En un mundo cada vez más consciente y competitivo, las empresas están adoptando un enfoque proactivo hacia la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa, implementando los denominados criterios ambientales, sociales y de gobernanza. Esta evolución no solo responde a las demandas de los consumidores y las regulaciones gubernamentales, sino que también refleja una comprensión más profunda de que el éxito empresarial, a largo plazo, está intrínsecamente ligado a la capacidad de operar de manera ética y sostenible.
La logística sigue siendo un juego de equilibrio entre la oferta y la demanda, entre la eficiencia y la limitación de recursos. Reconocer que la logística no es infinita es el primer paso para enfrentar este desafío de manera efectiva. Solo mediante la innovación continua y la colaboración estratégica, las empresas pueden superar los límites y alcanzar nuevos niveles de excelencia en la gestión de la cadena de suministro.