Rodrigo Serrano, vicepresidente corporativo de Innovación y Desarrollo en Wisetrack Corp
Cuando salí de cuarto medio, y hasta la mitad de mi vida universitaria, cada verano, durante dos o tres semanas, recorría el norte o el sur de Chile “mochileando a dedo”. En esa época, se dependía absolutamente de la buena voluntad de algún conductor de camión que se apiadara de uno, se diera el trabajo de detenerse y nos permitiera viajar en la zona de carga, a veces vacía y otras medio llenas, ya sea de otros mochileros o cosas como algas, cueros de vaca y otros productos que de seguro no temían que nos lleváramos sin permiso.