En los años previos a la Pandemia, presenciamos como algunas empresas cambiaron el rol que la logística cumplía en su organización, pasando de ser un centro de costo a un centro de creación de valor a sus clientes y de diferenciación. Este tuvo su primera aceleración con la amenaza de la llegada de Amazon a Chile, cuando las empresas de mayores recursos invirtieron grandes sumas de dinero en eficientar su operación.
Los almacenes, que antes se veían simplemente como un lugar para guardar productos, ahora tienen el potencial para hacer o deshacer la relación de una empresa con sus consumidores. El rápido crecimiento del comercio electrónico y de las demandas de producción impulsadas por las cambiantes expectativas de los consumidores, han obligado a los almacenes a evolucionar para convertirse en epicentros operativos cada vez más eficientes, ágiles, y operativos 24/7. Para esto, las empresas han recurrido a la automatización de la cadena de suministro. De acuerdo con un nuevo estudio de Accenture, esta es la tercera prioridad de inversión de los ejecutivos y tres de cada cinco empresas están recurriendo a la automatización y la robótica.