El gran desafío logístico del siglo XXI está en dar soluciones a una generación basada en la inmediatez, el acceso a la información y a una nueva consciencia medioambiental. En otras palabras, una comunidad más exigente, con mayor conocimiento y con ideas claras y establecidas de lo que quiere y desea. Y frente a este escenario, la logística tiene un gran reto: cumplir con las expectativas del este nuevo cliente.
Durante muchos años, los cambios y devoluciones han significado para las empresas un problema que incluso podría tener un costo económico muy alto. Hoy, gracias a los avances en materia de logística inversa, los podemos ver y analizar como una oportunidad y como una forma de aumentar las ganancias a través de la fidelización de nuestros clientes. La manera en que se manejan las devoluciones antes y después de la compra puede diferenciar una marca, crear una ventaja competitiva y aumentar la rentabilidad de una compañía.