Para la industria de alimentos, tanto la trazabilidad como el control de temperaturas son aspectos críticos, por eso el monitoreo debe ser constante; mientras que para la industria logística los desafíos son claros: llegar en menor tiempo, disminuir los costos y tecnologizar. A pesar de que el coronavirus amenazó con interrumpir la reposición de contenedores reefer, elemento fundamental para los productos que requieren de atmósferas congeladas, los exportadores de alimentos pudieron hacerle frente para cumplir con sus compromisos. Aunque, claro, tanto en el comercio exteriror como en el ámbito local, fortalecer la cadena de frío es un desafío permanente, desde el productor hasta el usuario final.
Las tensiones sociales y políticas relacionadas con los procesos electorales y la discusión constitucional impactarían tanto a la inversión, como al empleo. No obstante, los economistas auguran un crecimiento cercano al 4% y un mejor escenario si la vacuna para enfrentar al coronavirus está lista para mediados de año.