiencia, donde las tecnologías innovadoras fortalecen la sostenibilidad y mejoran la integración en la cadena de suministro global.

El papel crucial de estos terminales marítimos en la cadena de suministro global responde al ser puntos vitales de conexión entre diferentes modos de transporte y actores comerciales. Su eficiencia y capacidad impactan directamente en la fluidez y costos de la logística a nivel mundial. Y es ahí donde su evolución hacia infraestructuras más modernas, sostenibles y resilientes es crucial para mantener la competitividad y la eficacia de la cadena de suministro en un entorno global dinámico.

Dada la naturaleza de la economía chilena, sumado a las características geográficas, los terminales portuarios se posicionan como un enclave de logística pura, un punto de partida y final de una logística local de cara al mundo y así queda reflejado en las siguientes cifras.

Según la última información publicada por el Observatorio Logístico, a 2022 la mayor cantidad de carga importada ingresó por los puertos de la Región de Valparaíso y fue de 25.575.692 toneladas, lo que representó el 45% del total de toneladas de carga de importación transferidas por todos los puertos durante ese año. La siguiente región con más cantidad de cargas de importación transferidas fue la Región del Biobío con 14.833.052 toneladas, que representó el 26% del total en ese año. La región que ocupó el tercer lugar fue la Región de Antofagasta en el 2022.0, que representó el 21% del total en ese año.

En tanto, la mayor cantidad de carga exportada, el mismo año, se registró por los puertos de la Región de Atacama y fue de 13.875.959 toneladas, lo que representó el 23% del total de toneladas de carga de exportación transferidas. La siguiente región con más cantidad de cargas de exportación transferidas fue la Región de Valparaíso con 10.942.429 toneladas, que representó el 18% del total en ese año. La región que ocupó el tercer lugar fue la Región de Tarapacá, que representó el 18% del total en ese año.

Mientras que, por puertos estatales, durante el 2023 los terminales que transfirieron más toneladas fueron los de la Empresa Portuaria San Antonio con 20.933.523 toneladas, lo que representó el 47% del total de toneladas de carga transferidas por todos los puertos durante ese año. La siguiente empresa fue la Empresa Portuaria Valparaíso, que representó el 18% del total de toneladas de carga transferidas durante ese año.

UNA ACTIVIDAD QUE AVANZA

De cara a los desafíos futuros que enfrentan los puertos, estos han ido evolucionando en materias como: la conectividad multimodal, actuando como nodos que integran el transporte marítimo con otros modos como el ferroviario, carretero y aéreo, lo que es esencial para la distribución eficiente de mercancías a nivel global. Puertos bien conectados pueden reducir los tiempos de tránsito y los costos logísticos.

Por otro lado, asumen su rol como Centros de transferencia y se han esforzado en proporcionar instalaciones de almacenamiento temporal que son clave para la gestión de inventarios y la optimización de la cadena de suministro.

En materia de infraestructura y tecnología, la modernización de la infraestructura portuaria es fundamental para mejorar la eficiencia y la capacidad. Esto incluye la implementación de tecnologías como sistemas de gestión logística, automatización de procesos, seguimiento de contenedores en tiempo real y uso de datos para la toma de decisiones.

Asimismo, siguiendo con la tendencia de los últimos años, los puertos están cada vez más enfocados en la sostenibilidad ambiental y la resiliencia ante eventos extremos, promoviendo prácticas como la reducción de emisiones, el uso de energías renovables, la gestión eficiente del agua y la infraestructura resistente a desastres naturales.

Sin embargo, una de las mayores pruebas, ha sido enfrentar los cambios y dificultades del comercio internacional durante la pandemia que los obligó a adaptarse constantemente a cambios en la demanda, patrones comerciales, tecnologías emergentes y regulaciones.

En esta oportunidad queremos conocer la mirada de dos actores del mundo marítimo que muchas veces están lejanos a las luces de la logística, pero que cumplen un rol clave en el comercio internacional a nivel nacional y son un pilar económico de sus respectivas regiones.

DESDE EL BIOBÍO

“Somos un eslabón clave para el desarrollo económico de nuestro país”. Así describe, Cristian Wulf, gerente general de Empresa Portuaria Talcahuano-San Vicente, el rol que tienen, considerando el modelo de desarrollo económico chileno que se basa en las exportaciones y el comercio exterior, donde más del 90% de la carga se mueve por vía marítima.

WULF“En el caso de la Región del Biobío, los terminales marítimos no solo conectan a sus habitantes y cargas con el resto del mundo, sino que también sirven como plataforma para toda la zona centro sur de Chile (Maule, Ñuble, Biobío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos) y Argentina (Neuquén y Río Negro)”, expresó el ejecutivo.

Wulf manifestó su convicción en el rol que tienen en el eventual éxito comercio exterior, el cual necesita una cadena eficiente y, sobre todo, que garantice seguridad y continuidad operacional.

“La industria exportadora tiene importantes encadenamientos productivos; por ello, su buen desempeño beneficia a muchos sectores de la economía. Además, los puertos permiten acceder a productos de todo el mundo, ya sea para integrar a procesos productivos de empresas o para destinarlos a consumo humano, como alimentos, artículos electrónicos y, ciertamente, los combustibles, que movilizan a todo el país.  Por ello, hemos desarrollado un trabajo colaborativo intenso, coordinado con los servicios públicos y nuestra Comunidad Logística (COMLOG), para superar en conjunto las problemáticas”, detalló.

Además, el gerente general de Empresa Portuaria Talcahuano-San Vicente añadió su preocupación constante con el desarrollo y crecimiento futuro de la actividad, a través de proyectos que “generen valor y permitan que esta actividad sea sostenible en el tiempo, siempre en armonía con el entorno”.

El dinamismo de esta operación genera constantes desafíos que como empresa deben asumir. En este sentido, uno de los retos de Talcahuano es la conectividad de los puertos y la generación de áreas de respaldo para la carga.

“Buscamos una logística más eficiente, tanto para el camión como para el ferrocarril. No solo aspiramos a que estos modos de transporte tengan accesos más expeditos, sino también a que se segregue del tráfico de pasajeros, de manera que se reduzca el impacto de la cadena logística sobre los vecinos y la ciudad en general. El segundo reto es la transformación digital, ya que es necesario que todos los eslabones evolucionen hacia una logística sin papeles y que los sistemas se integren, operando en red de manera eficaz”, profundizó.

En tercer lugar, el ejecutivo apuntó a la necesidad de que las comunidades logísticas se integren a las comunidades sociales que las rodean, “mediante un diálogo fluido, promoviendo mejoras en la calidad de vida de las personas”.

Y en cuarto lugar está el desarrollo de la VUMAR (Ventanilla Única Marítima). “Debemos afrontar el cambio climático, por ejemplo, desarrollando tecnología que nos permita afrontar mejor las condiciones meteorológicas adversas que, muchas veces, obligan a cerrar los puertos. Esta plataforma responde a un estándar de la industria a nivel internacional y que en la Región del Biobío se puso en marcha de manera piloto a fines de agosto del año pasado, siendo el nuestro uno de los primeros puertos en hacerlo en Latinoamérica”, añadió Cristian Wulf.

Por último, y como ha sido la tendencia en los últimos años, es necesario seguir incorporando equipamiento de última generación a los terminales, de manera de lograr que las faenas sean cada vez más eficientes y productivas.

Finalmente, el vocero de Puerto Talcahuano se refirió al futuro del sector y advirtió que una manera de potenciar su rol es con el desarrollo de proyectos portuarios sostenibles, a nivel económico, ambiental y social.

“Esto significa puertos ágiles, confiables y eficientes, que ofrezcan información en tiempo real a todos los actores del sistema. También implica gestionar los efectos del cambio climático en la industria, incorporar estándares de sostenibilidad y, por cierto, aportar a la descarbonización mediante el desarrollo de energías renovables en los recintos portuarios. De igual modo, es vital que estos puertos cultiven una relación de confianza con sus grupos de interés y, en particular, con las comunidades vecinas”, afirmó.

DESDE COQUIMBO

Nuestra relativa lejanía con los principales centros mundiales de producción de los bienes ha marcado el andar económico y el desarrollo del transporte marítimo chileno, donde – a juicio de Ernesto Piwonka, gerente general Empresa Portuaria Coquimbo, factores operacionales tales como costos y tiempos de proceso tienen una importante incidencia en el valor final del producto. Y es en esta relación, donde “lo que hagan o dejen de hacer los puertos en pos de incrementar su eficiencia será siempre relevante para nuestro país”.

Ernesto Piwonka“Nuestro rol como empresas portuarias estatales es bastante especial. En general, lo que estas empresas pueden (y deben) o no hacer está bien descrito en la Ley 19.542, y el modelo landlord sobre el que ésta está construida las deja en un rol de almacenistas y administradoras de la infraestructura -cuando tienen operaciones- o de arrendadoras -cuando no-, en lo que podríamos entender como un símil de autoridad portuaria, dentro del cual se considera también un importante rol de contraparte de los concesionarios privados y de ser las entidades responsables del diseño estratégico de los puertos que administran. De este modo, la responsabilidad con en el Comex y, por tanto, en el éxito de muchas empresas está siempre presente, tanto en lo táctico y operativo como en el largo plazo, sin olvidar los aspectos de libre competencia que, en definitiva, buscan evitar la discriminación y fomentar la competencia, en directo beneficio del consumidor final”, comentó el ejecutivo.

En cuanto al momento que vive la actividad portuaria nacional, Ernesto hizo hincapié en la infraestructura en torno a esta actividad. “Los puertos chilenos fueron, en general, construidos hace varias décadas y pasaron muchos años sin inversiones relevantes en infraestructura debido, por una parte, a la optimización del uso de ésta mediante el trabajo en tres turnos y, por otra, a la introducción de tecnología en equipamiento y por supuesto a la especialización en el trabajo portuario. Esas simples pero poderosas iniciativas nos mantuvieron en un lugar destacado internacionalmente por los altos niveles de eficiencia y bajos costos operacionales para sus usuarios, pero hoy nos encontramos en un momento en el que los avances tecnológicos van más de la mano de elementos de software y sistemas, los que, en mi opinión, aún nos falta introducir a nivel del sistema portuario, con estándares adecuados que eviten que un mismo usuario tenga que manejar varios sistemas distintos en paralelo, por ejemplo”, profundizó Piwonka.

Sin embargo, el gerente general de Empresa Portuaria Coquimbo reconoció que estamos ad-portas de grandes proyectos de infraestructura portuaria, que “vienen a potenciar la capacidad que, en algunos casos por siglos, se ha aprovechado al máximo. En el caso de Coquimbo, hace pocos meses inauguramos el nuevo sitio 3, que viene a dotar al puerto de la capacidad necesaria para entrar decididamente a la logística de la carga contenerizada, algo que permitirá que buena parte de la carga hortofrutícola que se produce en la región pueda embarcarse por su propio puerto, reduciendo enormemente los costos, tiempos y externalidades de hacerlo por otras regiones. Es algo que asumimos como desafío de nuestra cadena logística, que con esto ya dio su primer paso y que ahora debe hacerlo para los demás servicios que se requieren”.

Pero los desafíos nunca paran. La logística, según el vocero de Puerto Coquimbo, tiene la particularidad de que, alcanzado cierto nivel de desarrollo, “no es posible lograr avances relevantes en forma aislada”, por lo que se deben desarrollar iniciativas conjuntas para “evitar que la parsimonia y mirada individual nos pasen la cuenta”. En eso, las comunidades logísticas tienen un rol clave para identificar lo que se necesita, articular las soluciones y retroalimentar a sus integrantes.

A modo general, la industria en nuestro país enfrenta, a juicio del ejecutivo, varios desafíos, entre los que está la relación ciudad-puerto; la sostenibilidad ambiental; la mayor incorporación de la mujer en el trabajo portuario (en una industria alta y tradicionalmente masculinizada); la seguridad en el trabajo, con todo lo que eso implica, y la actualización normativa, que en muchos casos se ha ido quedando atrás pero que, asimismo, requiere de gran altura de miras para llevarnos a donde queremos ir.

“Se han logrado avances importantes en todos esos ámbitos, pero no por ello el desafío es menor. Aún hay mucho por hacer. La mirada de todas las acciones está siempre en la búsqueda de eficiencia de los procesos y en el último tiempo se ha sumado también la mirada sostenible”, añadió.

En esa línea, el Ernesto Piwonka destacó la incorporación de los contenedores autovolteables para el embarque de graneles sólidos poluentes, “lo que no sólo ha permitido contenerizar un proceso que hasta no hace mucho se entendía como exclusivamente a granel, sino que también ha logrado reducir sustancialmente los efectos ambientales de los mismos, con el consiguiente beneficio para todos”.

“La tarea está hoy en seguir potenciado el rol de los puertos nacionales a nivel global. “Los puertos están indisolublemente ligados a sus hinterland, por lo que, para ir en esa dirección, es necesario estar siempre a la altura de lo que la carga necesita, entendiendo esto como los requerimientos de sus usuarios sobre cada puerto. Eso implica tener infraestructura óptima, procesos eficientes y a costos razonables, para que la carga espere lo menos posible y el usuario pague lo menos posible también, y en la medida en que vamos desagregando cada proceso nos iremos encontrando con requerimientos de sistemas, tecnología, capacitación y seguridad, sin perder de vista los valores de la sostenibilidad. Por cierto, en esa mirada estratégica es posible ir ampliando nuestras áreas de influencia (hinterland), incluso cruzando las fronteras, y para eso son importantes las iniciativas de integración y acuerdo con otros países”, detalló.

Finalmente, el futuro de los puertos como ejes de la cadena de suministro se perfila hacia la integración, la digitalización, la sostenibilidad y la colaboración estratégica. Estos pilares serán fundamentales para garantizar la eficiencia, la resiliencia y la competitividad de los puertos en un escenario logístico global cada vez más dinámico y exigente, por lo que es fundamental que todos los actores enfrenten estos desafíos para dar a la actividad portuaria el impulso que requiere para seguir siendo el pilar del comercio exterior chileno.