La llegada del Covid-19 no sólo alteró las cadenas de suministro internacionales, también generó una explosiva conversión hacia los canales de venta digitales y, en consecuencia, un exponencial crecimiento de los procesos de distribución de última milla. Hoy, en un nuevo contexto de “normalidad relativa”, la apertura del comercio y la mayor movilidad de las personas hace prever que la distribución urbana de mercancías se tornará más compleja, con la apertura del canal de venta físico. ¿Cómo hacer frente al nuevo escenario que se proyecta para la DUM sin colapsar nuestras urbes a nivel vial y medioambiental? Es la pregunta por responder.
Varios cuellos de botella debieron sortear los exportadores debido al confinamiento. Menos mano de obra, más congestión en los puertos y escasez de contenedores han sido algunas de ellas.